Ensayo fotográfico por Yair Suárez Salazar
Los pescadores artesanales del Magdalena, el río más importante de Colombia y que desemboca en el Mar Caribe, todavía utilizan las técnicas que sus ancestros transmitieron de generación en generación. Durante décadas decenas de familias de la zona de Ambalema, Tolima y Beltrán Condinamarca vivieron gracias a los peces que ellos sacaban del agua con sus canoas, redes y atarrayas.
Pero su historia es muy distinta a la de sus abuelos, que vivieron en épocas de abundancia. Hoy las grandes empresas utilizan técnicas de pesca con pólvora o plomo que acaban de raíz con la producción piscícola. A los pescadores artesanales les resulta cada vez más difícil encontrar peces y garantizar el sustento de sus familias.
Desde hace más de veinte años, los pescadores formaron la asociación ASOPEZ Beltrán para exigir que se respeten las técnicas de pesca reglamentarias y los periodos de reproducción de los peces. En estos años, muchos de los miembros han sido perseguidos y amenazados.
Este artículo es parte de Los insaciables, un especial transnacional del Laboratorio de Periodismo Situado de Cronos Lab.