Azul Montoro fue asesinada en un departamento céntrico de la ciudad de Córdoba con 19 puñaladas de arma blanca. Tenía 23 años. “Para nosotras estos crímenes nunca son aislados, y éste caso se da en un momento de violencia descomunal en todo el país”, dijo la coordinadora provincial de ATTA, Celeste Giacchetta. Hay un detenido por el crimen. Fotos: Juan Pablo Martínez.
Azul y Maina se despidieron antes de salir a trabajar como cualquier noche. Estaban cuidando el departamento de una amiga en el centro de la ciudad de Córdoba y habían pasado la tarde mirando televisión y descansando antes de salir a la calle.
Azul caminó hasta la zona del Mercado Norte. Tenía 23 años y era de Villa Mercedes, San Luis. Vivía a pocas cuadras del edificio ubicado en Rincón 150, donde Maina la encontró sin vida cuando volvió a la madrugada. La asesinaron de 19 puñaladas con un arma blanca en el cuello y en el torso durante la madrugada del 18 de octubre.
“Llegué tipo cinco de la mañana y encontré la puerta sin cerrar. Azul estaba en la pieza sin vida, con el cubrecamas lleno de sangre. También habían apuñalado a la perra”, contó a Cosecha Roja Maina.
El único detenido por el crimen, Fabián Casiva, también de 23 años, fue interceptado horas más tarde con el teléfono de la víctima en sus manos: atendió llamadas y respondió mensajes de Whatsapp cuando Azul ya estaba muerta. La Policía lo detuvo en la zona del Neuropsiquiátrico de Córdoba con manchas de sangre en su ropa. Habría sido un cliente ocasional de Azul, aunque algunas de sus compañeras lo recuerdan como una cara conocida en la zona.
Cuando Maina vio el cadáver llamó a la policía y salió corriendo a la calle a gritar. Ese mismo día sus compañeras realizaron una marcha frente a la Central de Policía para pedir justicia.
El de Azul es el séptimo transfemicidio en Córdoba contra trabajadoras sexuales en los últimos tres años. Se suma al de Estrella Sánchez, Laura Moyano, Vanesa Ledesma, Cindy Arias y una lista que aún sigue impune porque los crímenes no terminan de resolverse.
“Córdoba es una provincia sumamente conservadora que hace más de cinco años sigue sin dar respuestas a los reclamos que hacemos como población, como el de cupo laboral trans, que es una de nuestras principales luchas y que podría haber salvado la vida de Azul”, dijo a Cosecha Roja Celeste Giacchetta, coordinadora provincial de ATTA, la Asociación de Travestis, Transexuales y Trangeneros de Argentina Filial Córdoba.
“Las chicas están expuestas al trabajo sexual como única manera de supervivencia y sin ninguna protección, con la falta de garantías para ejercer el trabajo sexual en la calle. Quedan entonces a merced de la Policía y a merced de estos hijos de puta como el que asesinó a Azul”, agregó.
Para Candela Samaja, otra integrante de la organización, el crimen fue con saña, igual que todos los asesinatos a mujeres trans: “Morimos en situaciones espantosas, jóvenes, pobres y siempre en la marginalidad. El Estado es responsable de esto”.
El entierro de Azul fue en Villa Mercedes. Desde Córdoba viajaron amigas e integrantes de ATTA. Maina fue una de ellas. “Fuimos a despedirla todas sus compañeras. Necesitamos un poco de justicia”, dijo a Cosecha Roja.