Cosecha Roja.-
Un fondo de humo negro, tres soldados y una nena de 9 años corre desnuda y llora. La foto recorrió el mundo e ilustró la guerra de Vietnam. Un nene sudanés desnutrido y en posición fetal apoya la cabeza en la tierra. Atrás suyo, un buitre espera. La imagen ganó el Pulitzer en 1994 por retratar el hambre en África. El cuerpo del niño sirio muerto en la playa turca instaló definitivamente en la agenda que, si los países cierran sus puertas, quienes necesitan refugio -desde Centroamérica hasta África- mueren en el camino. “Los líderes políticos y los medios de comunicación insisten pero esto no es un problema de migrantes, es un problema de refugio”, dijo a Cosecha Roja Gonzalo Fanjul, investigador y experto en pobreza.
Según el especialista la crisis de refugio no tiene precedentes desde la Segunda Guerra Mundial. ¿Quiénes son los que huyen? “Si uno mira la composición del flujo del los movimientos de personas que llegan por tierra o por mar a Europa, la mayoría son sirios, somalíes, sudaneses: países en donde existen razones más que fundadas para escapar y solicitar asilo”, dijo.
Para Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Argentina, son miles los expulsados por conflictos armados, persecución, violencia y pobreza. “Más del 43 por ciento de las personas que cruzaron el Mediterráneo en 2014 eran refugiados. El 46 por ciento de las más de 170 mil personas que llegaron a Italia en 2014 provenían de Siria, Eritrea, Sudán, Afganistán o Irak. Alrededor de 4 millones de sirios son ahora refugiados en otros países”, explicó.
Los países europeos no saben cómo responder a la crisis y lo hacen de la peor manera. Para Belski la respuesta es “limitada y hasta ineficiente”. Fanjul explicó: “El número de refugiados que debería acoger Europa es ridículo con respecto a lo que hacen otros países. Según el cálculo de un diario español, a Madrid -una ciudad de 6 millones de habitantes- llegarían apenas 802 personas. Resulta obsceno que España cierre las puertas cuando hace 60 años solicitaba refugio a países como Argentina”.
Un refugiado -según la Convención de 1951 y la ACNUR- es una persona que deja su país natal por persecución de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social o político. El Líbano acogió 1 millón 800 mil refugiados en 2014 y se calcula que a fin de 2015 vivirán allí 2 millones. En Etiopía lo hace otro millón. En España son apenas 5 mil, igual que en Argentina. Según datos de la Comisión Nacional de Refugiados de Migraciones, entre 2010 y 2014 llegaron a nuestro país 233 sirios, 175 colombianos, 32 haitianos, 14 armenios, 10 senegaleses, entre otros.
La familia de Aylan -que tenía tres años- había salido el martes a la noche y viajaba en un barco inflable desde el suroeste de Turquía hacia la isla de Kos. El cuerpo del niño apareció en la playa turca de Ali Hoca Burnu al día siguiente. Su mamá, su hermano de cinco años y un joven de 18 también murieron. “Al no existir rutas legales seguras para los refugiados y migrantes que quieren llegar a Europa y, ante la determinación de la Unión Europea de sellar sus fronteras terrestres, un número sin precedentes intenta llegar por mar. La mayoría no llega”, dijo Belski.
El camino de los migrantes es tan peligroso entre África y Europa como entre Centroamérica y Estados Unidos. Quienes atraviesan México “sufren extorsiones, discriminación, golpes, violencia sexual, secuestro, desaparición y homicidio a manos de bandas criminales”, explicó Belski. En muchos de los abusos, hay funcionarios públicos involucrados, según los informes de Amnistía. “Los abusos contra los migrantes irregulares que atraviesan México con la esperanza de una nueva vida lejos de la pobreza son una de las cuestiones más acuciantes”, dijo. La red de tren de cargas en la que viajan se convierte su casa y se lo conoce como “El tren de la muerte”.
La mayoría de los miles que van hacia Estados Unidos son de El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua. México es un país de destino y de tránsito. En 2010 ante el Instituto Nacional de Migración pasaron 4,043 niños y niñas. Cuatro años después, la cifra aumentó a 23 mil 96, es decir creció 470 por ciento, según la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación.
Los que sobreviven, después se encuentran con el rechazo de las autoridades migratorias. “Decenas de miles de migrantes, entre ellos menores de edad, son recluidos de forma habitual en centros de detención en espera de su repatriación o su expulsión de México”, dijo Belski. Cuando el destino final es Estados Unidos y los viajantes son atrapados surge el problema de la detención de niñas y niños. Según un fallo de la Corte Suprema de fines de julio, no pueden estar junto con sus padres en cárceles comunes, una medida que obliga al gobierno a buscar medidas alternativas. Lo mismo pasa en Europa.
Según Amnistía Internacional los gobiernos europeos deben desplegar más recursos para auxiliar a los refugiados y migrantes en peligro e incrementar los canales regulares de migración para que no deban emprender una travesía por el mar. “Esta es una situación de emergencia, pero no sólo para España, que debe acoger a un puñado de migrantes. La foto del niño, que revuelve el estómago, se convertirá en un emblema como las fotos de Vietnam y Sudán”, dijo Fanjul.
Ilustración: Khaled Karajah
[Nota publicada el 3/9/2015]
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