Alfredo Molano Bravo es un hombre de pelo cano y voz reflexiva. Lleva más de 20 años investigando el conflicto armado en Colombia. Este experto en conflictos por las tierras fue invitado para cerrar hoy el 11° Festival de Cine de Neiva Cinexcusa. Antes, habló en exclusiva con Cosecha Roja.
Por: Paulina Yáñez Vargas
“Yo me arañaba la cara de ira pero se lo llevaron. No hubo nada que valiera: ni los llantos, ni los ruegos ni las explicaciones que él trataba de darles para explicarles que no era que estuviéramos colaborando con los paras sino que nos habían engañado haciéndose pasar por guerrilleros. No hubo nada. Lo amarraron al palo de una cerca y lo asesinaron”.
Las líneas aparecen en Desterrados, un libro que el sociólogo colombiano escribió en el exilio. En sus páginas pone en primera persona las historias que le contaron a lo largo de su incansable tarea de narrar el conflicto de su nación. Las reinterpreta con respeto a la verdad y a la necesidad de memoria en un país que aspira a construir la paz en medio de la polarización política.
Se piensa como un amigo del camino y las rutas del tiempo están marcadas en su rostro. Hoy cerrará el 11° Festival de Cine de Neiva Cinexcusa y hablará con el público en un encuentro combina el cine, la literatura y las ciencias sociales para reflexionar sobre los Acuerdos de Paz logrados por el Gobierno Nacional y las FARC-EP, la guerrilla más antigua de Latinoamérica. Su tema: conflictos de la tierra. Habrá streaming en www.cinexcusa.com desde la Universidad Suramericana y dirá cosas como esta: “Siempre las guerras se han pagado en Colombia con tierras”. Hablará de sus 20 obras y de la bibliografía obligatoria para quienes deseen conocer la guerra en Colombia, sus avatares, víctimas y verdugos.
¿Cómo ve las condiciones para el retorno de los “desterrados” a sus parcelas en caso de que se alcance el consenso nacional para la paz?
Son ocho millones de desplazados y hay personas que no quieren regresar porque no tienen confianza de que el Gobierno les garantice la vida y la propiedad. Eso tiene que ver naturalmente con que rebajen las amenazas del paramilitarismo o como se llame ahora. Es grave si siguen matando dirigentes campesinos que están apoyando el regreso de los desplazados y el Gobierno tiene conciencia del peligro. Reinstalar ese número de personas es un reto enorme.
Lo bueno de la Reforma Agraria Integral lograda por las FARC y el Gobierno colombiano en el Acuerdo final para la terminación del conflicto…
El logro de los siete millones de hectáreas para las reservas campesinas, se pedían nueve, es una buena posición desde el punto de vista económico para los campesinos y desde el político porque en esas zonas puede afianzarse una cultura de carácter campesino.
¿Qué faltó?
Entre los acuerdos no quedó ningún límite a las Zonas de Interés de Desarrollo Rural Económico y Social (Zidres)- aprobadas en el Congreso de la República en enero de 2016-. Lo que está detrás de eso son principios de gran empresa capitalista agraria, del latifundio empresarial muy peligroso porque van a sacar a la gente, sobre todo en los Llanos Orientales, con el argumento de que es muy caro conservar esas tierras, que éstas son estériles, etc.
¿Pero pueden coexistir el acuerdo de Reforma Rural y la Ley Zidres?
Ellos tienen la idea de que pueden coexistir esas dos formas de propiedad y realmente eso puede ser si una no se amplía contra la otra. Si van a hacer latifundios quitándole a la gente los baldíos como tradicionalmente ha sido, allí va a haber problema. Si se llega a regularizar seriamente, con catastro en mano, se resuelve.
Usted dijo que otra de las cosas en las que el Acuerdo quedó a medias es en la cuestión energética y medioambiental. ¿Cuál es el riesgo para las zonas de conservación ambiental?
La gran amenaza para los Parques Nacionales Naturales es el turismo y las empresas turísticas que están listas a meterles la mano. La solución no es poner a los guerrilleros a cuidar los parques sino que las comunidades sean las que tengan la responsabilidad de manejar el turismo en esas zonas.
¿Qué opina del tratamiento de los medios de comunicación a este Proceso de Paz?
Los medios de comunicación han ido variando pero tienen una historia de criminalización con la guerrilla que lleva 50 años, los han vuelto unos monstruos en la imagen pública y ya cuando decidieron que no eran tan monstruos, tan asesinos, ya era tarde. El papel de ciertos medios fue nefasto, deformaron la realidad de manera calculada y perversa. A partir del origen, que es la extrema derecha, han creado mentiras. Esa sí es una impunidad que habría que castigarla legalmente.
Foto: *Señal Colombia
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