El colombiano Carlos José Brausín estacionó su camioneta Honda CVR en el garaje de Marcelo T. de Alvear 1243, en el barrio porteño de la Recoleta. Apocos metros de allí, un hombre se bajó de una moto Zanella tipo cross, cruzó la calle y le descargó al menos cuatro
disparos. El primero fue en la cabeza. Una vez en el suelo le dio tres balazos más en la espalda y salió corriendo hacia la avenida Santa Fé, dejando la moto encendida en la vereda de enfrente.
Se cree que abandonó el vehículo porque un policía que estaba a cincuenta metros escuchó los disparos y corrió hacia el lugar. Al verlo, el sicario le disparó dos veces y, como no pudo llegar a la moto, escapó corriendo hacia la avenida.
En el camino pasó por la iglesia San Nicolás de Bari, donde descartó una pistola 9 milímetros Bersa Thunder. Más tarde, los efectivos de la Comisaría 17 encontraron allí ropa y guantes abandonados entre las rejas. Algunos vecinos de la zona declararon que vieron a un hombre que se despojaba de esas prendas mientras corría.
Carlos José Brausín, la víctima, llevaba consigo una licencia de conducir colombiana. Estaba vestido con pantalón de vestir y camisa. Entre sus ropas tenía 5 mil dólares y una veintena de chips de celular.
No es la primera vez que sicarios asesinan a colombianos en Buenos Aires. El 24 de julio de 2008, dos personas murieron y otra resultó herida tras un intenso tiroteo en el Shopping Unicenter. Los crímenes se relacionaron rápidamente a un ajuste de cuentas entre narcos
relacionado con un cargamento de 470 kilos de cocaína secuestrado por la policía en mayo de ese año. Unos meses después, el 23 de febrero de 2009, fue asesinado Juan Galvis Ramírez en San Fernando. Galvis Ramirez había llegado a la Argentina horas antes de que balearan a sus tres compatriotas.
Hace dos semanas, en un operativo llamado Luis XV, la policía desbarató una banda de colombianos que traficaba cocaína disimulada en muebles finos. El líder de la banda y varios de sus lugartenientes eran colombianos. En el operativo hubo 78 allanamientos, 34 detenidos
y se desbarató una red de lavado de dinero con 42 empresas y 50 millones de dólares en inversiones.
Para los investigadores, la banda estaba ligada a Daniel Barrera Barrera, uno de los narcotraficantes colombianos más buscados del mundo. Su nombre había sonado fuerte en el caso del Unicenter. Aunque todavía no es oficial, no se descarta que en el asesinato de La
Recoleta, la historia haya vuelto a repetirse.
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