Querido Messi:
Gracias por tanto. Nosotros siempre creímos en vos. Somos felices cada vez que te escapás de la marca personal de los cuatro tipos que se siguen a todos lados, levantás la cabeza y corrés al arco.
Por eso te escribimos. Te queríamos contar que no fuimos los putos los que dijimos que cantabas el himno con la cabeza gacha. Ni fuimos los putos los que reclamamos que te pusieras las pilas porque si no ibas al mundial perdíamos plata. Los putos -¡incluyendo a los que somos putos y periodistas!- siempre supimos que estabas dejando lo mejor de vos en la cancha.
Y te alentamos de corazón. Tenemos, querido Messi, un corazón enorme, al que podemos mirar de frente. Ser puto es también ser valiente. ¿Te acordás cuando tenías 11 y decían que no ibas a crecer más? ¿Y cuando te fuiste a España con apenas trece años?
Esa opresión en el pecho, querido Messi, es lo que sentimos los putos cuando nos enamoramos de un compañerito y nos convertimos en el puto del barrio. ¿Te imaginás lo que siente un pibe que está por salir del closet cuando once ídolos usan su identidad como insulto?
Los putos sabemos, como vos, lo que es reponerse a la adversidad. El bullyng que te hicieron los periodistas -¡tan machitos ellos!- es el mismo que recibimos nosotros casi todos los días de nuestras vidas. A veces también gambeteamos a los que nos marcan, pero cuando levantamos la cabeza no siempre está el arco: lo que suele haber son más y más tipos haciendo mismo de siempre; señalándonos con el dedo, tratando de apuntar su masculinidad haciendo mella de nuestros cuerpos.
Por eso te escribimos Messi. Podríamos apelar al chiste: gracias por dedicarle el triunfo a los putos periodistas y a la puta que nos parió.No hacía falta. A pesar del triunfo, a pesar de la alegría, ni los putos ni las putas queremos que nos dediquen nada.
Cuando una persona pública como vos dice puto como insulto, vuelven los dolores de la infancia, cuando en el colegio te señalaban y golpeaban. Cuando una persona como vos dice puto alimenta al machito social que nos mata, que nos señala como si fuéramos el problema cuando bien sabemos que el problema empieza por los machos y su patriarcado.
Con todo el amor que tenemos, Messi: no nos vuelvas a usar para insultar a nadie. Ni a nosotros ni a nuestras amigas las putas, que bien habrán hecho debutar a más de un pajero de tus compañeros de equipo.
Para nosotros puto no es un insulto. Todos los años hacemos una marcha (¡a la que estás invitado cuando quieras!) reivindicando nuestro orgullo de ser putos.
Gracias por tanto Messi. Te vamos a seguir alentando. De Corazón. Ojalá festejes el último gol de la final dandote un pico con el Pocho Lavezzi.
Pero ojo: este mundial lo vemos por la tele. Ni locos vamos hasta allá. En Rusia por ser puto te pueden meter preso y hasta matarte ¿Sabías? Ojalá lo sepas, Messi. Te queremos tanto.
Matías Sebastián.-