En el marco del Programa de Investigación en Criminología de la UNSAM, el pasado 10 de agosto se realizó un seminario internacional con los mayores referentes de la criminología crítica latinoamericana, entre ellos la venezolana Lola Aniyar de Castro, que llegó especialmente al país para recibir el título de Doctora Honoris Causa de la Universidad.
El encuentro, que comenzó poco antes de las 11 y se extendió hasta cerca de las 18, convocó el viernes 10 a unas 150 personas y tuvo dos mesas interdisciplinarias de debate en las que se abordaron las principales problemáticas de la criminología contemporánea.
El primero de los paneles, Criminología y seguridad pública en el contexto latinoamericano, se abrió con la disertación de Máximo Sozzo. “Estamos en un renacimiento de la prevención del delito. Pero no en el sentido en el que se pensaba a fines del siglo XIX y principios del XX, cuando hacer prevención era trabajar para remover las causas que llevan al delito, sino en el sentido de una transformación del ambiente para evitar que en determinados lugares haya delito. Entonces se colocan cámaras, o se pone más vigilancia, se ilumina, etc.”, criticó el profesor titular y director de la Maestría en Criminología de la Universidad Nacional del Litoral. Y concluyó: “Uno de los efectos de la imposición de penas en la vida de las personas es que la justicia se preocupa mucho por ser eficaz, en el sentido de actuar rápido y producir muchas sentencias, y se preocupa poco por hacer justicia”.
Luego Ignacio Anitua, doctor en Derecho y docente de la UBA, expuso sobre la necesidad de crear una verdadera política de seguridad pública. “Un modelo que se oriente a la emancipación y al bienestar general, no a los privilegios de pocos. Solo así se puede encarar una legítima y verdadera política de seguridad pública, que es una seguridad de los derechos fundamentales de todos los seres humanos”. La disertación central fue la del brasileño Nilo Batista, que tituló su aporte “Criminología sin seguridad pública”. El fundador del Instituto Carioca de Criminología y profesor de la Universidad de Rio de Janeiro apuntó al hecho de que la seguridad se haya convertido en el concepto supremo de la sociedad civil y que se lo entienda como la aseguración de la propiedad. “Un gobierno progresista no tiene una política de seguridad pública, sino una política de promoción y defensa de los derechos humanos (…). Debería cambiarse el nombre de Secretaría de Seguridad Pública a Secretaría de las Garantías Individuales”, cerró el brasileño.
La última exposición de la mesa fue la del juez y director del Programa de Investigaciones en Criminología de la UNSAM, Eugenio Raúl Zaffaroni, quien se refirió a la realidad del delito en la Argentina. “Tenemos, con Uruguay y Chile, los índices de delito más bajo de la región. La concentración de los homicidios se da en las zonas precarias de las grandes ciudades del país y observamos que el predominio no es de homicidio en ocasión de robo, sino entre conocidos. Esa es la realidad, pero el discurso político va por otro lado. Eso no es nuevo: tenemos una larga historia de manipulación del discurso mediático y político sobre la violencia”, dijo el magistrado de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Y agregó: “Lo que se manipula a través del crimen es el miedo. Siempre tiene que haber algún miedo. Y el delito común es el que mejor funciona como mecanismo de control de los miedos de la sociedad. Sólo desaparece cuando hay algún otro miedo en la tapa de los diarios, como la Gripe A, el dengue o algún escándalo resonante”, dijo antes de abrir la mesa a las preguntas del público. El primero en tomar la palabra fue Ángel, un estudiante de Sociología del CUSAM, el centro universitario que la UNSAM tiene en la Unidad 48 del Penal de José León Suárez, que logró el permiso judicial para salir y participar del seminario. El joven, que participó del seminario junto a otros compañeros del CUSAM que ya se encuentran en libertad y continúan sus estudios de grado en el Campus Miguelete, habló sobre las malas condiciones de encierro, la superpoblación, la falta de perspectivas y el discurso que se genera sobre ellos desde la política y los medios.
Después de un intervalo, cerca de las 15 comenzó el segundo panel. Bajo el títuloCriminología, poder y pobreza en América Latina, la mesa se abrió con la exposición de la brasileña Vera Malaguti, profesora de la Universidad de Río de Janeiro, que habló sobre los pobres y excluidos que no cuentan con ninguna garantía ni derecho frente a las fuerzas de seguridad. “La policía mata oficialmente en nombre de la pacificación y de la guerra contra el narcotráfico. A los habitantes de las favelas se los puede torturar y matar libremente”, destacó. La siguió el sociólogo Juan Pegoraro, director de la revista Delito y Sociedad, y profesor de criminología en universidades nacionales y del exterior, que reflexionó sobre la función social del sistema penal. Luego Julio Virgolini, titular de Derecho Penal de la UBA y profesor de Criminología en la especialización en Ciencias Penales, habló sobre los sectores vulnerables a la criminalización y a la cárcel: “En Europa, el enemigo es el narco o el inmigrante; en Latinoamérica es el excluido”, dijo. A continuación el docente de la UBA y actual fiscal general integrante de la Unidad de Asistencia para causas por violaciones a los Derechos Humanos Alejandro Alagia, historizó la idea instalada en las últimas décadas de que “no hay sociedad posible sin coerción penal” y puso en crisis la tesis de “la pena como disuasión y resocialización”. Concluyó: “Hoy sabemos que no es el delito la causa de la pena, sino la vulnerabilidad selectiva del poder político”.
El esperado cierre de la exposición estuvo a cargo de la venezolana Lola Aniyar de Castro, a quien estuvo dedicado el seminario. La flamante Doctora Honoris Causa de la UNSAM habló sobre las muertes en las cárceles de Venezuela, la victimización de los vulnerables en todo el mundo y la necesidad de abandonar el panpenalismo o punitivismo que hoy hegemonizan las políticas de Estado actuales en todo el mundo. La especialista, referente regional e internacional de la criminología crítica, destacó en su exposición la posibilidad que le dio la UNSAM de visitar el Penal de José León Suárez. “Fue una experiencia muy fuerte y enriquecedora. Uno de los alumnos del CUSAM me dijo: La Universidad me abrazó y yo me abracé a ella. Me conmovió lo que están haciendo allí. Porque no van a hacerles ‘tratamiento’ ni a decirles que son delincuentes o enfermos; sino que van a enseñarles quiénes son, por qué están ahí… La Universidad los está ayudando a recuperar su identidad”, contó Aniyar de Castro, que dijo haberse impresionado con el testimonio de un detenido analfabeto. “¿Cómo se puede poner preso a alguien que no sabe leer y escribir? ¿Cómo puede ser?”, dijo ante un aplauso general del público.
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