Lorena es bocona, efervescente. Tiene la mirada triste y el cuerpo tatuado con el nombre de sus muertos. No conoce de formalismos. Se la puede encontrar cuestionando a un funcionario en un pasillo de Tribunales, reclamando pertenencias del padre de sus hijos, o reprochando la absolución de los implicados en el crimen de su ex, Claudio Cantero, en pleno juicio oral que la tiene como acusada. Desde el 2013 esta mujer le puso el pecho a muchos avatares. En el camino perdió a una hija en un accidente de tránsito cuando la adolescente iba a visitar a su tío Ariel Guille Cantero al sur, dónde estaba detenido. Lorena Verdún cuenta su historia a quien la quiera escuchar. Dice que está vinculada a la causa Los Monos por protestar. No quiso aceptar un probation para limpiar el nombre de su familia en juicio. Hoy está acusada de pertenecer a la banda como testaferro, delito por el que la Fiscalía pidió 6 años de cárcel en el juicio oral más resonante de los últimos tiempos. Asegura que no es ella quien debería estar sentada en el banquillo de los acusados, sino Mercedes Paz, la última pareja del Pájaro Cantero.
Lorena Verdún nació en 1978. Justo dos décadas después comenzó una relación con Claudio Cantero, un adolescente por ese entonces al que ella esquivó por un tiempo. Fue madre en tres oportunidades. En 2008 la relación llegó a su fin. La aparición de otra mujer en la vida de Cantero llevó a Lorena a romper con todo tipo de vínculo con su familia política. Durante 5 años Cantero mantuvo una relación amorosa con Mercedes Paz, hasta su muerte.
El 26 de mayo 2013 Lorena contó en juicio que Cantero estuvo toda la tarde con el más pequeño de sus hijos en un supermercado y antes de irse a bailar habló por teléfono con ellos. El contacto era sólo por los chicos, dijo. Al otro día se enteró del ataque a balazos dónde mataron al hombre. Lorena dio estos detalles en el juicio por el crimen del Pájaro. Contó que no se hablaba con su familia política “porque mi marido tenía una pareja con Paz y yo lo amaba. Entonces estaba enojada y no hablaba con nadie”.
Lorena contó que tras la muerte del Pájaro, Mercedes se borró y ella retomó el vínculo con su familia política aunque poco después se llevaron a todos presos, dijo en aquella oportunidad. Entonces Lorena se presentó en Tribunales a reclamar las cosas que eran de Cantero. Para ella estas reiteradas visitas al Palacio de mármol derivaron en su vinculación a la causa por asociación ilícita que tiene a los Cantero en el ojo de la tormenta.
El juez Juan Carlos Vienna la procesó en febrero de 2014 por su participación en el grupo como testaferro. La acusó de poner a su nombre dos autos y dos motos adquiridos con el producto de los ilícitos cometidos por la banda. Lorena se defendió, dijo que trabaja desde siempre vendiendo ropa y que los autos que tuvo fueron de a uno. Vendió uno para comprar otro, aseguró. Tuvo la posibilidad de firmar un probation y no quiso.
Durante la investigación, su cuñado Ariel Máximo “Guille” Cantero se presentó en Jefatura, en junio de 2013, y quedó detenido. Hubo varios traslados a distintas cárceles, incluso en el sur. Cómo no le daban el traslado, Lorena fue a visitarlo, junto a su hija y otras personas. Iban en autos distintos y el primero se despistó. La adolescente falleció como consecuencia de los golpes que recibió ante la mirada de su madre. Lorena no tardó en volver a Tribunales y descargar su angustia en los pasillos de Tribunales. Culpó al juez que negó el traslado de su cuñado por el fallecimiento de Daiana.
El juicio
El martes 21 de noviembre comenzó el juicio oral al grupo, en el Centro de Justicia Penal. En cada ocasión importante para su vida Lorena se pone unos aros de oro con una medalla que tiene talladas las caras de su hija Daiana y de Claudio Cantero. Entre los 25 acusados hay dos mujeres, una de ellas es Lorena. El primer día llegó caminando y fue blanco de los fotógrafos, en el lado izquierdo de su pecho se pudo ver un enorme tatuaje con un corazón en alusión a Claudio Cantero. Hombre al que defiende a capa y espada aún muerto. Diez días antes, Lorena frenó la presentación del libro Los Monos. Ya iniciada la actividad entró y se sentó en primera fila, dónde cuestionó a los autores del libro que lleva en la portada la foto de su ex marido.
Ya en el debate Lorena habló en varias oportunidades. La teoría defensista se basa en el vínculo entre el juez instructor Juan Carlos Vienna y Luis Paz, padre de Martín Fantasma Paz, quien fue cuñado del Pájaro. Su crimen fue el origen de la causa por asociación ilícita. La primera vez que habló se quejó de que dos de los jueces del tribunal que presiden el juicio en su contra fueron quienes “absolvieron a los asesinos del padre de mis hijos”, dijo. En cuanto a la acusación en su contra aseguró que la causa la armó el juez instructor Juan Carlos Vienna. “Yo iba todo los días a pedir la pertenencias de Cantero. A él le molestaba, quería meter presa a toda la familia Cantero y me metió a lo último”.
Para la mujer el allanamiento que se hizo a una casa de Claudio Cantero en calle Regimiento 11 algunos días antes de su crimen, cuya orden de allanamiento fue pedida por la Brigada de División Judiciales fue el principio del fin “y lo que vino después fue armado para matar a Pájaro Cantero”, dijo y agregó “esperaron matarlo para ir contra los Cantero”.
Negó ser prestanombre de la familia, dijo que no se hablaba con los Cantero “siempre me maneje vendiendo ropa, he tenido un negocio. La misma Policía iba a comprar a mi casa, al negocio”.
Lorena acusó a Luis Paz –a quien no dudo en gritarle asesino cuando declaró en el juicio como testigo–, a la División Judiciales y al entonces juez instructor Vienna por la caída en desgracia de su familia política. De las pruebas que se ventilaron en el juicio hasta el momento, se nombró un informe económico dónde surgen los autos que tuvo Lorena. El último fue un Chevrolet Vectra a nombre de su hermana. Dijo Lorena que estaba a nombre de su hermana porque tenía un problema en AFIP. No hay escuchas que la tengan como protagonista.
*Artículo publicado en el marco de la Beca Cosecha Roja. También fue publicado en El Ciudadano.