Cosecha Roja.-
Hace algunas horas, el jefe de la policía de Santa Fe, Hugo Tognoli, renunció a su cargo al quedar involucrado en una investigación sobre narcotráfico. Tognoli había sido titular del organismo encargado de la lucha contra el narcotráfico, pero ahora está acusado de ser el destinatario de las coimas que paga el narcotráfico para garantizar la protección policial. Según publicó Página12, la justicia federal, además de pedir su detención, habría ordenado el allanamiento de su casa y su despacho. Una investigación dela Policíade Seguridad Aeroportuaria habría determinado que el oficial brindaba protección a un jefe narco y era el encargado de recibir las coimas de la venta de drogas.
El ministro de Seguridad de Santa Fe, Raúl Lamberto, se enteró por los diarios que el jefe de la policía provincial, nombrado por su antecesor en el cargo, estaba siendo investigado. Unas horas después que se desató el escándalo, el ministro le pidió la renuncia al comisario. Detrás de él, el segundo en la cadena de mando en la policía, Cristian Sola, puso a disposición su propia renuncia. Si bien el sub jefe no está siendo investigado, lo hizo “por una cuestión de ética”. Por estas horas, Raúl Lamberto está analizando junto al gobernador Antonio Bonfatti el futuro de Sola.
-Oscar, pasame quién es el proveedor en Cañás y quién es el jefe- consultó según quedó registrado en las escuchas, el dueño de un prostíbulo al que se investigaba por trata de mujeres. El hombre quería hacer una compra de droga y quería saber con quién tenía que arreglar.
-El de Cañás es Ascaini y el de Villa Cañás 30 mil directo con Tognoli–contestó, por mensaje de texto, el comisario mayor Oscar Ledesma.
El diálogo, reproducido en la nota periodística que denunció el caso, forma parte del expediente en el que está involucrado el comisario Tognolli.
“30 mil pesos es para algo chico”, explicó una fuente policial a Cosecha Roja. Según contó, el capo de la banda que maneja el narcotráfico en la zona noroeste de Rosario paga 100 mil pesos por mes de coima a la policía.
Carlos Ascaini -a quien hace referencia el diálogo que figura en la causa-, es un importante narco de la zona, que estaba siendo investigado porla Policíade Seguridad Aeroportuaria (PSA). Desde hace algún tiempo, los jueces federales prefieren utilizar fuerzas nacionales en las investigaciones sobre narcotráfico en la provincia. Tienen fuertes sospechas –en algunos casos comprobadas- que la policía santafesina forma parte del negocio.
Hace algunos meses, Ascaíni se enteró que estaba siendo seguido por autos desconocidos. El comisario Tognoli habría consultado en el Registro dela Propiedad Automotorlas patentes de estos vehículos –que eran dela PSA-y le habría pasado la información al jefe narco.
Los vínculos de la policía con el narcotráfico en la provincia no son nuevos. La masacre de Villa Moreno, ocurrida el primero de enero de este año, desnudó una trama de complicidades policiales de larga data que garantizaban protección a los narcos.
Dos meses antes de la masacre, en un megaoperativo, la PSAdetuvo a La Tía, una mujer de 60 años que manejaba diez kiosquitos de droga. A partir de las escuchas telefónicas, dos policías del comando radioeléctrico fueron procesados por cobrar una coima. A partir de este caso, la Justiciallegó hasta Ignacio Actis Caporales, alias Ojito, líder de la banda que proveía de drogas a La Tía. En una oportunidad, mientras manejaba su Audi por la zona sur de Rosario, se enfrentó a tiros con un patrullero. Ojito y otros dos hombres fueron detenidos. Después de acordar con los policías de la comisaría, se fraguó un falso secuestro del que los tres narcos supuestamente habían sido víctimas. De esa manera, Ojito pudo recuperar su auto y mantenerse libre de antecedentes policiales.
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