Las agresiones a los periodistas y a la libertad de expresión en México, así como el tipo de cobertura periodística que se podría hacer ante problemas complejos como son el narcotráfico y la delincuencia organizada, fueron las preguntas que Animal Político hizo a cuatro periodistas narrativos y de investigación en América Latina, quienes actualmente forman parte del equipo de maestros en periodismo en la Fundación Gabriel García Márquez.
Los cuatro fueron entrevistados al término del segundo día del encuentro “Nuevos Cronistas de las Indias 2”, que organiza Conaculta y la Fundación Gabriel García Márquez, con 80 autores, editores y promotores del periodismo narrativo en Iberoamérica.
Se trata de Héctor Feliciano, escritor y periodista puertorriqueño; Mónica González, periodista chilena y directora delCentro de Investigación Periodística; Cristian Alarcón, periodista chileno-argentino y director de la revista Anfibia yAlberto Salcedo Ramos, periodista colombiano.
Todos con una visión diferente sobre las agresiones y amenazas que acechan a la prensa en México, pero conrecomendaciones muy claras del tipo de cobertura periodística que nos ayudaría a atender, de una mejor manera, elproblema tan complejo que se tiene en el país por el narcotráfico.
Héctor Feliciano
Pregunta: ¿Cuál es tu visión sobre las agresiones que sufre la prensa en México?
“Da la impresión que poco a poco va corroyendo el sistema de periodismo. Donde a fuerza de muertes y asesinatos la gente va inhibiéndose. En donde se van cediendo espacios por la violencia y por el temor”.
“Hay que tomar en cuenta que no hay historia que valga la vida. Hay que ser sensatos como periodistas, hay que saber hasta dónde vale la pena ir”.
“Un corresponsal de guerra, por ejemplo, tiene líneas, hay un frente, una retaguardia, hay dos ejércitos, comandos generales, hay todo una estructura, mientras en una violencia cómo la que está viviendo México no hay nada eso. Lo que hay son alianzas y fidelidades de tus fuentes”.
“Eso hay que saberlo y tenerlo claro. No es lo mismo ser un corresponsal de guerra, que ser periodista en un lugar donde hay una especie de lucha de bandas mafiosas. Se parecería más en todo caso a una guerra civil”.
¿Consideras que la crónica puede ser una herramienta que le permita al periodista disminuir riesgos en contextos como el de México?
“La crónica es una herramienta para poder abarcar esa realidad disparatada. Donde se dice que se cree que se asesina a un narcotraficante, pero luego sucede que se roban el cadáver. Ahí lo que cabe es investigar. Consultar los informes del médico forense, los informes de las autoridades policiacas, que le den sustento a una crónica”.
“En una sociedad donde están ocurriendo tantos asesinatos el deseo de estar en la actualidad es muy grande, la crónica siempre necesita espacio de reflexión, tiempo, la crónica no puede competir con la actualidad, pero si puede darte una idea mucho más profunda de la realidad”.
“Los editores deben de estar conscientes de que hay que invertir ese tiempo y tal vez no dejarse tentar tanto por la actualidad. La crónica nos ayuda a atender la realidad y en un lapso de tiempo más largo”.
Mónica González
¿Cuál es tu visión sobre las agresiones que sufre la prensa en México?
“El periodismo es fundamental para parar la máquina de muerte. No hay otro instrumento más importante para la ciudadanía que el periodismo”.
“Está comprobado que los gobiernos son ambivalentes, están permeados por el narcotráfico y es necesario hablar de las policías. Entonces nos queda el periodismo como un arma super importante para parar esa máquina. Eso requiere nuevas estrategias, dejar los egos a un lado y diseñar una estrategia de verdad”.
“Una estrategia que permita evidenciar quienes son los que permiten la impunidad de los narcotraficantes. Con quienes se mueven, desde abajo hacia arriba, pero también hay que preocuparse y preguntar a dónde van los dineros destinados a las víctimas y que manejan los ONG’s. Hay mucho dinero que no se sabe en lo que se está gastando”.
¿Consideras que la crónica puede ser una herramienta que le permita al periodista disminuir riesgos en contextos como el de México?
“Una crónica bien investigada permite revelar quienes son los soldados del narcotráfico. Quienes son colaboradores en la justicia. Quienes son sus socios en los gobiernos locales y en los medios de comunicación”.
