– Ustedes saben lo que pasó con Santiago y no lo dicen – le cortó el discurso a Garavano la presidenta de Familiares de Desaparecidos, Lita Boitano.
– Eso no se lo permito – le respondió el ministro, que se puso de pie y caminó hacia la puerta.
Apenas le dio la mano a Estela de Carlotto con un escueto “Buenas tardes” y esperó afuera a Bullrich para ir juntos a la conferencia de prensa convocada en el cuarto piso, donde los esperaban todas las cámaras de los principales canales.
La reunión entre los ministros de Seguridad, Patricia Bullrich, y de Justicia, Germán Garavano y el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, y los organismos de Derechos Humanos que exigen la aparición con vida de Santiago Maldonado terminó antes de la media hora: las dos partes entendieron que no había nada más que hablar. Madres, Abuelas, Familiares, Hijos, APDH y otras organizaciones no recibieron respuestas a sus preguntas. El Gobierno aprovechó el enojo y sobreactuó un final anticipado de una cita que ya les era bastante incómoda.
El encuentro de este mediodía en la sede de Sarmiento del Ministerio de Justicia se precipitó luego de que los funcionarios se negaran a reconocer la desaparición forzada del joven artesano y de que exculparan el accionar de la Gendarmería en la incursión armada a la comunidad mapuche el 1º de agosto.
“La reunión no fue lo esperado. Nosotros les planteamos un trabajo en equipo. Nosotros trabajamos todos los días con desapariciones de personas. Pero ellos en vez de manejarse por los carriles normales se manejan con violencia”, dijo Bullrich frente a los micrófonos. “Había una parte del grupo que estaba de acuerdo con nuestros planteos pero se impuso el sector más reaccionario”, agregó Garavano. “Nosotros no vamos a acusar a la Gendarmería si no lo hace el juez. Por el contrario, la investigación está yendo hacia el lado opuesto. Espero que todos los que señalan esa fuerza se corrijan si la investigación comprueba lo contrario”, explicó la ministra.
Cuatro pisos abajo, en la puerta del ministerio, en medio del ruido de bombos y pirotécnica de la marcha de la CGT a Plaza de Mayo, los organismos armaron otra conferencia. Con Carlotto, Boitano y Taty Almeida, de Madres Línea Fundadora, a la cabeza y los otros participantes de la reunión detrás, se escuchó la otra versión. “Nos vamos peor de lo que llegamos. Nos proponían que trabajemos todos juntos, pero cómo lo vamos a hacer si no reconocen la desaparición forzada de Santiago. Y niegan todo lo que hay, grabaciones y testigos. Es muy triste que después de 40 años estemos pidiendo aparición con vida”, dijo Almeida.
Carlotto agregó: “Tengo el alma la tengo destrozada. El mundo entero está pidiendo por la aparición de Santiago y en la Argentina quieren imponer su historia oficial. Es una pena que una ministra que supo ser militante junto a nuestros hijos ahora tenga cara de piedra”.
En la reunión previa Bullrich despegó a su jefe de Gabinete, Pablo Nocetti, que estaba en Esquel el fin de semana de la represión. Cuando le preguntaron sobre la responsabilidad del funcionario en el operativo que terminó con la represión en Cuchamen, ella respondió: Nocetti iba “a una reunión a Bariloche y se bajó del auto para saludar a gendarmes en esa zona, pero no estuvo a cargo de ningún operativo”. Esa respuesta provocó una de las tantas reacciones de los integrantes de los organismos.
Desde hace unos días que el gobierno tiene problemas con el manejo de su propia comunicación sobre el caso. El sábado convocaron vía Twitter a hacerle preguntas a Garavano y Bullrich, que ellos contestaría hoy en vivo y por Facebook: el anuncio se convirtió en una especie de cadena masiva en la que más de 2.000 personas preguntaron “¿Dónde está Santiago Maldonado?”. El mensaje se replicó durante horas.
Esta mañana, durante la transmisión en vivo, luego de hablar veinte minutos sobre sus logros en la lucha ante el narcotráfico, los ministros le dedicaron dos minutos a la desaparición y defendieron una vez más a Gendarmería. “Lo que no queremos es que de entrada se diga algo que no está probado. Nuestras fuerzas de seguridad tienen que tener como cualquier ciudadano argentino la posibilidad de tener justicia”, dijo Bullrich.
*
Maldonado participaba de una protesta por la detención de lonko mapuche Facundo Jones Huala sobre la ruta 40 en la localidad de Cushamen y los familiares acusan a la Gendarmería por su desaparición. En ese operativo intervinieron entre 80 y 100 agentes de Gendarmería Nacional que entraron en la comunidad mapuche Pu Lof en Resistencia, en Cushamen. A la vera del río, perseguido por los gendarmes, lo vieron a Maldonado por última vez. Los testigos declararon que lo subieron contra su voluntad a una camioneta. Lleva 21 días desaparecido.