Cosecha Roja.-
Soltaron a cuatro perros y todos fueron derecho desde la escuela donde trabajaba Andrea Esnaola hasta los médanos. El rastro de la mujer de 47 años desaparecida se pierde en la arena de Pehuen-Có, un balneario a 80 kilómetros de Bahía Blanca. Esta mañana la búsqueda se intensificó. Es un escuadrón de casi 130 bomberos, policías, vecinos, agentes especializados, buzos de prefectura y una avioneta. A la auxiliar de portería la vieron por última vez el miércoles y el domingo su marido Gustavo Martínez Ipucha intentó suicidarse. Pero sobrevivió. Hay dos hipótesis: que lo hizo porque no soportó no estar con ella o que esconde que atacó a la mujer.
Ipucha es pescador. En el pueblo comentan que conoce las cuatro corrientes marítimas de Pehuen-Có y que podría calcular cómo se movería un objeto en el agua. El hombre de 44 años acompañó la búsqueda de Andrea paso por paso hasta el sábado a la noche. El domingo al mediodía intentó suicidarse de un tiro en la cabeza. Pero sobrevivió y mintió: fue a lo de su mamá y dijo que se había caído del cuatriciclo buscando. Los investigadores encontraron en la casa una carta en la que decía que no soportaba estar sin ella y se despedía.
El miércoles fue la última vez que la vieron a Andrea. Gustavo pasó a buscarla por la Escuela Técnica 1 en la que ella trabajaba, ella se había ido quince minutos antes de su horario de salida. Dos testigos la vieron. Dejó en su lugar de trabajo todas sus cosas, incluido su celular. Él la buscó en la sala de primeros auxilios y en lugares cercanos. Cuarenta y cinco minutos después denunció la desaparición en el destacamento policial y encabezó la búsqueda: organizó a los vecinos, salió en los medios y pidió ayuda.
El domingo cerca de las 12 del mediodía, Gustavo fue lastimado a lo de su mamá Marta. Ella lo llevó hasta una sala de primeros auxilios. Los médicos se dieron cuenta de que tenía una herida de bala en la sien derecha, lo derivaron a un hospital de Punta Alta y después a una clínica de Bahía Blanca, donde todavía está internado.
Según los investigadores la bala es de un arma calibre .32 y el impacto dejó en la cabeza de Gustavo un ‘halo de fish’, una marca que queda en la piel cuando el disparo es con el arma apoyada. Por eso sospecharon que él mismo se disparó. La policía allanó su casa y secuestró la carta de despedida y la funda de un arma.
El hermano de Andrea, Miguel, dijo a Télam que desde que ella desapareció su cuñado se puso “como loco”. Contó que ella y Gustavo se llevaban bien, que nunca los vio pelear y que no sabía si el estado de su cuñado era porque se mandó una “macana” o porque su esposa estaba perdida. La pareja se conocía desde hacía más de 20 años y se había casado hacía pocos meses. Él trabajaba como pescador artesanal y la llevaba y la iba a buscar a todos lados. “Pehuen-Có es muy chico, se conocen todos. Cuentan que eran muy retraídos, que casi no tenían vida social”, dijo a Cosecha Roja Pablo Romera, periodista de Bahía Ahora. Los describen como un matrimonio tranquilo, sin hijos, sin amigos, sin computadora ni Internet.
[Nota publicada el 21/7/2015]
Foto: @pabloromera
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