Cristián Alarcón
¿Cuál es tu visión sobre las agresiones que sufre la prensa en México?
“La percepción de todo el gremio de América Latina es de una altísima preocupación. Lo que nos resulta muy difícil saber es cómo nosotros podemos ayudar desde afuera. Creo que esa es una pregunta que ni las organizaciones de periodistas, los sindicatos de prensa, ni las universidades que enseñan periodismo, se han hecho”.
“Me sorprende lo poco articulada que está la ayuda internacional. Varios colegas somos solidarios con los periodistas que conocemos. Desde algunos portales, como Cosecha Roja, creamos una sección especial para poder comunicar lo que les pasa a los colegas periodistas del interior de México”.
“No conozco el alcance de las medidas de protección implementadas por el gobierno pero es evidente que no son suficientes, que existe una indefensión total. Eso también hace evidente que esta democracia es de una enorme imperfección. Que hay grandes territorios donde pareciera que no hay control del estado y eso significa el sufrimiento de miles y miles de ciudadanos, entre ellos los periodistas”.
“El cadáver de un periodista habla de una tragedia personal íntima y familiar. Allí hubo una familia que fue perjudicada hasta la ruina moral, pero también habla de una sociedad que sufre cotidianamente de la violencia. Se trata de una responsabilidad tanto de la sociedad, la comunidad internacional y el estado mexicano”.
¿Consideras que la crónica puede ser una herramienta que le permita al periodista disminuir riesgos en contextos como el de México?
“No estoy seguro si el escribir crónicas garantice mayor seguridad o menos vulnerabilidad. Creo que la crónica nos habilita a unas lecturas más complexas y esas lecturas necesariamente nos ayudan a pensarnos”.
“Las ciudades no se pueden pensar con cuenta de muertos, no se pueden pensar con la noticia instantánea, no se pueden pensar con las televisoras que tenemos”.
“Quizá la crónica es una de las herramientas para que las sociedades se puedan ver, se puedan analizar, se puedan mirar de manera autocritica. Soy muy optimista, porque me ha tocado abordar temas de violencia y uno aprende optimismo cuando ve que la gente sale de las situaciones más atroces y a pesar de todo sigue adelante. Creo que hay varios movimientos de organizaciones de la sociedad civil mexicana que van en ese sentido y creo que los medios deben de prestar atención de cómo deben organizarse en búsqueda de la paz”.
Alberto Salcedo Ramos
¿Cuál es tu visión sobre las agresiones que sufre la prensa en México?
“Me sorprende la similitud que existe entre lo que México está viviendo y lo que nosotros en Colombia vivimos por allá en la década de los ochenta y parte de los noventas”.
“Me asombra que de alguna manera el periodismo va a remolque de la situación determinada por el narcotráfico para bien o para mal”.
“Creo que cuando hay mucha cercanía con el problema hay poca capacidad de verlo en perspectiva. Las grandes historias periodísticas sobre el narcotráfico en Colombia comenzaron a surgir cuando tomamos una mayor distancia con el fenómeno. Pero también los grandes análisis y la exploración sociopolítica del problema”.
“Lo que yo veo en México es que hay una actitud de querer sacar historias de este problema pero casi debajo de las piedras. Pienso que se requiere de mayor perspectiva para ver el problema. No se trata de ver el fenómeno desde lo coyuntural o a través de una serie de acciones violentas del momento”.
“Debemos tratar de explicar más allá de la muerte del día y hay que comenzar a preguntarse la forma en que ese fenómeno va a impactar a la sociedad”.
¿Piensas que existen mala prácticas que ponen en riesgo a un periodista?
“Hay un dicho que tenemos en Colombia que es dar papaya. Dar papaya es ofrecerse como blanco fácil, no cuidarse.Si yo me subo al ring a pelear como Mike Tyson eso es dar papaya. No tengo ninguna posibilidad de pelear contra él. Lo que nosotros decimos además es que en Colombia hay 11 mandamientos y no 10 como lo dice la Biblia. El 11 es precisamente no dar papaya”.
“Creo que cuando un periodista da papaya es que se va de manera temeraria a explorar temas del narcotráfico sin las garantías suficientes para hacer su trabajo en condiciones ventajosas o seguras”.
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