Actualización del 21/08/2020
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) anunció hoy que “se dieron de baja más de 400 avisos en el marco de cooperación con la plataforma Mercado Libre” y volvió a advertir sobre lo peligroso que puede resultar el consumo en humanos.
Tras la aparición de casos de intoxicación y muerte, la Anmat recordó que el DDC “no cuenta con estudios que demuestren su eficacia, no posee autorización por parte de este organismo para su comercialización y su uso podría ocasionar graves consecuencias en la salud de las personas que lo ingieran”.
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Viviana Canosa venía probando el dióxido de cloro aún antes de la performance en su programa de Canal 9. “Yo tomo CDS #AndreasKalcker”, dijo más de una vez en Twitter la conductora. Con el hashtag se refiere al supuesto científico alemán que promueve el uso de esta sustancia como terapia para el tratamiento de coronavirus. “El Dr. Andreas es brillante, soy totalmente partidario”, se sumó Andrés Calamaro, otro defensor.
El nombre de Kalcker es muy popular entre los grupos anticuarentena, al punto que figuró en pancartas en el banderazo del Obelisco.
Kalcker empezó a hacerse conocido hace una década ofreciendo el suplemento Mineral Milagroso (MMS), cuya venta se terminó prohibiendo en España, y un libro de pseudociencia llamado La salud prohibida. En los últimos meses volvió con todo en muchas de las noticias que los fact checkers tuvieron que salir a desmentir.
El producto que promueve como cura milagrosa es un blanqueador que se usa en la fabricación de papel, en plantas públicas de tratamiento de agua y en el proceso de descontaminación de construcciones. En sus usos hogareños se vende como lavandina. Según Kalcker, sirve para curar el cáncer, el VIH, la tuberculosis, el autismo, el alzheimer y casi cualquier enfermedad, incluyendo el COVID- 19.
Y si bien la Organización Panamericana de la Salud, la Organización Mundial de la Salud, la ANMAT y la comunidad científica advierten de los peligros de esa ‘cura milagrosa’, para sus seguidores solo intentan que no conozcamos la verdad. Cada argumento científico que lo desmiente es descartado como parte de una conspiración mundial que incluye a científicos, laboratorios, gobiernos, universidades, el sistema médico, los dueños de las redes sociales y los medios de comunicación.
Sus cultores, mientras tanto, compran dióxido de cloro en Mercado Libre. Lo encuentran entre las categorías de productos de limpieza, pero con el guiño de estar asociado al nombre de su principal impulsor: “Desinfectante De Agua Purificador 3000ppm Andreas Kalcker”, “Método De activación de Andreas Kalcker con ácido cítrico”. Si la solución es tomar lavandina, ni el distanciamiento social ni la vacuna hacen falta: ya tienen la cura a unos clicks y tragos diarios de distancia.
Kalcker se presenta así mismo como “biofísico natural” y científico aunque muchos lo ponen en duda. Dice que “si no tienes enemigos es que nunca has luchado por tus principios”. Cuando Amazon sacó su libro de circulación dijo: “Esta información parece molestar a algunos, por desconocimiento o por miedo. Puedo entender que haya también grandes poderes económicos que se sientan molestos. El sistema necesita clientes crónicos de por vida.”
“Uno tiende a pensar que la biomedicina y el discurso público persiguen a las terapias alternativas, cuando, en realidad, los datos empíricos demuestran que conviven: la mayoría de la gente hace las dos cosas”, dice el antropólogo Nicolás Viotti. “Pero ahora se desplazó a uso identitario. Una especie de polarización muchas veces asociada a la teoría conspirativa. En los medios, en las redes, en las manifestaciones anti cuarentena aparecen cada vez más personas fundamentalistas con un discurso anticientífico y anti medicina oficial.”
“Es evidente que la OMS, la corporación médica y la ciencia médica tienen problemas criticables”, dice Viotti. “Pero la idea de que es todo un complot de la OMS con los médicos para vacunar es un discurso no tan convivente, no tan democrático. Por eso se tocan los discursos individualistas de la libertad tipo Milei. Hay un paso de una convivencia saludable con lo alternativo a una presencia mediática de discursos que se basan en una idea conspirativa. Lo paranoico usa el modelo de la terapia alternativa, pero se resignifica con un discurso más fudamentalista. Un fundamentalismo individualista: Somos un rebaño y nos están manipulando.”