Necropolítica: cuando los que mueren son siempre los pobres

¿Quiénes son las víctimas de los casos de violencia y homicidios en los barrios populares? ¿Cómo se dirimen las disputas? Desde el Grupo de Trabajo Núcleo de Estudios sobre la violencia y la muerte analizan las cifras de homicidios en el partido de San Martín. Y hablan del fracaso de las políticas de prevención que a la vez, tiene su dimensión productiva: mantener y reproducir el orden social desigual a partir del estigma.

Necropolítica: cuando los que mueren son siempre los pobres

05/04/2022

Por Grupo de Trabajo Núcleo de Estudios sobre la violencia y la muerte*

Foto: Facundo Nívolo. La imagen es ilustrativa. Acto en el aniversario de la Masacre de La Carcova, en San Martín.

Una pregunta recorre nuestras investigaciones ¿Qué pasó en San Martín con las violencias en la pandemia? O mejor: ¿Qué pasó en el “Área Reconquista”? Según el Sistema Nacional de información Criminal (SNIC), los hechos de violencia potencialmente letales que no llegan a tener consecuencias mortales- por ejemplo, los heridos por armas de fuego- aumentaron muy significativamente en toda la provincia de Buenos Aires entre 2019 y 2020. En 2019, hubo 1555 casos, lo que arroja una tasa de 8,95 por cada cien mil habitantes. En 2020 hubo 2238 casos, una tasa de 12,75 por cada cien mil habitantes.

En San Martín mientras tanto la cantidad de heridos con armas de fuego disminuyó en ese mismo período. En 2019 hubo 132 (lo que arroja una tasa cada 100.000 habitantes de 31,14) y en 2020 hubo 92 (21,86 de tasa cada 100.000). Pero igual la tasa es más alta que la provincial. En San Martín hay muchas balas.

El caso de los homicidios dolosos es diferente. Mientras que en toda la provincia de Buenos Aires los homicidios permanecieron estables entre 2019 y 2020, en San Martín subieron de forma muy significativa. A nivel provincial la variación de la tasa cada 100.000 habitantes fue de 5,2 a 5,3. En cambio, en el partido de Gral. San Martín en el 2019 murieron 37 personas en homicidios dolosos y 43 en 2020. La tasa de homicidios dolosos aumentó de esta forma un 16%. En San Martín hay muchos homicidios.

Mueren los pobres

Según nuestros datos de las 37 víctimas de homicidios dolosos en San Martín en 2019, siete eran mujeres. Tres de ellas murieron asesinadas en casos de femicidio, dos, presumiblemente, en casos de enfrentamientos entre bandas delictivas, y otras dos por “balas perdidas” en situaciones de enfrentamiento indeterminadas. Ese mismo año, fallecieron seis varones en homicidios en ocasión de robo. Uno de ellos, cuando le quisieron robar su auto y, otro, cuando quiso interferir en el robo a una vecina. Los otros cuatro asesinados en ocasión de robo son los denominados “delincuentes u ofensores” (aparecen, a veces, en las estadísticas policiales denominados como “caco muerto”), tres de ellos asesinados por miembros de las fuerzas de seguridad que intervinieron ante el supuesto delito. El resto de los homicidios dolosos de varones de 2019 (24) son “homicidios simples”, enmarcados en dos grandes rubros: “conflictos interpersonales” y “disputas territoriales”.

En el caso de los 43 homicidios dolosos del 2020, fallecieron cuarenta hombres y tres mujeres. Dos de ellas fueron asesinadas por sus parejas o ex parejas en casos de femicidio. La tercera, fue muerta junto a dos varones en una “balacera” que dejó múltiples heridos y que obligó a una intervención policial en el barrio Loyola.

En cuanto a los homicidios en ocasión de robo, en 2020 hubo dos casos, en ambos el que murió fue el “ofensor”. El resto de los hechos (38) son homicidios simples y repiten las tipologías del 2019. Es decir, en los dos últimos años hay un bajo porcentaje de homicidio en ocasión de robo y es mucho más frecuente el asesinato entre conocidos: femicidios, riñas entre vecinos, enfrentamiento entre “bandas”.

Pero quizás el dato más revelador surge al analizar la distribución espacial de los hechos. Los homicidios se distribuyen casi en su totalidad en las zonas más vulnerables del partido de San Martín. La jurisdicción de las comisarías que intervienen en los barrios del Área Reconquista (Cuarta y Quinta), junto con la que corresponde a la zona del “Barrio Loyola” (la Octava), condensan más del 90% de los homicidios. Al mirar la distribución de los heridos por arma de fuego, observamos una distribución similar. Y no se sorprendan, lo mismo sucede cuando analizamos los heridos por armas blancas.

Es decir, en San Martín se mueren sobre todo los “negros”: varones, jóvenes, de sectores populares. Y que mueran los “negros” habla de un fracaso de las políticas de prevención que a la vez, tiene su dimensión productiva: mantener y reproducir el orden social desigual a partir del estigma.

Necropolítica

En suma, en los barrios pobres del partido y de la provincia en general, hay muchas armas, hay mucha bala. Los conflictos interpersonales, las disputas territoriales se saldan en gran cantidad de esos casos a los tiros. La policía interviene poco o nada y cuando interviene suele ser una parte central del problema. Además, el sistema judicial no logra/no quiere hacer pie en los territorios populares, no resuelve los casos, no interviene para mermar la conflictividad. Obvio que en los barrios populares no todas las conflictividades se resuelven a los tiros; de formas diversas se tramitan las “broncas” y sólo algunas pocas acaban en episodios violentos. Las categorías que representan el territorio -ajustes de cuentas, guerra entre bandas-, categorías policiales, judiciales y de los medios, agudizan los estigmas e impiden una comprensión cabal de los conflictos, delitos y violencias en los barrios vulnerables.

Estos datos se repiten en casi todas las zonas urbanas de la provincia. Las balas y los homicidios dolosos se dan siempre de forma más recurrente entre las poblaciones vulnerables. Una verdadera necropolítica, que distribuye el riesgo de ser herido y/o morir de forma extremadamente desigual, y que tiene vasos comunicantes con los casos de uso de la fuerza letal policial que marcan el debate público en estos últimos días. Un fracaso de las políticas de prevención que es el éxito de un estigma, el éxito de una política de muerte y violencias.

*Romina Rajoy, Joaquín Zajac, Federico del Castillo, Martín Recanatti, Inés Mancini, Evangelina Caravaca y José Garriga.