Cosecha Roja.-
“He llorado como una niña de tanta alegría con esta noticia”, escribió en el muro de Facebook Alejandra Cartagena, miembro de HIJOS México, cuando se enteró de que Estela de Carlotto encontró a su nieto. “¿Cuándo, en México, tendremos estas alegrías? Seguimos luchando, seguimos esperando, seguimos buscando”.
Alejandra es hija, nieta y sobrina de desaparecidos y torturados por el Estado mexicano en el periodo de la guerra sucia de la década de los años 70. Fue criada por otra familia y logró encontrar la identidad de su madre tras la apertura del archivo general sobre el caso en 2002.
Guadalupe Pedro Rodríguez, otro hijo de desaparecidos por el Estado mexicano, escribió: “Felicidad compartida por el encuentro del #Nieto114. Es el nieto de la incansable Abuela de Plaza de Mayo Estela de Carlotto”.
“Es bien chingón recibir esa noticia pero también triste para México porque la lucha de las madres, abuelas e hijos se ha dado muy diferente aquí”, dijo a Cosecha Roja la periodista mexicana Daniela Rea. “Todos los países de la región han tenido un proceso de justicia y búsqueda de culpables, México no”, explicó.
El caso de Lucio Antonio es uno de los más conocidos del país. Sus padres Roberto Gallangos y Carmen Vargas eran guerrilleros de la Liga Comunista 23 de septiembre. Cuando los detuvieron en 1975 tenían dos hijos: Aleida de dos años y Lucio de tres. La nena se crió con un amigo de los padres. A él lo adoptó una familia en Washington que le contó su verdadera historia en 2004, cuando la hermana lo buscó.
Mamá de Alejandra Cartagena
Alicia de los Ríos era militante de la misma liga y desapareció hace más de 35 años en Ciudad de México. “Fue la única mujer que tuvo un mando militar”, contó la periodista Rea. Su hija nació en clandestinidad y sus hermanos la fueron a buscar. La niña se crió con sus abuelos y, antes de cumplir un año, su mamá desapareció en el Campo Militar Número 1.
Todavía no hay certezas de qué ocurrió. La investigación la hizo la hija, que también se llama Alicia. “Necesita conocer a su mamá para vincularse con ella, saber cuáles eran sus motivaciones, miedos, por qué prefirió ser guerrillera a ser madre”, dijo Rea. El caso está a punto de ser aceptado en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
A diferencia de Argentina, en México “no sabemos quién es el enemigo ni cuál es la lógica de las desapariciones”-contó Rea-. Hay miles de víctimas de la “guerra sucia” de los `70 y unas 26 mil personas desaparecidas en manos del ejército y del narcotráfico en la actualidad. “No poder identificar las causas ni el quién nos dificulta mucho la búsqueda”, explicó.
En ese mismo camino está Lupita Aguilar, una abuela que desde 2011 busca a su hijo José Luis Arana desaparecido hace más de 3 años en la ciudad de Guadalajara, Jalisco. Uno de los estados de México con mayor número de desaparecidos víctimas de la guerra contra el narcotráfico iniciada en el sexenio de Felipe Calderón.
Lupita encabeza la búsqueda de su hijo, lo hace en nombre de su familia, de sus dos nietas de seis y ocho años que perdieron a su papá el 17 de enero del 2011. Desde ese día su madre no ha parado: vendió su casa y emprendió un viaje por el mundo burocrático mexicano. Visitó fiscalías, puesto de policía y morgues y revisó cintas de cámaras de seguridad en busca del rastro de su hijo.
Lupita
¿Quién lo desapareció? Nadie lo sabe. Los constantes bloqueos que ha tenido por parte de la autoridad la hacen creer que los responsables son todos.
Nepomuceno Moreno era un vendedor de camarones de la localidad de Sonora. El 1 de julio de 2010 se llevaron a su hijo de 17 años y él emprendió la búsqueda, que duró un año y medio y siempre estuvo acompañada de amenazas. Ahí empezaron las amenazas. Rea contó que el hombre había llegado a dejarle al ex presidente Felipe Calderón el expediente de su hijo y el aviso de que estaba en peligro. En noviembre de 2011 lo mataron de siete balazos.
El trabajo de las Abuelas de Plaza de Mayo “es algo muy presente aquí”, dijo Rea. El Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, HIJOS México, Fuerzas Unidas por nuestros Desaparecidos en Nuevo León y Familias Unidas por nuestros Desaparecidos Jaliscos son algunas de las organizaciones que se ocupan de la militancia por la justicia y los derechos de las víctimas.
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