Belén se sintió casi “una más” y pensó que la matarían, pero no: sólo la violaron entre cinco y la dejaron desnuda, mojada, ensangrentada, boca abajo, entre los yuyos.
No le pidieron su permitido.
C. tiene 5 años: durante un año su abuelo la tocó e hizo que ella le hiciera “cosas” mientras la filmaba con su celular. Como C. dejó de hablar, la maestra del jardín habló con el gabinete y citaron a la madre. Entre llantos contó que su suegro tenía antecedentes por abuso de menores. En el colegio la animaron e hicieron la denuncia: tardaron tanto en probar el hecho que su suegro se fue a tocar, filmar y hacer que lo toquen otrxs niñxs en otro país.
C. no pudo “permitir”: se quedó muda.
Micaela fue “ubicada” por un short y una sandalia. No pudimos saber si permitió, porque cuando la levantaron en un auto la violaron por turnos, fueron dejando prendas tiradas por ahí y la asesinaron, ya sin short y sin sandalia.
Como Micaela estudiaba, militaba, sonreía, bailaba, infiero que no permitió ni autorizó, pero fue durante un rato “la próxima víctima”. Al ratito nomás ya había otra muerta.
¿Cómo se permite un abuso?
Etimológicamente es un “uso contrario al correcto o indicado”.
Por ejemplo: una bolsa de residuos sirve para descartar huesos de pollo, polvo del piso, paquetes de galletitas vacíos y todo aquello que ya no usaremos.
Así le pasó a Ángeles: desechada en una bolsa “usada contrariamente a su uso habitual” en el CEAMSE, la descubrió un empleado a quien le llamó la atención el tamaño de la bolsa y un nudo que tenía. No halló restos de comida en mal estado: era Ángeles, con la ropa desgarrada y la chomba con el escudo del colegio.
A los 16 años no debe haber muchas chicas que consientan morir de esa manera, no sé, por lo menos lxs que yo conozco.
Pero insisto: no podría afirmar si accedió o no. Murió casi triturada por una máquina. Ay, murió sin contar su historia.
Tengo la memoria llena de preguntas que no puedo realizar porque sus protagonistas fueron asesinadas y si sobrevivieron están en riesgo permanente: a Belén la balearon mientras participaba en su propia marcha por pedido de justicia, el abuelo de C. podría venir en cualquier momento “de visita”.
Lo que sí me pregunto es qué piensan quienes arman ciertas campañas. ¿Qué investigan, qué leen, qué consultan, a quienes dirigen su mensaje, qué buscan?
Si es por advertir no se preocupen: lo sabemos miles y miles de mujeres cada día, que avisamos cuando llegamos a casa sanas y salvas “por las dudas”.
Si es por asustar no se preocupen: las estadísticas son feroces. Mujeres, niñas, adolescentes, transexuales, travestis, transgéneros aparecen cada día en sitios que fueron pensados para otros usos: alcantarillas, bolsas de basura, descampados, rutas, bañeras. Podría ser que viviéramos en la época de andar buscando ser asesinadas de maneras crueles, pero no creo: no otorga notoriedad permanente –hay tantos casos que no llegan a cubrirse mediáticamente-, la revictimización y el “algo habrá hecho” pone a difusión el color del corpiño usado en el momento del ataque y el largo del short, las familias la pasan mal.
¿Saben cómo descubrieron al asesino que embolsó a Angeles y la tiró en el CEAMSE? Por el ADN que tenía en sus uñas. ¿Eso vendría a ser un signo de no permitir que la abusen?
Ángeles lleva unos 2415 días muerta.
No pudo contestar si quiso o no.