Por Waldo Cebrero – En Redacción.-
Ayer, mientras los senadores nacionales aprobaban por unanimidad la investigación y las terapias con derivados de la planta de cannabis, en Córdoba, la Policía provincial ingresó, sin orden de allanamiento, a la quinta que la reconocida cultivadora Brenda Chignoli tiene en la periferia de la capital.
Los uniformados ingresaron al predio cerca de las 15 horas y permanecieron hasta entrada la madrugada. Secuestraron unas 500 plantas, semillas y más de un litro de extracto de cannabis utilizado para el tratamiento de diferentes dolencias. Al cierre de esta nota, aún permanecían demoradas tres personas, uno de ellos el hijo mayor de Chignoli.
Brenda es dosificadora, usuaria terapéutica y titular de la asociación cannabácea Manuel Belgrano. Desde hace dos décadas investiga el uso de la marihuana medicinal y actualmente atiende a 600 pacientes de varias provincias con diversas afecciones, como cáncer, epilepsia y enfermedades con manejo del dolor. “Perdimos el trabajo de investigación de siete años. Las plantas iban a ser usadas para bajar el costo de los aceites medicinales, que escasean.”, dijo anoche Brenda a este medio.
“Los policías entraron al campo sin orden de allanamiento, con la excusa de que venían realizando una persecución a un ladrón. No es la primera vez que usan esta modalidad con Brenda. Este es un caso típico de allanamiento sin orden, el justificativo de la persecución está autorizado por la ley de procedimiento y se aprovechan de eso”, explicó a ENREDACCIÓN la abogada defensora Marianela Loyeau.
Según contó la letrada, “hubo una disputa que duró horas” para definir si se trataba de un caso de competencia provincial o federal, debido a la cantidad de plantas. Finalmente el procedimiento quedó a cargo del comisario de la Policía Federal, Gabriel Ontivero y la causa recae en el Juzgado Federal N°2 de Alejandro Sánchez Freytes.
“Pedimos que lo secuestrado sea inventariado. Es material que es fruto del avance investigativo de Brenda y utilizado como paliativo del dolor. Es triste que haya pasado esto el día que se aprobó la ley”, explicó la abogada.
“Yo voy a pedirle a mis pacientes que esperaban su medicina, que acudan al Juzgado para exigir que sean restituidas”, dijo Brenda. “La última vez que me allanaron, me robaron plantas y mezclaron mi colección de semillas. Ahora me llevaron semillas que demoran siete años en estabilizarse, eso hace a la calidad de los aceites. La Policía desconoce cómo cuidar eso”, agregó.
Ayer, desde un auto estacionado frente a su quinta Brenda miró durante varias horas como los uniformados iban y venían con sus plantas. Uno de ellos paró para contarle que su esposa sufría de artritis en las muñecas. “Mirame bien la cara: yo nunca la voy a atender”, contestó enojada. Al cierre de esta nota, su hijo juliano Salvatori, seguía detenido.
Los pacientes
Brenda Chignoli participó de los debates parlamentarios para darle forma a la ley aprobada ayer. Su planteo era que se autorice el cultivo en sus tres formas: autocultivo (el que cultiva para sí mismo), el solidario, (para el que necesita) y el colectivo o cooperativo. “De esa manera –sostiene- se abarataría los costos y los pacientes no se quedarían sin medicina”. Pero el proyecto no avanzó por ese camino. Lo que se aprobó ayer sostiene que el Ministerio de Salud debe garantizar el aprovisionamiento de los insumos necesarios, ya sea a través de la importación o la producción por parte del Estado nacional, para lo que autoriza el cultivo de plantas de marihuana al Conicet y al INTA.
“Este invierno ha sido muy duro porque traté de llevar adelante el tratamiento de todos mis pacientes en la medida de lo posible, pese a la escasez de plantas –explicó anoche Brenda–. Pasamos momentos complicados, hubo que decidir a quién se le daba medicina y en qué casos no había oportunidad, hemos tenido que salir a comprar flores, que para mí es honrar el trabajo del que cultiva, para poder hacer los extractos y no falten los aceites”.
“La pregunta es cómo hacer para avanzar en la zona gris, porque mientras el Congreso debate y la Justicia resuelve, los pacientes necesitan medicina hecha a base de algo ilegal”, dijo Sergio Moyano, cultivador y compañero en las investigaciones de Chignoli.
Los pacientes que acuden a este tipo de terapias son cada vez más. Incluso una nieta de 10 años del ex gobernador José Manuel de la Sota, Hija de la concejal Natalia y del médico Carlos Laje, trata su glaucoma con caramelos cannabicos.