Texto y foto por Julia Drangosch*
Es la segunda quincena de enero en Mar del Plata y los 42 grados récord que agobiaron hace unos días -como reflejo de la crisis climática- parecen un recuerdo lejano. La amenaza constante de lluvia tiñe de gris a La Feliz. Vuelven los buzos y camperas y también vuelven a la calle los vecinos y vecinas en un nuevo Atlanticazo. Salen para mostrar el rechazo de la ciudad a la exploración y explotación de hidrocarburos de petroleras a 300 kilómetros de Mar del Plata y frente a las costas de Bahía Blanca.
El fin de semana hubo cortes de ruta. Los espacios que forman la Asamblea por un Mar Libre de Petroleras activan desde hace meses en rechazo al proyecto de expansión petrolera en la costa bonaerense. Este martes el lugar elegido para concentrar es una de las sedes de la Administración Nacional de Seguridad Social (Anses), la de Luro y Jara.
¿Por qué? Según denuncian desde la Asamblea, porque con el Fondo de Garantías de Sustentabilidad (FGS), gestionado por ese organismo desde el 2007, “se financian proyectos de extracción, producción e infraestructura de empresas petroleras, lo que profundiza las políticas extractivistas y el despojo de los territorios”.
La consigna, entonces, es clara: “Con fondos del Anses se financia la explotación petrolera en Argentina”. La acusación fue rechazada por el organismo estatal, desde donde aseguraron que “nunca financió ni va a financiar la exploración petrolera offshore” mediante el FGS. Pero la bronca, el enojo y la indignación crecen por el riesgo que corren recursos naturales que para la ciudad son preciados y necesarios.
“El proyecto de plataformas petroleras offshore en aguas ultraprofundas se anuncia falazmente, como se hizo con Vaca Muerta, como una inversión que traerá dólares a la Argentina para equilibrar la macroeconomía y dar al país soberanía energética. Sabemos que no solo ambas cosas no son ciertas, sino que el daño que producen estos proyectos en la naturaleza es de extrema gravedad y que a muy corto plazo repercutirá en un deterioro de la salud de toda la población”, dicen desde la Asamblea mientras un grupo de personas hace una intervención artística.
La movilización es plurinacional: no sólo marcha Mar del Plata sino que hay movidas en otros veinte puntos del país. El descontento es tal que el Atlanticazo no se circunscribe solo a lo que pasa en la costa atlántica.
“¡Basta de financiar el extractivismo petrolero! ¡Las petroleras en el mar no pasarán! ¡Fuera petroleras!, dicen los que marchan. Y la mirada de los transeúntes se posa atenta en los carteles, en las intervenciones artísticas, en las banderas, en la música que todo lo invade.
La discusión de fondo tiene más que ver con el modelo productivo de nuestro país y atraviesa temáticas amplias y diversas que van desde las energías renovables y el riesgo ambiental hasta la transición energética.
En el medio, y más allá de todo, hay un proyecto aprobado, con el aval y el apoyo del gobierno nacional. Y como suele suceder con las temáticas que se instalan en la agenda, abundan las voces a favor y en contra: están quienes reducen el reclamo a “los ambientalistas” con tono despectivo y quienes sostienen la lucha en defensa de la sustentabilidad ambiental.
En los últimos días la discusión por las petroleras en Mar del Plata llegó también al Poder Judicial, donde se tramitan cuatro amparos impulsados por distintos sectores. Uno de ellos fue presentado por el intendente de General Pueyrredon, Guillermo Montenegro, quien asegura que “el daño que se puede generar en nuestra ciudad puede ser permanente”.
“Nos convocamos a denunciar a las corporaciones petroleras, a las empresas locales y a los funcionarios y políticos que son parte de este entramado extractivista que crea una deuda impagable para justificar el ecocidio y la crisis climática más voraz de la historia”, dicen desde la Asamblea.
La marcha sigue su rumbo hasta el Monumento a San Martín, a escasos metros de la Municipalidad y en pleno centro de la ciudad. Las consignas se repiten, entre megáfonos, bombos y batucadas.
“Creemos que no hay garantías de que con los fondos de Anses no se subsidiarán proyectos de extractivistas. No solo venimos a repudiar el actual financiamiento del extractivismo, sino también a manifestarnos en contra de cualquier otra iniciativa de esta índole en el futuro”, repiten desde la cabeza de la marcha y se vuelve a sentir el grito: “¡No es no!”.
En la memoria de los que marchan está el antecedente más reciente del Chubutazo que logró frenar la expansión minera gracias a la lucha de la comunidad. Vecinas, vecinos y organizaciones de Mar del Plata buscan lo mismo con la mirada puesta en la conservación ambiental y en la reconversión hacia las energías renovables.
*Julia Drangosch es periodista digital y docente de Mar del Plata. Pasó por varias redacciones locales, además de por distintas radios y medios de la ciudad. Es fundadora y editora de Qué digital (www.quedigital.com.ar), medio cooperativo nativo digital de la ciudad de Mar del Plata.