Astrid, de 12 años, fue violada, golpeada y estrangulada. Ayer, la víctima del abuso ya no era Astrid sino Guadalupe. Sin embargo la primera igual sufrió el abuso de leerse, oírse y verse en esa condición en todos los medios.
Texto: Silvina Tamous / Foto: Juan José García – El Ciudadano
El caso de la nena violada y estrangulada anteayer en una precaria vivienda de Lima al 2900 no deja de generar asombro. No sólo por la trágica muerte de una nena de 12 años, sino por la confusión que se generó en torno a su cuerpo. Es que el mismo día de su muerte, una mujer que dijo llamarse Mirta Alejandra V. reconoció el cuerpo de la pequeña como el de su hija Astrid. Pero un día después lo desmintió y se presentó otra mujer asegurando que la pequeña fallecida era su hija. No se sabe por qué delito Mirta quedó demorada, tal vez porque su hija no está muerta. Los datos sobre el crimen circulaban ayer con detalles de un abuso desgarrador envuelto en la pobreza en la que la víctima era Astrid. Pero parece que el cambio de nombre no significara demasiado. Astrid y Guadalupe son lo mismo: niñas pobres de barrios humildes signadas por una vida trágica.
Quizás lo más terrible sea la mirada de Astrid leyéndose muerta y violada. O quizás sólo sea un episodio más de su vida en la que una vez más no interviene el Estado para mejorarla. La ley está, y también los organismos que deben hacerse cargo de los niños (porque son niños de 12 años) que están desprotegidos, pero cuando ocurren estas cosas queda claro que no están presentes.
La madrugada del 25 de mayo los vecinos de Villa Banana escucharon gritos. Algunos afirman que en realidad vieron en una casa precaria que sirve de aguantadero a una adolescente discutiendo con dos jóvenes, uno de ellos cuñado del Pandu, que tiene a maltraer al barrio. Por la mañana, a varios vecinos que estaban en la puerta les llamó la atención que los perros callejeros entraban y salían de esa precaria construcción. Uno de ellos entró y encontró a una nena muerta y semidesnuda. La autopsia ratificó que había sido violada, golpeada y estrangulada.
Después, y según informó la Fiscalía de Homicidios, una mujer reconoció el cuerpo de la víctima en el Instituto Médico Legal como su hija. Contó que hacía más de un año no vivía con ella y se había mudado a la casa de una tía en Villa Banana, y firmó el acta de reconocimiento. Ayer a la tarde se presentó ante los investigadores y dijo que se confundió y que la chica fallecida no era su hija. Y aclaró que Astrid estaría bien en casa de una tía y que se confundió por el parecido físico de ambas nenas. Una hora después otra mujer, que no tiene relación con la anterior, se presentó ante los mismos pesquisas y dijo que el cuerpo de la pequeña pertenece a su sobrina.
Un rato después, en el Instituto Médico Legal la mujer que se presentó diciendo que era la tía y otra que se presentó como la madre de la víctima la reconocieron como Guadalupe Medina, de 12 años.
La supuesta madre que se confundió es Mirta V. y quedó demorada hasta que aparezca la que dice ser su hija. Una vez que esto ocurra se dará intervención a la Secretaría de Niñez.
El fiscal Florentino Malaponte secuestró los DNI de las nenas hasta chequear datos. “Si bien esto no entorpece lo investigado hasta ahora, sí género una confusión de identidades en la cual había líneas de investigación. Con la nueva identidad ya hay medidas en curso en reserva para avanzar en lo que sucedió”, sostuvieron desde prensa de Fiscalía.
Antes de conocer que Astrid no estaba muerta y sin la certeza aún de que la verdadera fallecida sea Guadalupe, Malaponte brindó detalles del crimen. Contó que fue violada, que tenía fuertes golpes en el cráneo y que fue estrangulada.
“La información de la madre dice que la chica no vivía con ella desde hace un año, y los testimonios de vecinos no dieron información si la chica no era del barrio. Por ahora no hay datos de cómo llegó hasta allí, la madre es de zona oeste y tiene ocho hijos”, sostuvo Malaponte. Claro que estos datos eran para Astrid, aunque se aplica también a Guadalupe.
Al cierre de esta edición Astrid apareció y se encontraba en la comisaría 13ª, a la espera de que la Secretaría de la Niñez a cargo de Martelli se haga cargo de la pequeña. A Guadalupe, en tanto, la reconocieron sus padres, con lo que se terminaron las dudas sobre la identidad de la nena muerta.
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