Cosecha Roja.-
Milagro Sala acampó junto a compañeros la organización Tupac Amaru en la plaza Belgrano de San Salvador de Jujuy para reclamar por un decreto sobre el trabajo de cooperativas. El gobierno provincial denunció la protesta y treinta y tres días después la justicia la detuvo. Se presentó a declarar, vive en el domicilio que informó y no tiene antecedentes. Hoy, el juez Gastón Mercau dijo que tiene “cinco días más” para decidir si es una detención ilegal. “Lo que cualquiera interpretaría como una protesta ante un decreto la Justicia lo interpretó como un alzamiento contra el poder provincial y a eso lo llaman ‘tumulto o sedición’”, explicó a Cosecha Roja Federico Efron, abogado del CELS. Los cuatro argumentos jurídicos para entender por qué la detención de la dirigente social jujeña es política.
I. Protestar no es delito
Sala ejerció -junto a sus compañeros- el derecho a protestar como la Constitución Nacional lo permite. Según el comunicado del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y Amnistía Internacional Argentina, a Milagro la acusan de organizar una protesta (la Justicia lo interpreta como el delito de instigar al ‘entorpecimiento de la circulación’) en rechazo a un decreto provincial sobre el trabajo en cooperativas (la Justicia lo interpreta como sedición). Fuentes judiciales confirmaron a Cosecha Roja que la acusación es por “instigación a cometer delitos y tumulto”. “Ya lleva nueve días presa por protestar, que no es delito”, dijo a Cosecha Roja Sabrina Roth, vocera de Sala.
Desde que la detuvieron, hubo manifestaciones en plazas de todo el país y organismos de DDHH y organizaciones sociales viajaron a Jujuy a pedir su liberación (APDH, Abuelas de Plaza de Mayo, Hijos, entre otras). El legislador porteño por el Frente para la Victoria, Pablo Ferreyra, dijo a Cosecha Roja desde San Salvador: “La Justicia usa dos figuras arbitrarias y vagas para criminalizar la protesta. La primera se basa en la ocupación del espacio público, algo que ocurre en cualquier protesta. La segunda es interpretar el rechazo al decreto provincial como sedición”.
II. En nombre de Milagro
Aún si protestar fuera considerado un delito por la Justicia, cualquier otra persona que no fuera ella estaría libre. Según Efrón, los delitos son de muy baja pena y cualquier condena sería de ejecución condicional y quedaría en suspenso. Milagro Sala es una mujer, una luchadora social y referente de pueblos originarios de una de las provincias más pobres del país. “El movimiento de mujeres no puede ser neutral ante el hecho de que la primera presa política del nuevo gobierno es una mujer”, dijo a Cosecha Roja Florencia Minici, del colectivo Ni Una Menos.
La organización presentó un recurso de habeas corpus ante el Juzgado de Instrucción 14 de la Ciudad. “Se pretende constituir a la referente social en una prenda política de intercambio a los efectos de que la organización Tupac Amaru suspenda el acampe en la plaza Belgrano”, escribieron en el recurso. “Es una detención política”, agregó Minici.
III. Debido proceso
El proceso judicial por el que arrestan a la dirigente social es arbitrario. Treinta y tres días después del comienzo del acampe, “la justicia ordenó la detención sin pruebas nuevas y por delitos menores que no justifican la prisión preventiva”, explicó Efrón. Cuando se inició la protesta y la Justicia recibió la denuncia del Gobierno provincial los funcionarios exigieron el fin del acampe pero no solicitaron la detención de la dirigente. Imputaron “a persona establecer”. Al empezar la feria judicial, “se utilizó deliberadamente al juez y la fiscal de turno para que dicten una orden de detención que el juez natural no había pedido”, dijo Efrón.
La fiscal Liliana Fernández de Montiel imputó a la dirigente y a tres personas más. “En esta causa hay cuatro personas imputadas por el mismo delito, pero sólo Milagro está presa”, dijo Roth. La fiscal es la misma que había pedido prisión perpetua para Romina Tejerina. El juez Raúl Gutiérrez se pidió licencia médica después de ordenar la detención. El funcionario actualmente a cargo es Mercau.
IV. La imposible fuga de Milagro Sala
La prisión preventiva es una figura legal que se utiliza en caso de peligro de fuga o ante la posibilidad de que el acusado entorpezca la investigación. Sala se presentó a declarar, vive en el domicilio que le informó al juez y que es conocido por todos. Hoy en la conferencia de prensa, Mercau dijo que no sabe qué evaluó el juez Gutiérrez para ordenar la detención. Para Efrón, el fallo no está argumentado: “Deberían mostrar análisis y pruebas que indiquen cómo se puede fugar o entorpecer investigación.No se puede tomar una resolución judicial así y menos una que priva de la libertad a una persona”.
Los abogados de Sala solicitaron un Habeas Corpus, que la Justicia rechazó porque consideró que la acusada está ante un juez competente y por una “causa conocida”. Después, los defensores pidieron el “cese de la detención” y Mercau aún no respondió. Durante la conferencia de prensa dijo que tiene cinco días más para decidir y que aún espera la opinión de la fiscal Montiel. Mientras tanto, continúan tomado testimoniales y solicitaron filmaciones a canales de televisión.
Aunque los primeros cinco días de arresto Milagro estuvo en la Comisaría de la Mujer, ahora espera la resolución en la Unidad Penal de Mujeres 3 en Alto Comedero, a unos 9 kilómetros del centro de la ciudad. Organizaciones y dirigentes aguardan en la Plaza y preparan más movilizaciones en todo el país.
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