En agosto el Senado frenó la ley de interrupción voluntaria del embarazo por 38 votos a 31. Afuera del recinto miles de personas con pañuelos verdes exigían por sus derechos. Pasaron los meses, pero los pañuelos siguen habitando los espacios públicos: colgados en carteras y mochilas, atados en las muñecas o el cuello. ¿Por qué los pañuelos no se guardaron? Cosecha Roja reunió algunas voces para entender su significado.
Patricia Rosemberg
Médica, responsable del área de Maternidad e Infancia de San Antonio de Areco y ex directora de la Maternidad Estela de Carlotto
Sigo llevando el pañuelo verde para que cualquier persona con capacidad de gestar identifique que puede contar conmigo para interrumpir su embarazo. Y también porque no hay que declinar nuestro derecho y socialmente tenemos que dejar instalado que más temprano que tarde tiene que ser ley y entonces es necesario ver que en las calles somos muchas, muches y muchos quienes vamos con el pañuelo verde más allá de lo que haya pasado en la Cámara de Diputados o de Senadores. Tenemos que seguir juntandonos para que que sea ley el año que viene.
Eleonor Faur
Doctora en Ciencias Sociales. Especialista en relaciones de géneros, familia y políticas públicas.
Llevo mi pañuelo para recordarle a quienes se opusieron que somos muchas, seguiremos luchando y tarde o temprano será ley. ¿Se imaginan transitar por la ciudad si los 2 millones que copamos la plaza lo lleváramos?
Ileana Arduino
Abogada (UBA). Feminista, con orientación en derecho penal. Maestra de la Beca Cosecha Roja y coordinadora del grupo de trabajo sobre feminismos y justicia penal de INECIP.
Me parece que rompimos un cerco de silencios alrededor de la clandestinidad, que todavía está garantizada por el Estado pero que nosotras socialmente hemos decidido poner públicamente bien alto nuestras reivindicaciones y sostenerlas más allá de las dinámicas institucionales. Llevar el pañuelo es una forma de mantener la lucha activa.
S. Ismael Menegolla
Diseñadorx gráficx y docente de la materia Diseño y estudios de género en FADU
El día siguiente a que el Senado apruebe el aborto clandestino, salí de casa a la mañana con el cuerpo cansado, pisé la vereda y me di cuenta que había perdido el pañuelo en la madrugada. Sin pensar, volví y busqué otro. Lo llevó en la mochila hace dos años y lo voy a seguir llevando hasta que se apruebe la ley y probablemente después también. Más allá de la Campaña, nos visibiliza como colectivo y genera complicidad con otros cuerpos que cargan con la opresión del patriarcado. Cuando veo alguien más con el pañuelo siento alivio, confío en que cada vez somos más, estamos en todos lados y lo vamos a tirar al carajo.
Victoria Donda
Diputada Nacional. Abogada.
Mi pañuelo verde y mi corazón verde se convirtieron en un símbolo de uno de los momentos que creo se va a considerar bisagra en la historia argentina. Todo el proceso de discusión del aborto fue una revolución en nuestro país y nuestro pañuelo verde pasó de ser una bandera por el aborto legal, seguro y gratuito a ser una bandera por la libertad y la igualdad de las mujeres.
Claudia Piñeiro
Escritora
Porque está casi tatuado, es parte de la mujer que queremos ser, ayuda a encontrar cómplices desconocidas por la calle, otras mujeres a las que mirás y decís: ella está del lado del mundo en el que quiero vivir. Y porque la ley, más tarde o más temprano, lo será.