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Eliana Gilet – Brecha.-

¿Cómo se hace para que aquello que fue un delito deje de serlo en la mente y percepción de quienes tienen la potestad del uso de la fuerza? ¿Cómo se logra en pueblos chicos, en barrios, en infiernos grandes? El protocolo de actuación policial no está listo, el Ministerio del Interior le tira la pelota al Ircca y el Poder Judicial hace patente su variedad de criterios. Mientras tanto, los usuarios piden la palabra con un único ruego: el fin del asedio.

Era mediodía cuando le golpearon la puerta. Había cumplido con la ley, se había registrado y estaba tranquilo. Tenía experiencia, pero la regulación le dio el aval para animarse a sacarlas al fondo. Mezclarlas con los tomates y los morrones que completan la huerta.

El trato fue brusco y burlón. No entendían razones ni papeles, ni registros ni nada. Venían a llevarse las plantas, las de tierra y las de maceta, que respiraban el sol del fin de noviembre. Se lo llevarían también a él, ocho horas en el calabozo de la Seccional 7ª de Bella Unión.

La noticia del allanamiento la dio a conocer La Diaria en su edición del jueves 27 de noviembre. El acontecimiento sucedió el martes 25. Dos días más tarde, convencido del atropello sufrido, Marcos Berneda llevó su caso ante la doctora Sonia Godoy. La abogada explica que el operativo tuvo origen en una denuncia de la que no conocen su procedencia, y aporta un detalle importante: todo el procedimiento contó con el aval del juez letrado de segundo turno Heber Peña. ¿De qué delito se lo acusa? “No hemos visto el expediente porque hasta esa semana todo se mantenía en la órbita policial, según nos dijeron se lo catalogó como ‘presuntas plantaciones ilegales’.”

La abogada descarta animosidad de las partes, juez incluido, y alerta sobre la “desinformación total en torno a la nueva ley”. Agrega más razones: “Tomé contacto con el caso recién el jueves de esa semana. El juez se encontraba fuera de la ciudad atendiendo a un curso, y es manifiesto que una cosa es la letra fría de las leyes y otra su puesta en aplicación. Piense también que estamos en el último lugar del mundo, acá no llega nadie. El juez debe hacerse cargo de todas las materias (no sólo la penal) y eso hace más difícil aun su labor”.

Según relata la abogada, el argumento manejado para dar vía libre al procedimiento fue entender que las semillas procedían del mercado ilegal. El problema fue que una vez liberado Berneda, el juez habilitó la destrucción de todas las plantas incautadas. El afectado presentó un oficio ante el juzgado local en el que, además de adjuntar copia de su registro como cultivador, relata que de las nueve plantas que se llevaron sólo una era hembra y había florecido. Debe recordarse que la ley permite seis plantas definidas féminas, los machos no tienen la cualidad psicoactiva, por lo que no cuentan en el total. Tampoco cuentan aquellas que aún no hayan definido su sexo, como en el caso de las otras ocho de Berneda. Es usual que los cultivadores de marihuana planten más de las que piensan conservar, porque los machos siempre acechan. Berneda cierra su escrito reclamando por la devolución de las plantas que cosechó y cuidó con esmero y tiempo, y, por si a alguien no le había quedado claro, afirma: “no soy un delincuente, no cometí delito alguno”. Al cierre de esta edición, el juez Peña resolvió reintegrarle las plantas en cuestión al cultivador.

Una semana antes sucedió lo que sigue. Julio Rey, presidente de la Federación de Cannabicultores del Uruguay (Fenacu), estaba pitando en la plaza de los bomberos. Había venido a Montevideo a una reunión del Ircca que se realizaría unas horas más tarde. “Dos policías me pidieron que me retirara de la plaza, y lo hice porque tenía cosas más importantes que hacer. Crucé la calle y vi otros dos policías en una camioneta que observaban la situación. No me pude resistir, fui y pregunté: ‘Quería informarme por qué me detuvieron en la plaza por querer fumarme un porrito’Uno se bajó revoleando las esposas, me preguntó si quería que me condujera, que lo que yo estaba haciendo era ilegal, desconociendo la propia ley, la cual yo conozco de sobra.

En un momento llegó a decirme: ‘Si te veo a vos con un porro te lo saco. Ya preguntó y le respondimos, ahora circule’. Yo seguí a donde iba. No llegué a caminar veinte metros cuando escuché a los agentes llamándome. Querían que les mostrara el celular, muy preocupados por si los había grabado.” Planteó la situación al llegar al Ircca y la respuesta fue que la Policía sólo puede intervenir ante una transacción. La ley contempla el mismo reglamento que para el cigarrillo en los espacios públicos. El consumo está despenalizado desde 1974.

A comienzos de este año el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, reafirmó lo expresado por el Ircca en una entrevista en los informativos Coride Radio Montecarlo: “La Policía tiene que trabajar cuando se comete un delito. Si violentando la regulación se comete un delito, ahí tiene que entrar. Para mí no es la Policía la que tiene que fiscalizar”.

 “Decidimos hacer una convocatoria en la plaza Cagancha, a la que concurrieron unas 150 personas –relata Rey–, hicimos una carta, que fue firmada por los presentes para remitir al Ministerio del Interior, al jefe de Policía de Montevideo y al Irccasolicitando que se informe a estas seccionales y que se elabore una guía de actuación de la Policía cuando registra consumo de cannabis en Montevideo. No sabemos si son un grupo de policías mal informados o con mala actitud. Sabemos que no hay orden del ministerio, y con la Jefatura no hemos podido comunicarnos.” Brecha sí se comunicó con Mario Layera, jefe de Policía de Montevideo, quien manifestó que el tema está siendo coordinado por la Junta Nacional de Drogas y aún no tienen novedades a nivel de la Jefatura. “Se está armando un protocolo. Están terminando el trabajo y van a empezar las reuniones para la capacitación.

 Nosotros no vamos a discutir nada, recibiremos las directivas. Los clubes y autocultivadores están registrados, las personas que compran también, lo que tenemos que saber es dónde consultamos en caso de un procedimiento, si por ejemplo, haciendo un control a un vehículo encontramos una persona con una cantidad importante de marihuana. Tenemos que saber a quién consultar y cómo sigue ese tema. Para nosotros va a ser como el alcohol, que hay regulación para su venta: horarios, prohibición para menores, supongo que cuando salga esto va a ser algo similar.” ¿Se le puede pedir el registro a un consumidor? “No, eso no se puede. Eso es reservado y no tenemos por qué hacerlo.”

Desde el Ircca mantienen el silencio mientras trabajan en el protocolo de actuación policial en la línea que destaca Layera. En el final, Rey reflexiona: “Hemos iniciado la lucha y hemos dado la cara, sobre todo en los últimos cinco años, mucha gente que cultivaba en un contexto que era ilegal, reclamando cosas que rayaban en la apología, según quién interpretara nuestras declaraciones, ¿nos vamos a callar ahora?”.