En Twitter Andrés Calamaro lo dijo así: “La violencia de género, en Argentina, procede de la siguiente manera. Una mujer asesinada por día, seis varones. En un año, el porcentaje de asesinatos masculinos es de un 88% … Son estadísticas, no opiniones”.
“Que parte no se entiende de una estadística #EsPregunta”, tiró el músico en otro tuit. Las estadísticas, en realidad, son un poco más complejas. Y como toda estadística por sí sola no dice nada. Hay algo cierto en lo que dice Calamaro: la gran mayoría de las víctimas de muertes violentas son varones. Según el Informe 2019 de la Corte Suprema sobre Homicidios Dolosos el año anterior fueron asesinadas 143 personas en la ciudad de Buenos Aires: el 85 por ciento eran hombres.
Las muertes de hombres no son un argumento válido para restarle importancia a las muertes de mujeres. Hay algo que Calamaro no dice o no termina de entender: la masculinidad CIS hetero hegemónica mata hombres y mujeres. El mismo informe demuestra que el 91,8 por ciento de los crímenes con autores identificados son cometidos por varones.
“Quizás tendríamos que pensar las responsabilidades de la cultura cuando construimos una masculinidad violenta como único modo de expresar la masculinidad”, explicó a Cosecha Roja la doctora en filosofía Diana Maffia, directora del Observatorio de Género en la Justicia del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires.
O sea: los hombres son los que matan. Y cuando matan mujeres -en la mayoría de los casos- lo hacen porque son mujeres. “Los varones se mueren en peleas, en luchas violentas entre ellos, en exposiciones físicas extremas. Mueren en situaciones a las que los obliga una construcción totalmente patriarcal de la masculinidad. Las mujeres morimos como víctimas precisamente de esa construcción patriarcal de la masculinidad ”, dijo Maffia.
Ningún tipo mata a otro porque no quiere tener sexo con él o porque lo considera su propiedad. A las mujeres sí las matan por eso. En 63 casos de femicidio en los dos primeros meses del año, el 66 por ciento fueron cometidos por parejas y exparejas. La mayoría de los femicidios tienen una historia de denuncias, perimetrales, amenazas y golpes.
Y las muertes de hombres, a contramano de lo que cree Calamaro, confirman la violencia machista que también evidencian los femicidios. Son dos fenómenos que muestran lo mismo.
Buena suerte y hasta luego, Andrés.
