“Hace no mucho tiempo vivía en Chile una mujer llamada Isabel. Isabel protestaba cada vez que la trataban de manera distinta por ser mujer. Cuando alguien le decia que no podía hacer algo por ser niña, su corazón ardía de indignación. A Isabel le encantaba escribir y le fascinaba la gente y sus historias, por lo que decidió convertirse en periodista”.
Así narran la historia de Isabel Allende Elena Favilli y Francesca Cavallo, autoras de Cuentos de Buenas Noches para Niñas Rebeldes. Aquello que empezó como un proyecto colaborativo se convirtió en un best seller. Vendió medio millón de ejemplares en seis meses y, según Adriana Fernandez, gerente editorial del área de literatura infantil, juvenil y contenidos de Editorial Planeta, hoy ya descansa en mas de 20 mil mesas de luz de niños y niñas argentinos y va por la quinta edición.
La propuesta de las autoras italianas consiste en narrar, a modo de cuento, historias de vida de mujeres que rompieron barreras apoyadas en coloridas ilustraciones con retratos de las protagonistas. Tal es el caso de la matemática Ada Lovelace, la piloto de fórmula 1 Lella Lombardi, la cantante Maria Callas, la activista por los derechos civiles Rosa Parks y la tenista Serena Williams, entre muchas otras. El punto de vista del libro es claro. “A todas las niñas rebeldes del mundo: sueñen en grande, aspiren a más, luchen con fuerza y, ante la duda, recuerden esto: tienen razón”, aseguran Favalli y Cavallo en el prólogo.
El auge de los libros para niños y niñas con perspectiva de género tiene lugar en la Argentina desde más de un año. “Son más las mujeres, pero también hay varones que me piden libros sobre cuestiones de género y diversidad familiar para sus hijos -asegura Luy Rodríguez Moreno, encargada de Todas las Hojas, una librería de Palermo- trabajo hace mucho en este rubro y hoy veo menos prejuicio, sobre todo en padres de entre 25 y 35 años, los chicos recorren la librería con total libertad y eligen. Y, si a un nene le gustó un libro que tiempo atrás se hubiera catalogado para nenas, no pasa nada, se lo lleva. Creo que está cambiando el enfoque en las crianzas y eso se nota cuando eligen libros”.
Nadia Fink, autora de las colecciones Antiprincesas y Antihéroes de Editorial Chirimbote y compiladora de Ni Una Menos desde los primeros años, una serie de ensayos con perspectiva de género que buscan crear vínculos más igualitarios, considera que: “Hay prácticas educativas y culturales instaladas pobladas de estereotipos. Revisándolas y revisándonos, podremos tirar abajo los prejuicios y lograr infancias más libres y, entonces, adolescencias y adulteces que rompan con el patriarcado”.
Algo de esto inspiró a Carolina Aguirre y a Eliana Iñiguez cuando hicieron Feministas para colorear. Pensaron en el libro que les hubiera gustado tener cuando eran niñas: “Cuando no nos explicaron que lo más importante era ser libres y fuertes, que podíamos ser lo que quisiéramos, astronautas, directoras de una empresa o pintoras, que iba a ser dificil ser mujeres en un mundo de hombre, pero sobre todo que íbamos a ser fuertes si estabamos juntas”, aseguran. La guionista y la ilustradora, amigas desde hace años, invitan a leer las historias y llenar de color los retratos de 35 mujeres que cambiaron el mundo.
Violeta Del Río es autora e ilustradora de Mi primer libro rojo, un volumen creado para acompañar a las niñas en la llegada de su menstruación desde un nuevo enfoque. “La Menstruación nos sucede a todas las mujeres durante 40 años sin embargo, no es ni nombrado ni visibilizado, está asociada a lo desagradable, lo secreto, lo incómodo”, asegura la autora. La propuesta de este libro es invitar a las niñas a vivir su menstruación y su pubertad de una forma que les permita conocerse y entender que esto que les sucede las conecta con las otras mujeres, las hermana: “No estamos solas”.
* Este artículo fue realizado en el marco de la Beca Cosecha Roja. también fue publicado en el Diario Perfil.