Semana.-

Por meses, el rumor circuló en blogs, narcomantas y hasta narcocorridos colgados en YouTube: Heriberto Lazcano (alias El Lazca o Z3) y Miguel Ángel Treviño Morales (alias Z40), los dos principales capos del Cartel de los Zetas, se encuentran enfrascados en una lucha fratricida que amenaza con despedazar a su organización.

Por meses, el rumor circuló en blogs, narcomantas y hasta narcocorridos colgados en YouTube: Heriberto Lazcano (alias El Lazca o Z3) y Miguel Ángel Treviño Morales (alias Z40), los dos principales capos del Cartel de los Zetas, el de más rápido crecimiento en México, se encuentran enfrascados en una lucha fratricida que amenaza con despedazar a su organización.

Algunas revistas y diarios mexicanos ya habían informado al respecto, aunque citando fuentes anónimas de la policía y el ejército.

Hace pocos días la Procuradora General de México, Marisela Morales, se convirtió en la primera figura gubernamental de alto nivel en confirmar la la división.

Cuando se le hizo una pregunta específica sobre el enfrentamiento en el seno de los Zetas, Morales confirmó que la Procuraduría había recibido información al respecto de parte de los organismos de inteligencia.

Y agregó: “Es parte de la violencia (…) la disputa de los territorios entre las propias organizaciones. Y cuando se empieza a restarle fuerza a algunos líderes, ya sea porque se les detiene o porque están más cercados y hay más operativos para su aprehensión, se empiezan a escindir estos grupos, empiezan a dividirse”.

De esta manera, lo que durante meses fue un rumor adquirió el peso de lo oficial y se convierte en un dolor de cabeza más para el presidente electo, Enrique Peña Nieto, quien ha prometido reducir los niveles de violencia en el país.

Una historia de violencia

La división de los Zetas no podía haberse presentado a más alto nivel.

Heriberto Lazcano es su máximo líder. Forma parte del pequeño grupo de fuerzas élites del ejército con el que, en 1998, el jefe del cartel del Golfo, Osiel Cárdenas formó un brazo armado para protegerse.

Por su parte, Miguel Ángel Treviño Morales es considerado el segundo del grupo al que -según informes- se integró en 1999.

Los Zetas siguieron fungiendo como brazo armado del Cartel del Golfo pese a la detención de Osiel Cárdenas en 2003 y su extradición a Estados Unidos en 2005.

Pero eso empezó a cambiar en 2007, debido a un acercamiento entre el Cartel del Golfo y su enemigo jurado, el de Sinaloa, algo que no le gustó a Lazcano, quién incluso realizó una consulta entre todos sus hombres para saber su opinión al respecto, según publicó la revista mexicanaProceso en noviembre de ese año.

La ruptura final vino en 2010, cuando los Zetas se convirtieron en otro cartel. Pese a tener enemigos tan poderosos como los grupos de Sinaloa y El Golfo, su ascenso fue meteórico.

Su entrenamiento militar, tácticas de guerra de guerrillas, así como su extrema crueldad (fueron los que introdujeron el decapitamiento como práctica corriente) los convirtieron en el segundo mayor cartel de México, por detrás del de Sinaloa pero superando a sus antiguos patrones de El Golfo, indica el profesor estadounidense George Grayson, autor de All the Executioner`s Men (Todos los hombres del verdugo), sobre los Zetas.

Un “franquicia criminal”

El periodista mexicano Ricardo Ravelo -quien ha trabajado en fuentes de seguridad y narcotráfico durante dos décadas y ha publicado una docena de libros al respecto-, dice que otra fórmula del éxito de los Zetas es que operan como una “franquicia criminal”.

Según Ravelo, cuando los Zetas llegan a un territorio le avisan a las bandas criminales que operan allí que pueden continuar, pero tomando órdenes de la estructura de mando de los Zetas. A cambio, pueden usar la marca Zeta.

Esto les ha permitido crecer con gran rapidez y al mismo tiempo cubrir multitud de actividades delictivas además del narcotráfico.

Pero en el secreto de su crecimiento puede estar escondida la semilla de su destrucción: su rápida asimilación de grupos nuevos los hace más susceptible a resquebrajarse.

Para Steven Dudley, analista del sitio especializado de internet Insight Crime, es algo prácticamente inevitable en este tipo de organizaciones.

“Por la manera como esta conformada y como hace su dinero, cualquier organización que empieza de ese manera se quebrará en sus líneas débiles. Y ocurre no sólo en México sino en lugares como Italia y Brasil”.

“El patrón es que una organización que se ha construido desde abajo hacia arriba, con muy bajos niveles de control para ingresar a la parte donde se produce el dinero, se resquebraja”.

“La ironía aquí es que el mismo ímpetu que los llevó a separarse de su organización progenitora (el Cartel del Golfo) es el que los desgarra ahora”.

Los otros observan

Aunque ninguno de los consultados sabe con exactitud el motivo del rompimiento entre Z3 y Z40, sospechan que puede ser por control de territorio o dinero. Aunque no descartan que haya sido por una mujer o por una carrera de caballos, a la que ambos son muy aficionados.

Sin embargo, cualquiera que sea el motivo, lo cierto es que diversos medios mexicanos registran que la violencia ha aumentado en los últimos meses en estados del norte -como Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y San Luis Potosí- donde son fuertes tanto Lazcano como Treviño.

Los expertos consultados no esperan que los niveles de violencia se reduzcan pronto. Por el contrario, creen que se desbordarán hasta bien entrado el próximo año.

A eso se agrega que los otros carteles hasta ahora se han limitado a observar, sin intervenir. ¿Qué sucederá si deciden hacerlo?

Todo esto constituirá un desafío para el presidente electo Enrique Peña Nieto, del PRI, quien ganó con la promesa de reducir la violencia y quien asumirá el poder el 1 de diciembre politicamente disminuido por las acusaciones de fraude de la oposición.

Además, deberá tomar una decisión sobre cómo sacar provecho de esta disputa porque, hasta el momento -cometan los analistas-, el gobierno actual no ha sabido hacerlo.

Y en cuanto a los Zetas como organización, ¿qué puede ocurrir? Steven Dudley arriesga una respuesta:

“Los Zetas como marca puede sobrevivir, pero las diferencias y los cambios dentro de la organización van a ser tremendos”.