Amir llevaba enfermo unos días. El lunes 6, Franco Rodrigo Gaspar Cinco fue a visitarlo a la casa de su novia, Alejandra Párraga. Llegó con una botellita de agua. “Dásela para que se cure. Está bendita en la Catedral”, le habría dicho a la madre.
Alejandra le dio de beber a su hijito de dos años. A los pocos minutos, el niño empezó a descomponerse. Desesperada, lo quiso reanimar. Franco, a un costado, miraba la escena, se agarraba la cabeza e intentaba marcar en el celular el teléfono de alguna ambulancia. Alejandra, en la desesperación, comenzó a practicarle respiración boca a boca. Pero no pudo saber si le estaba salvando la vida a su hijo. Desestabilizada, cayó al piso.
El papá de la chica los llevó a la clínica privada San Bernardo. Amir murió primero y Alejandra después.
La autopsia de ambos fue reveladora: la piel azulada, teñida por cianuros adheridos a la hemoglobina, dieron cuenta del envenenamiento.
Franco Rodrigo Gaspar Cinco fue detenido durante el sepelio: el agua que le dio al niño estaba envenenada con cianuro. Amir murió al ingerirla y Alejandra al hacerle respiración boca a boca. Ramiro Ramos Osorio, el fiscal penal de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas que intervino en el caso, explicó que fueron distintas las formas en las que ambos murieron. “El caso está totalmente esclarecido”, dijo en declaraciones a la televisión.
Gaspar Cinco fue detenido después del llamado de una mujer a la fiscalía. Ella dijo que el joven le había confesado: “Me mandé una macana grande” pero que no había comprendido hasta que vio la noticia de la muerte de la novia y el hijito. El joven de 28 años, docente, estudiante de periodismo y ex rugbier, fue imputado por “doble homicidio calificado” y podría recibir pena de prisión perpetua. Hoy, en la audiencia, se negó a declarar.
Ramos Osorio explicó que las testimoniales y los elementos de prueba demuestran que el imputado tenía la intención de deshacerse del menor y que, una vez consumado el envenamiento con cianuro, confesó su autoría a otra persona. Sobre el veneno dijo que el homicida usó cianuro de potasio, de venta libre en laboratorios para tareas vinculadas a la minería y limpieza de metales.
Hoy al mediodía cientos de estudiantes de la carrera de Nutrición compañeros de Alejandra Párraga pidieron justicia por ella y por su hijo Amir. Desde el Centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Salud, en el interior de la Universidad Nacional de Salta, marcharon con carteles por el campus universitario.
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