Foto: La Poderosa

Foto: La Poderosa

La escena se repitió: mientras los diputados debatían en el Congreso, afuera la Policía de la Ciudad repartía palazos, balas de goma y gases a los manifestantes.  La multitud se replegó y comenzó la cacería. Un agente tiró al piso a Francisco Pandolfi, periodista y referente de La Poderosa, y lo esposó por la espalda. Frente a las cámaras de televisión, otro policía agarró una barreta y la dejó al lado del detenido. Los agentes detuvieron a 27 personas al voleo, entre trabajadores de prensa, referentes de organizaciones sociales y políticas, vendedores ambulantes y gente que caminaba por la zona. El operativo desmedido y violento con participación de infiltrados, pruebas plantadas y delitos inventados consolidó un método de actuación frente a la protesta social.

Lucas Suárez tiene 24 años y vive en la Plata. Ayer estaba yendo al barrio de Flores para comprarle ropa a la hija. Sintió el olor a gas lacrimógeno y se bajó del subte. ”No estaba ni enterado que había una marcha y la policía me detuvo”, contó Lucas a El Destape Radio. “Al lado mío detuvieron a un turco que estaba de vacaciones, no sabía ni decir hola”, contó.

El ciudadano turco es Baran Anil, de 27 años. Entre los 27 había otros tres extranjeros: Luis Fretes, paraguayo, de 36, y los venezolanos Felipe Uleo, de 31, y Víctor Ulea, de 23. El ministro del Interior Rogelio Frigerio anticipó hoy que pedirán un juicio abreviado para “deportarlos lo antes posible” del país. “Ya hablamos con el director de Migraciones y lo más posible es que sean expulsados del país. Que vengan a la Argentina, los reciban con buena onda y estén generando estas acciones violentas no va”, dijo la ministra de Seguridad de la Nación Patricia Bullrich, quien acompañó a Frigerio durante la conferencia de prensa.

***

Un policía atravesó en moto a un grupo de manifestantes que estaba frente a uno de los vallados de seguridad. La imagen quedó registrada en un video que circuló en redes sociales. El policía encendió la sirena y simuló un ataque. Sin que nadie lo tocara se tiró al piso con la moto. Se escucharon los disparos de balas de goma y empezaron las corridas.

El operativo de ayer no fue un episodio aislado. Es un nuevo eslabón en una escalada represiva. Desde que asumió el gobierno de Cambiemos hasta diciembre de 2017 hubo 111 hechos represivos en conflictos sociales. Uno cada siete días.

El laboratorio de ensayo de este método represivo fue el Paro de Mujeres del 8 de marzo de 2017. Cuando terminó el acto en Plaza de Mayo y la mayoría de las manifestantes ya había desconcentrado la policía inició una razzia por los alrededores. Detuvieron a veinte mujeres y cuatro varones: algunas salían de comer una pizza o caminaban por la zona.

En los meses siguientes las fuerzas de seguridad perfeccionaron el método. La mitad del mandato concluyó con la represión el 18 de diciembre de 2017 frente al Congreso. Un operativo calcado al de ayer: 900 efectivos, camiones hidrantes disparando chorros de agua y tintura, agentes protegidos con cascos, escudos y máscaras antigás disparando a la multitud desde las barricadas y lanzando gas pimienta a manifestantes y diputados nacionales. Después, las detenciones al voleo en los alrededores.

Las imputaciones de los delitos, al igual que ayer, incluyen una amplia variedad que va desde resistencia a la autoridad hasta intimidación pública.

***

“Ayer no hubo represión, hubo control de una situación violenta”, justificó el secretario de Seguridad porteño Marcelo D’alessandro.

La justificación oficial de la represión es una constante. Cuando Gendarmería reprimió una murga de niños que ensayaban para el carnaval en la villa 1-11-14, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich dijo que hubo un enfrentamiento y celebró el accionar de las fuerzas de seguridad, aunque tiempo después la Justicia procesó a seis gendarmes que participaron en el operativo.

Cuando un prefecto asesinó por la espalda a Rafael Nahuel durante un operativo, la ministra fue un poco más lejos: “Nosotros no tenemos que probar lo que hacen las fuerzas de seguridad”, dijo. En diciembre de 2017 el responsbale de justificar la represión fue el jefe de Gabinete, Marcos Peña. Hoy la escena se repitió: después de la entrevista del secretario de seguridad porteño los ministros Frigerio y Bullrich defendieron la actuación policial. ¿Los responsables? Los manifestantes violentos.