Una pareja llegó a la guardia del hospital Bouquet Roldán de Neuquén. Su bebé había muerto en un parto casero sin asistencia profesional. Los médicos hicieron la denuncia y la justicia imputó al hombre y la mujer por homicidio culposo. El caso volvió a generar debate acerca de las formas de parir después de la carta en la que una médica acusó a otros padres -que tuvieron un parto domiciliario- y tildó a la mamá de “personaje secundario”. “Nos parece importante preguntarnos qué está pasando con los profesionales de la salud para que las familias decidan alejarse del sistema”, dijo a Cosecha Roja Violeta Osorio, miembro del Observatorio de Violencia Obstétrica.
El 11 de mayo el parto casero se complicó a último momento. Pero la pareja no quiso a ningún médico en la casa. Tampoco había parteras ni ambulancias en la puerta. El bebé murió de asfixia en su intento por nacer. Cuando llegó al hospital, la pareja contó que había sido un parto improvisado en la parte de atrás del auto y que había salido mal. Los médicos vieron al bebé limpito y desconfiaron de esa versión. Hicieron la denuncia y la justicia allanó la casa: había pruebas que indicaban que la mujer de 26 años había dado a luz allí.
El fiscal Maximiliano Breide los acusó de “irresponsables y negligentes”. Contó a los medios que no habían hecho un seguimiento del embarazo, ni siquiera con ecografías. “No es una pareja que viva en un lugar aislado o sin recursos, sino de dos personas de clase media alta de la ciudad de Neuquén”, dijo Breide a Radio Nacional. Si los encontraran culpables, la condena podría ser de hasta 25 años de cárcel. Pero, teniendo en cuenta la situación de pérdida, la justicia podría aplicar una pena sustitutiva: la concientización sobre el tema y tareas comunitarias, según explicó el fiscal.
El parto casero no es igual al modelo planificado y seguro que promueve los profesionales del Observatorio de Violencia Obstétrica. Para Osorio, este tipo de partos no están en contra de la asistencia médica y se hacen sólo si los embarazos son de bajo riesgo para la mamá y el bebé. Además, cuentan con una mínima intervención y con los recursos necesarios por si hay una emergencia. “Con el caso de Neuquén, los medios están haciendo uso de información parcial y amarillista y del dolor de la familia de ese bebé para sembrar miedo a los demás”, dijo.
A raíz de la repercusión mediática, se viralizó una carta titulada “respetarás tu parto” en la que una médica relataba un caso similar al de Neuquén: una mujer que llegó con un recién nacido sin signos vitales a la guardia del hospital público donde ella trabaja. La mamá era primeriza y su bebé estaba mal posicionado cuando empezaron las contracciones. La médica calificó de “delincuentes” a las personas que la ayudaron en el trabajo de parto en la casa. “¿Mi parto? En realidad sos apenas un personaje secundario”, escribió. El artículo 2 de la ley 25.929 de Parto Respetado dice que toda mujer tiene derecho a ser considerada como persona sana, de modo que se facilite su participación como protagonista de su propio parto.
En la carta que se viralizó y que los medios consideraron “conmovedora”, la médica escribió:
“Hoy llegó a mi guardia una madre con su hijo muerto. Había decidido tener el parto en su domicilio, aunque era su primer bebé y estaba en podálica (de cola). De familia acomodada e instruida, todos habían intentado disuadirla, sin éxito. (…)
Si te pongo un suero, no te estoy faltando el respeto, estoy impidiendo que si tenés una hemorragia, entres en shock hipovolémico.
Si te doy medicación, es porque es necesaria.
Si te rompo la bolsa, es porque es importante conocer el color del líquido. Nos da información de cómo la está pasando el bebé en la panza.
Si te digo que necesitás una cesárea, no es porque “te quiera sacar de encima rápido”. Yo acá tengo que estar 24 horas. Es porque intento, en el mejor de los casos, evitar complicaciones. En el peor, salvar tu vida y la de tu bebé”.
Para Osorio, la médica “predica” por la labor de los profesionales de la salud. Habla de hechos puntuales del modelo intervencionista, que para más de la mitad de las mujeres que parieron dentro del sistema es violencia obstétrica. “La carta es un discurso en contra de los derechos sexuales y reproductivos”, dijo Osorio.
La médica cita a la Organización Mundial de la Salud (OMS) para respaldarse. Sin embargo, ese mismo organismo asegura que el suero y la rotura de bolsa no representan ningún beneficio para el bebé y la mamá. “Desarticulamos la carta con los datos del Observatorio. Por ejemplo, el 46 por ciento de los nacimientos son por cesárea cuando la OMS cree conveniente que no se exceda el 15 por ciento de los casos”, dijo a Cosecha Roja Julieta Saulo, fundadora de Las Casildas.
“¿Mi cuerpo, mi parto, mi decisión? No se trata de tu cuerpo: está tu hijo en el medio.
¿Mi parto? No sos la única protagonista, en realidad sos apenas un personaje secundario, el protagonista es él.
¿Tu decisión? No tenés la formación para saber cuando está en riesgo tu vida ni la de tu bebé”.
Según Saulo, “el sistema médico hegemónico se apoya en los datos cuando son funcionales a sus creencias y sino los usa para criminalizar a la mujer. La causa de las complicaciones en los partos siempre somos las mujeres”.
Este fin de semana miles de mujeres se manifestaron contra dos policías que echaron de una plaza a una mamá que amamantaba a su bebé. En las plazas de todo el país, hubo un #Tetazo masivo que mostró que “los derechos de las mujeres son avasallados”. “No es casualidad que después de la manifestación aparezca una noticia de este tipo en los medios”, dijo Saulo. Para Osorio, hay que mirar más allá del caso puntual y reflexionar sobre “el sistema que vela por la potestad del varón y de la medicina”.
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