El bebé tenía puesto tres pares de medias y estaba envuelto en frazadas en un cochecito en la vereda, a unos metros de un centro de salud. Entre la ropa había una mamadera y una nota escrita a mano: “Lo dejo xq estoy en la calle”. Ayer la policía de Quilmes detuvo a la madre de 26 años, desocupada y víctima de violencia de género. La Justicia la acusa de abandono de persona.
“Ella hizo todo lo que humanamente pudo, se hizo cargo durante todo el tiempo que pudo. Son decisiones trágicas que las personas toman en una situación de desesperación, no son decisiones en libertad”, explicó a Cosecha Roja la doctora en psicología Débora Tajer, profesora adjunta a cargo de la Cátedra Introducción a los Estudios de Género de la Facultad de Psicología de la UBA. “Ella tuvo un gesto de cuidado al dejarlo ahí calentito, sabiendo que alguien lo iba a cuidar”, agregó.
“Hay una demanda social que le exige saberlo todo, poder todo y llevarlo hasta las últimas consecuencias. Como la Difunta Correa que muere amamantando a su bebé”, dijo la psicóloga Ana Larriel.
Según publicó Infobae, unas semanas antes de dejar a su hijo en un cochecito frente al centro de salud, Pamela contactó a uno de sus nueve hermanos y le pidió ayuda. No se veían ni se hablaban desde hacía varios años. Ella contó que no tenía plata para darle de comer a sus dos hijos y que Claudio, su pareja y padre del menor de los chicos, estaba detenido después de haberla golpeado y amenazado de muerte.
Claudio tiene 41 años y trabaja como changarín en la zona de Florencia Varela. Según Infobae, Pamela le contó a su hermano que estaba contenta porque él estaba por salir de la comisaría. “Esto habla de una dependencia económica pero también emocional, típico de la violencia de género”, explicó Tajer. Pamela vivió su infancia en el partido de José C. Paz en una familia de diez hermanos y padre y madre ausente. Según cuenta Infobae, abandonó la casa hace seis años y se instaló en la zona sur del conurbano. Su único vínculo con el Estado era a partir del cobro de una pensión de la Anses y como beneficiaria de la garrafa social.
“Lo primero que hay que preguntarse es dónde estaba el Estado”, planteó Larriel. “Hay instituciones a las que se puede acudir para contener el desborde ante la ausencia del Estado, como un comedor o una iglesia. Habría que ver qué la frenó: puede ser el temor, la angustia, la situación de encierro”.
Pamela fue detenida ayer en una casilla de dos habitaciones que alquila desde hace un mes en César Cantú y Lugones, en la localidad de Bosques, partido de Florencio Varela. Ella estaba con su hijo mayor en brazos. Los policías le secuestraron el DNI del bebé que abandonó frente al centro de salud y quedó detenida en la comisaría 4a. A la noche agentes del Gabinete Técnico Operativo de la Departamental de Quilmes también detuvieron al padre del bebé cuando volvía a la casa. Pamela y César pasaron ocho horas demorados por “abandono de persona”.
La situación judicial de Pamela y Claudio es diferente: ella está acusada del delito de “abandono de persona agravado por el vínculo” y él solo por “abandono de persona”. La condena social recayó casi exclusivamente sobre ella, la “mala madre”. “Hay una naturalizacion del amor materno, como si las mujeres viniéramos con un kit instintivo: tenemos que ser madres siempre, ante un embarazo no deseado, cuando no podemos hacernos cargo. Si un varón se borra no pasa nada, esos son los abortos de los varones”, dijo Tajer. “El problema es que las mujeres no podemos decidir: ni cuando criamos ni cuando abortamos ni tampoco cuando damos en adopción”.