El Loco Cacho vivía en un PH en Montes de Oca al 700, en el partido de Avellaneda. El departamento de al lado era de Silvia Isabel Rosso. Hacía 10 años que Cacho y Silvia discutían por una puerta en común: él no la dejaba usarla, ella lo denunciaba en la Justicia. El sábado la mató de cuatro disparos en el tórax, hirió a su hija Yamila de 21 años y se fugó. El novio de la joven quiso vengar al asesino pero se confundió y mató a un vecino de 27 años que se acercó a ayudar. El domingo se entregó. Según un informe de la justicia bonaerense, los conflictos interpersonales son el principal móvil de los crímenes: en el 49 por ciento de los casos la víctima y el victimario se conocían de antes.
“Se le cantó salir a la puerta de la casa y le disparó cuatro tiros a mi mamá en el tórax. Mi hermana atinó a salir corriendo pero recibió tres disparos”, contó Mauricio, hijo de Silvia. El nieto de la señora, de poco más de dos años, vio todo: su abuela y su mamá tiradas en la vereda y los vecinos acercándose para ayudar. Entre ellos, Claudio Martínez, un hombre de 27 años que minutos antes había salido a la calle a fumar. “Cuando vio lo que ocurría fue a socorrer a las Rosso, a quienes conocía del barrio”, contó Roxana, la hermana de Martínez.
Cuando al novio de Yamila, Ángel Machuca, le avisaron lo que había pasado, se acercó a Montes de Oca armado, disparó y mató a Claudio. Los investigadores creen que lo confundió con el asesino. Él mismo se entregó a la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 de Avellaneda, a cargo del fiscal Mario Prieto. Al Loco Cacho todavía lo buscan y creen que se escapó a la Costa Atlántica. Los vecinos dijeron que tiene amigos en San Bernardo o San Clemente.
El 63 por ciento de los crímenes de la Provincia de Buenos Aires son en la vía pública y el 28, en la vivienda. Así lo indica el informe de la Procuración General de la Corte Suprema bonaerense de 2013. El móvil más repetido es el de “conflictos interpersonales”, que representa un 45 por ciento en el Conurbano y un 47 en el total provincial. Sólo en el segundo semestre el 35 por ciento de esas disputas fue entre vecinos y, en la mayoría de los casos, existía un conflicto concreto previo.
Las cifras coinciden con lo que sucede en la Ciudad de Buenos Aires y derriban los mitos del crimen: en la mayoría de los 176 casos el asesinato fue en el lugar de residencia (62%) y el disparador, una discusión o venganza (44%).Según el informe de la Corte Suprema, en el 47 por ciento de homicidios dolosos en la Ciudad de Buenos Aires la víctima y el victimario se conocían de antes: 2 eran amigos, 44 conocidos, 6 enemigos, 7 familiares, 4 pareja, 11 vecinos y 8 tenían una relación laboral.Como Juan Ignacio Novoa y Walter Farías, que eran compañeros de trabajo hasta que Juan mató a Walter de tres balazos y lo tiró a la basura en Mar del Plata. Lo mismo que Noelia, la joven que apareció muerta entre pastizales: el único imputado es vecino y novio de una amiga, Lucas Luque. O el diariero Sergio Bernal, que fue asesinado en julio de tres tiros por su vecino Oscar Hernández en el partido bonaerense de Vicente López: habían discutido por una fuga eléctrica.
Foto: Google Street View
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