Foto: Franco Trovuato Fuoco
Un pañuelo verde recorre el mundo. Argentina es un país de grandes inventos de exportación: el by pass coronario, la birome, las huellas digitales, la jeringa descartable. Todos hechos por varones. Pero en la última décadas sumamos un for export trascendental: el movimiento feminista argentino traspasó fronteras. Animó primero a las feministas latinoamericanas de países como Chile, Colombia y Ecuador, y ahora llegó al norte.
¿Cómo llegó el color verde desde un país sudaca al corazón de Estados Unidos? El mes pasado se filtró un documento de la Corte Suprema de ese país en el que los miembros conservadores del tribunal estaban considerando anular la sentencia “Roe VS. Wade”, que estableció el derecho al aborto en 1973.
La intención de anular un derecho histórico, que establecía que el Estado no podía incidir en la decisión de las mujeres, prendió la alarma y miles salieron a las calles a defenderlo. El llamado a las marchas tenía una consigna: “Wear Green” (vestir de verde). Las argentinas inflamos el pecho y por supuesto apoyamos desde el sur cada convocatoria. Retuiteamos a Mark Ruffalo con el pañuelo verde porque esos son los aliados que amamos.
Pero las voces de miles no pudieron contra la decisión de seis integrantes republicanos de la Corte que, la semana pasada, dieron su voto positivo a la derogación del aborto contra otros tres demócratas que votaron en contra. Estados Unidos ya no tiene derecho a decidir de manera federal y cada uno de los estados puede bloquear libremente los derechos no reproductivos de las personas gestantes. Spoilert Alert: hay 26 estados con leyes que buscan prohibirlo. Y 13 de ellos tienen “prohibiciones desencadenantes”, lo que significa que el aborto se prohibiría casi de inmediato.
Otra vez a las calles. Fue emocionante ver cómo en las calles de New York, un estado que no está pensando en prohibirlo, miles salieron a manifestarse por las millones que perderán sus derechos.
En Argentina este lunes los pañuelos verdes volvieron a la calle, en una manifestación masiva convocada por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito en la embajada de Estados Unidos.
Aunque muches no se enteraron, el movimiento feminista argentino -que se masificó en los últimos años pero tiene una larga historia de luchas- ya había exportado el Ni Una Menos y el No Nos Callamos Más que después fue el #MeeToo yanki.
Pero el pañuelo verde como símbolo internacional ya no puede ser ignorado. El propio movimiento feminista de Estados Unidos pone como ejemplo nuestras luchas: “Esto fue lo que se necesitó para legalizar el aborto en Argentina: un movimiento de masas. Esto es lo que necesitamos en los Estados Unidos para contraatacar”.
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Y hasta Wikipedia tiene un artículo EN INGLÉS sobre el “Green Scarf”: a symbol of the fight for the right to abortion, created in Argentina in 2003 and popularized since 2018 throughout Latin America and then in the United States in 2022. Amazing.
No necesitamos que ningún artículo in english nos cuente nuestra historia pero sí queremos refrescarla: el 28 de mayo de 2005 un grupo de mujeres que se había reunido en Córdoba lanzó la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. La gesta colectiva había empezado mucho antes. La historia de la lucha por la legalización del aborto en la Argentina tiene sus orígenes en la década del 80 y fue un tema constante en los Encuentros Nacionales de Mujeres (ahora Plurinacionales y con las disidencias), que se hacen año a año en distintas ciudades del país desde 1986.
Pero fue el Encuentro de 2003 en Rosario el que marcó uno de los puntos más importantes en la genealogía de esta lucha. Esa edición quedará en la historia del movimiento feminista argentino como la primera vez en el que se usó el pañuelo verde para marchar. Los triángulos de tela habían llegado en cajas en manos de las cordobesas de Católicas por el Derecho a Decidir, quienes propusieron usarlo para la movilización de cierre que atravesó avenida Pellegrini y terminó en el Monumento. Decían “por el derecho a decidir” y lo usaron más de 15 mil personas. Ese Encuentro fue clave también por otra cosa: fue la primera vez que se hizo el taller de estrategias hacia la legalización, que dio origen a la Campaña, y que se hizo una asamblea de 400 personas a favor del aborto. Los pañuelos no eran todavía un símbolo de pelea por el aborto legal pero el germen de esa lucha se había plantado en esos días.
El que sea un pañuelo no es casualidad: retoma la histórica lucha de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, un símbolo de lucha reconocido en el mundo.
En 2016 la segunda marcha de Ni Una Menos sumó la consigna de Ni Una Menos por aborto clandestino y los pañuelos violetas que simbolizan la lucha contra la violencia hacia las mujeres empezaron a mezclarse con los verdes.
En los comienzos, se repartían 8 mil pañuelos en todo el país. La marea verde se terminó de consolidar en 2018 con el tratamiento de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo en el Congreso Nacional y su defensa en las calles. Eran épocas de martes verdes ¿se acuerdan? Pero también eran tiempos del verde en todos lados, en la calle, en los monumentos, en las paredes, en las mochilas, en el bondi, en subte, en las muñecas y en los cuellos. Ese año se repartieron 200 mil pañuelos. Más todos los que circulaban de manera extraoficial en puestos callejeros.
En diciembre de 2020, en pandemia y con un gobierno que prometió volver mujeres, volvimos a teñir de verde las calles. Y contra todo pronóstico desalentador, lo logramos: desde el 30 de diciembre tenemos aborto legal, seguro y gratuito en la Argentina.
Para la mayoría, los pañuelos verdes quedaron en algún rincón de la casa, como el recuerdo de la conquista de un derecho colectivo que ahora nos toca preservar y vigilar que no se vulnere. Lo sacamos para fechas como el 8M o el 3J. Cualquier otro día, solemos verlo en una mochila. Y siempre es un alivio verlo. Produce esa extraña sensación de estar hermanada con alguien que ni conocés. Pero sabés que va a estar para vos.