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Sonia Molina declaró ante el Tribunal de Bahía Blanca. La periodista Estefanía Heit y su esposo, el supuesto pastor Jesús Olivera, están acusados de haber mantenido secuestrada a la mujer durante tres meses en 2012, en una casa de Coronel Suárez.
“Olivera me abusaba y me decía que era para sacarme el demonio”. Esta fue una de las tantas frases de la declaración de Sonia Molina ante el Tribunal de Bahía Blanca que deberá impartir Justicia en la causa que tiene como imputados a la periodista Estefanía Heit y a su esposo, el supuesto pastor Jesús Olivera, acusados de haber mantenido cautiva a Molina durante tres meses en 2012, en una casa de la ciudad bonaerense de Coronel Suárez.
El debate comenzó pasadas las 10.30 en el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Bahía Blanca, integrado por los jueces Mario Lindor Burgos, Hugo de Rosa y Elena Baquedano, y situado en el edificio judicial de Estomba 34, frente a la plaza central de esa ciudad.
La primera en pasar al estrado para dar su versión de los hechos fue la propia víctima. Sonia Molina relató en detalle lo mismo que en 2012 había denunciado. Así, manifestó haber sido abusada “tantas veces” que no recuerda la primera y que los sometimientos eran de todo tipo.
Además, Molina confirmó que durante su encierro le dieron de comer “polenta con alimento para perros” y que en una oportunidad Olivera la obligó a comer “excremento de perro”. También recordó los diferentes tipos de torturas a los que fue sometida: quemaduras en sus manos, golpes con un martillo, entre otras cosas.
Si bien en su declaración Molina apuntó siempre a Olivera como el autor material de estos vejámenes, también expresó que Heit observaba lo que hacía su pareja y que, en una oportunidad, incluso ella le había pegado. “Hacían como que yo era una loca y que estaba como endemoniada, que me golpeaba sola. Supuestamente me golpeaban para sacarme al demonio”, dijo en su declaración.
El fiscal Eduardo Zarategui, representante del Ministerio Público en el debate, manifestó ayer al culminar la primera audiencia que el testimonió de Molina fue contundente y que ratificó cada detalle de lo que había expresado tanto en la denuncia como en cada una de sus declaraciones durante la instrucción. Además, manifestó que tanto Olivera como Heit deberán responder por lo ocurrido. “Hay elementos que comprueban que Heit comprendía la criminalidad del acto y decidió apoyar su marido”, expresó Zarategui. Esto hecha por tierra la idea de que Heit podría haber actuado bajo la influencia y sometimiento de Olivera.
Besos y sonrisas
Sonriente, el matrimonio entró a la sala de audiencias para afrontar al Tribunal. Poco antes habían dejado atrás el penal de Villa Floresta donde ambos cumplen prisión preventiva. Al entrar a la sala, Heit y Olivera llevaban sus manos esposadas. Ella vestida con remera roja y un sobretodo encima. Él de camisa a cuadros y campera. Apenas estuvieron cerca se besaron.
“La fiscal (María Marta Corrado) no hizo una investigación objetiva, nunca llamó a nuestros testigos”, expresó la imputada en declaraciones periodísticas antes de comenzar la audiencia. Además, apuntó a la víctima: “ella ganó mucha plata con esto”, dijo.
A partir de hoy, el tribunal tiene previsto escuchar 118 testigos propuestos por las partes en audiencias que se realizarán todos los días y fijó como fecha inicial para terminar el debate el 20 de mayo. El Ministerio Público Fiscal está representado por Eduardo Zaratiegui. El fiscal estará acompañado en la acusación por Gustavo Avellaneda, representante de Sonia Molina.
Heit llega a juicio imputada de “reducción a la servidumbre, lesiones graves y estafas”, mientras que su esposo está acusado de los mismos delitos más el cargo de “abuso sexual con acceso carnal”. Vale aclarar que la jueza de Garantías, Gilda Stemphelet, sobreseyó a Heit, durante la instrucción, de su “participación necesaria” en el delito de abuso. También, en el mismo fallo, se modificó la imputación por “tentativa de homicidio” para ambos acusándoselos solo de lesiones graves. Sin embargo, la Fiscalía 14 puede durante el juicio oral insistir con estas acusaciones, para que sea el Tribunal el que tenga la última palabra al redactar la sentencia.
En el juicio, Heit será asistida por el abogado Leonardo Gómez Talamonini, en tanto que Claudio Lovfall representará tanto a la periodista como a Olivera. “La única estrategia que tenemos es que la verdad salga a la luz porque este caso fue una pequeña bolita que se convirtió en un alud”, sostuvo Lovfall, quien dijo a Télam que en las primeras jornadas se mantendrá como “espectador”.
Tormentos y abusos
Heit (29) y Olivera (28) están detenidos desde noviembre de 2012, luego de que Sonia Molina (33) denunció ante la Policía de Coronel Suárez, en el sur de la provincia de Buenos Aires, que acababa de escapar de la casa de la pareja, en la que había estado cautiva durante tres meses.
Según Molina, el 12 de noviembre de 2011 la periodista y su esposo la privaron de su libertad y la sometieron a tormentos y abusos, al tiempo que la despojaron de todos sus bienes bajo un ardid motivado en cuestiones religiosas, ya que Olivera decía ser un pastor religioso.
La víctima aseguró que no podía escaparse de la casa porque Olivera la custodiaba todo el día. “Antes de que termine el juicio seguro van a declarar”, adelantó Lovfall, quien opinó que para el fiscal “va a ser muy difícil probar la reducción a la servidumbre” porque presentará testigos que darán cuenta de las actividades que regularmente cumplía su cliente fuera del hogar.
Durante su cautiverio, Molina dijo que llegó a pesar 45 kilos y sufrió quemaduras y lesiones con elementos punzantes. También denunció que Olivera abusaba de ella mientras Heit la grababa y que amenazaba con violar a su hija de 10 años, que había quedado al cuidado de su familia en Río Colorado, provincia de Río Negro, tras ser capturada por la pareja.
“El abuso no existió, hay contradicciones de la propia víctima sobre cómo era, si participaba solo Olivera o los tres”, afirmó Lovfall y, en ese sentido, señaló que en el debate se exhibirán notas periodísticas en las que, a su entender, la víctima da cinco versiones diferentes.
Consultado sobre por qué la víctima mentiría, el letrado sostuvo que “las pericias psicológicas no le dieron bien”, aunque tampoco son favorables a sus clientes. Los dos acusados siempre se declararon inocentes ante la Justicia y sostuvieron que era Molina la que no se quería ir de la casa de ellos porque estaba obsesionada con Olivera, que se golpeaba ella misma, no comía y les entregaba su dinero por decisión propia.
El matrimonio se encuentra alojado en la Unidad Penal 19 de Villa Floresta, en Bahía Blanca, y se visitan dos veces por semana. A través de su cuenta de Twitter, Olivera mostró el 12 de marzo pasado unas fotos junto a su esposa, en las que se los ve besándose, y dice “La verdad siempre sale a la luz: Somos inocentes, esa es la verdad”.
“Nuestro amor nos ayuda a soportar el encierro, la injusticia, la humillación y a esperar nuestra ansiada libertad”, agrega el supuesto pastor. En otro mensaje hay una imagen en las que se los ve leyendo parte del expediente y señala “Estudiando con @estefaniaheit la causa y preparando nuestra defensa”.
Foto: La Gaceta
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