“La reunión fue buena. Quedaron muchas cosas en el aire pero siento que estamos un poco más amparadas. Se podrá importar, se harán estudios, se creará un registro”, dijo a Cosecha Roja Pamela Vicente, mamá de Guadalupe de once años e integrante de Mamá Cultiva. A pesar de que Diputados dio media sanción al uso del cannabis medicinal, el autocultivo y el cultivo solidario seguirán estando al margen de la ley. Ahora, el proyecto pasará a la Cámara de Senadores pero las modificaciones que se puedan hacer no verán la luz este año.
Roxana Poggiolini cree que la media sanción es un avance. “Dimos un pasito, chiquito, en las medidas que se tomaron”, contó la mamá de Marco Peressut, un adolescente de 14 años que padece autismo y que usa aceite de cannabis. “Creo que las que quedamos salvadas de alguna manera somos las mamás que cultivamos. También hoy se le dio un marco legal y sólido a los médicos para que empiecen a atender y el Estado como dispensario de los aceites”, dijo a Cosecha Roja.
La sesión fue ardua. Duró más de cinco horas. Con la votación de 220 afirmativos, 0 negativos y una abstención, se aprobó el dictamen del oficialismo que autoriza los usos medicinales, las investigaciones científicas y la importación de un producto a base de cannabis que sirve para tratar algunos casos de epilepsia refractaria. Si bien la mayoría de los legisladores reconoció que la lucha de las madres para paliar las gravísimas enfermedades de sus hijos fue la que los llevó a esa discusión, no se dio lugar al pedido del cultivo y la fabricación del aceite. “Los que nos trajeron acá a los empujones son ellos, las madres, los padres, los familiares”, dijo Victoria Donda de Libres del Sur. “No hay cannabis medicinal sin autocultivo. El Estado debe garantizar el tratamiento”, sostuvo Miriam Bregman, del PTS Frente de Izquierda durante el debate.
Poco antes de finalizar la sesión, y a pedido de varios bloques, el oficialismo aceptó modificar su dictamen para que en el registro previsto para la inscripción de usuarios medicinales y familiares en la órbita del Ministerio de Salud se incluya una autorización “en virtud con lo dispuesto por el artículo 5 de la ley 23.737”. Así, los usuarios medicinales y familiares que se inscriban en dicho registro quedaran amparados para tener y cultivar su propio cannabis con fines estrictamente medicinales. Los detalles de este registro y sus alcances quedarán sujetos a la eventual reglamentación de la ley luego de su aprobación en el Senado.
“Se abrió un paraguas legal. Se va a crear un registro para que podamos seguir cultivando. Eso ocurrirá cuando esté todo reglamentado, cuando pase a Senadores. En 2017”, dijo Pamela Vicente. Para Poggiolini, el tema del usuario medicinal es quizás el importante: “El que se va a crear va a ser un registro con habeas data para que nuestra información no sea utilizada de manera no legal”.
El diputado Felipe Solá -que había presentado un dictamen de minoría que incluía el autocultivo- por el Frente Renovador presentó un dictamen de transición y propuso que “las familias que cultivan puedan seguir cultivando mientras el Estado no pueda proveer el aceite. El Estado está ausente si las familias se van en la mismas condiciones en que vinieron”.
Las organizaciones esperaron durante cinco horas en la calle. A la sesión sólo pudieron acceder algunas pocas mujeres de Mamá Cultiva. Entrada la noche, todos festejaron. Finalmente el cannabis medicinal se convirtió en una política pública.
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