Un cuerpo de una niña de 10 años porta un embarazo sólo por una condición biológica. No hay allí concepto ni idea de maternidad.
Más allá del invento “moderno” de que las mujeres somos poseedoras del instinto materno- instinto es otro concepto biológico y nosotrxs somos seres de lenguaje, con lo cual en tal caso podremos construir un deseo materno, o no- una niña de diez años es un cuerpo-envase que ha sido utilizado por un adulto en su propio provecho y luego desechado .
Generalmente no son las niñas gestantes quienes se dan cuenta de que están embarazadas: no puede aplicarse la regla o norma a las primeras menstruaciones, y suelen ser advertidas por su entorno acerca de que están “más gordas”, que “las tetas le crecieron mucho” o que van seguido al baño. Estos signos raramente son visibles en el primer trimestre de un embarazo, por eso a partir de la menarca –primera menstruación- la idea es que sean adultxs responsables quienes sigan de cerca las fechas en que acontece o cuando falta la misma. Si bien la cantidad de días que dura el “período” es variable, su frecuencia debería ser mensual, aunque muchas veces se ve alterado por desnutrición, trastornos alimentarios, factores nerviosos, etcétera. Es decir: su ausencia indica que algo no está funcionando bien, aunque no necesariamente remita a un embarazo. En cualquier caso debe ser necesaria una consulta pediátrica, aunque sea por guardia.
Así ingresó una niña de 10 años con dolores estomacales a un hospital materno infantil en la provincia de Salta: cursando un embarazo de 19 semanas, producto de la violación en su propia casa por parte de su padrastro. Ya lo dijimos bastante pero insistimos: abuso y violación suelen ser preponderantemente intrafamiliares.
Por un decreto –el 1170/12- deberá cursar el embarazo y tener al niño/a: no le llamaremos “hija/o” por no haber una vinculación en ese sentido. Deberá tenerlo porque el decreto indica como tope para la interrupción de un embarazo vía aborto no punible con causa “excepcional” –la violación lo es- la semana 12.
Esto explicaría por qué –sólo durante 2017- hubo 40 casos de embarazos no punibles de nenas entre 10 y 14 años que llegaron a término en la provincia de Salta. De hecho, desde 2012 –cuando se promulgó la norma- hasta la actualidad sólo se registraron en la provincia ocho abortos no punibles, llegando todos los embarazos a término ya que los médicos suelen declararse “objetores de conciencia”, otros hospitales alegan “no poder llevar a cabo abortos en condiciones sanitarias adecuadas” o los mismos servicios hospitalarios “convencen” a las niñas de continuar hasta tener a sus niñxs.
Además de la violación y el abuso sobre sus cuerpos, las nenas deberán prepararse para una situación en la cual no hay ningún psiquismo que soporte: serán aisladas de su entorno de niñez –en caso lo hubieran tenido alguna vez-, quedarán por fuera del colegio, no podrán desarrollar un proyecto de vida y lo que se les ocurra. Serán miradas por sus vecinxs, hablarán por lo bajo de ella como “la que violó el padrastro”, en fin… nada bonito conllevará un embarazo que no buscaron ni desearon ni formará parte de aunque sea su “primer amor”: son niñas gestantes por medios violentos, intimidatorios, repulsivos. Pero eso sí: deben soportar seguir en la misma posición. ¿O no abusan de ellas nuevamente al negarles la interrupción de su embarazo?
Brevemente: el embarazo en la niñez es una bomba de tiempo. Aproximadamente recién luego de cinco años de producida la menarca las jóvenes alcanzan un mínimo de madurez reproductiva. Se elevan un 50% los riesgos perinatales sobre la niña gestante y sus niñxs. Son proclives a preclampsias (aumento de hipertensión arterial que puede provocar dificultades cerebrales y aumento de incidencia en bebes nacidxs con retraso madurativo), infecciones urinarias, enfermedades de transmisión sexual no detectadas a tiempo, y raramente pueden parir naturalmente, indicándose cesárea por partos prematuros.
Doble condena: a la niña violada y abusada, y al niñx que ha gestado sin tener muy en claro cómo ni por qué. Sin haberlo deseado ni buscado. A modo de ejemplo, una niña de 12 años que sostuvimos en tratamiento en un Programa de Adolescentes hablaba de su cuerpo embarazado como el de una “ballena” y sostenía que su panza era “una pelota que cuando antes salga mejor”.
Así que no, personas que están en contra del aborto legal, seguro y gratuito.
Vuestro slogan que reza “Fruto del amor o de una violación siempre es un niño” es de una violencia tremenda.
La misma que ha sufrido y sufrirá bastante esta niña, violada y abusada por adultxs que debieron cuidarla y por un sistema de leyes que no repara en cada caso, sino que generaliza.
Esta niña que tendrá un niñx antes de cumplir los 11 años.
Porque madre no será, eso creánmelo.