Cosecha Roja-.
Sos mía, de nadie más. No te comparto. Si no estás conmigo, no estás con nadie. El discurso del varón violento tiene pocas palabras, es transparente y el significado es siempre el mismo: si la mujer que ‘desean’ no puede ser de su propiedad, están dispuestos a destruirla. El femicidio es la punta del iceberg de la violencia contra la mujer, el lenguaje es una de las armas con las que los agresores amenazan a sus víctimas. “Las frases son propias de la dominación de un género sobre otro. Los que ven amenazada su virilidad, reproducen el patrón violento”, dijo a Cosecha Roja Karina Bidaseca, investigadora del CONICET.
Los varones violentos les hablan a las esposas, las novias, las ex y hasta a las desconocidas como si fueran objetos de los que ellos son dueños. “A la mujer se la considera una ‘cosa propia’. Cuando ella quiere tomar vida y tener derechos, el varón tiene miedo a la pérdida. Ante eso, la respuesta es romperle el autoestima y el cuerpo”, dijo a Cosecha Roja Micaela Libson, docente, investigadora y organizadora de #NiUnaMenos.
Sofía Maier y Jonatan Paniagua vivían juntos y tenían una hija. Cansada de los golpes, ella terminó la relación y se mudó a la casa de la mamá. El 7 de noviembre de 2013 él la citó para hablar sobre el régimen de visitas y la cuota alimentaria de la niña. Pero en realidad tenía otros planes: la golpeó y la atacó con un cuchillo hasta matarla. “Si no sos mía, no sos de nadie”, le había escrito en Facebook.
Al varón posesivo y controlador no se le puede escapar la mujer: eso atenta contra su masculinidad. Teme que no lo reconozcan como el hombre viril, como el macho proveedor. “Siente que pierde poder por el ascenso de la mujer en la sociedad y responde con violencia”, explicó Bidaseca. Así, los discursos violentos que dicen “si te vas con otro, te mato” atemorizan para dominar y retener a las mujeres.
“No quiero compartirte”, le escribió en una carta Horacio Romero a Giselle Paez. Después le clavó 10 puñaladas en los brazos y el pecho: llegó muerta al hospital de Las Heras, en Mendoza. La joven de 23 se había mudado con sus hijos desde Junín a la casa de Romero dos años atrás. Él confesó el crimen a los médicos y la familia de ella denunció públicamente que tenían una relación violenta.
El femicidio excede la intimidad de la pareja. “Lo femenino tiene un valor simbólicamente menor que lo masculino, los varones entienden que tienen poder sobre las mujeres”, dijo a Cosecha Roja Silvia Elizalde, investigadora del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género. Para ella no son los dichos de un varón aislado, “es toda una estructura que avala el abuso de poder. Disponer de las mujeres es visto como lo normal y en las relaciones, el ‘sos mía o no sos de nadie’ habilita a disponer de la vida de la mujer”. Así se justifican las amenazas, los golpes y los maltratos, incluso la muerte.
Cuando Romina se quiso separar, Japo no lo soportó: le prendió fuego el colchón y la roció a ella con alcohol. Las llamas se propagaron. La mujer de 27 años sobrevivió pero tiene el 35 por ciento del cuerpo quemado. “Si no es conmigo, no vas a estar con nadie más. Si no, te voy a matar”, le dijo antes de prenderla fuego.
El libro peruano No te mueras por mí juntó cartas de amor de varones violentos que pidieron disculpas después de las golpizas. “Lo que pasó ayer no fue mi intención. Ya no voy a tomar, te lo juro”, “Discúlpame por lo de anoche. Yo sólo quiero protegerte y amarte”, “No va a volver a suceder. Me puse celoso pero es porque te amo y quiero que seas solamente mía”. El costado tierno de la persona que antes las había golpeado busca el perdón, evitar la separación y la denuncia.
La organización Acción Respeto junta en su página las historias de las mujeres que todos los días sufren acoso callejero. Eran las 7:30 de la mañana, tenía 21 años. Estaba cruzando la calle, pasó una camioneta y me gritaron: “¡Cuando te la meta te va a cambiar la cara de culo que tenés!”. El sitio Hablame Bien armó un mapa para denunciar las esquinas de Buenos Aires en las que a las mujeres las agreden verbalmente. “El acoso callejero es el punto de partida a todos los otros tipos de violencia. Denuncialo, no te calles”, dicen los organizadores desde la red social.
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