Keili González fue agredida por tres varones que la siguieron con un auto por las calles de Nogoyá, Entre Rios, mientras le tiraban bebidas alcohólicas, la escupían y la insultaban. Cuando ella presentó la denuncia, los agresores dijeron que la demandarían por ‘daño moral’. Ella continuó con la denuncia. Por un fallo judicial, ellos tuvieron que pedir disculpas públicas en los medios locales. Aquí el relato que publicó en su perfil de Facebook:
“Ayer en un medio local Lautaro Martínez, Facundo Herlein y Juan María Mignola realizaron una solicitada en el marco del dictamen que el juez efectuó en la causa por los actos violentos de los cuales fui víctima hace meses atrás.
Esto conduce expresarme sobre la violencia de género que también significa reconocer la lucha del colectivo trava trans. A la hora de hablar de la violencia ejercidas por estas personas, bajo el manto protector de una sociedad machista que tolera y avala estas prácticas, siento la enorme responsabilidad como militante, activista y feminista de hablar de la heteronormatividad como regla absoluta que oprime las identidades travestis justamente por hacer una ruptura de la linealidad sexo género.
Para los violentos se trató de “supuestos inconvenientes” sin tomar medida del daño ocasionado. Las disculpas deben realizarse tomando conciencia, de lo contrario no hay una conducta revertida, trazandolos y definiendolos como un peligro latente para cualquier persona.
Yo pongo el cuerpo, soy parte de esta lucha por la igualdad a ser diferente. No soy ajena, ni colaboro, porque para mí no es beneficencia, porque me interpela y me hace protagonista ya que fui violentada bajo el mismo sistema que subordina y oprime a las mujeres por el solo hecho de serlo.
¿Por qué hablo de la heteronorma y dar batalla contra ella? Porque quiero interpelar no solo a quienes me defienden en esta instancia, ni a quien debe dictaminar sobre el hecho violento que sufrí, sino a los que están en la vereda del frente.
En la última instancia judicial, escalofrío sentí al escuchar a uno de los defensores de los imputados decir que se trataba de un “problemita”. Eso demuestra a claras la perspectiva de donde conciben el hecho violento y allí está el machismo.
Les pregunto a los defensores de los violentos ¿Qué me hubiera tenido que pasar para que ellos lo conciban como el problema?, ¿Saben ustedes que en Argentina es asesinada una feminidad cada 18 horas?, ¿Tienen idea de la enorme deuda que tiene el Estado y en este caso la justicia, considerando que el promedio de vida de una travesti es de 36 años?
Soy consciente que mi derecho a ser diferente quiere escapar a lo que la sociedad concibe como modelo único de ser mujer y a partir de eso encuentra una víctima obvia y clara; porque hasta eso es el machismo, impone un estereotipo de víctima, invisibilizando la violencia que las travestis y las trans sufrimos; nos excluyen, nos cloacalizan.
Porque mi travestismo creció en los márgenes que conectan con la diversidad, pero en una sociedad que suele despreciarnos. Lucho por esa diversidad que tanto me aproxima a la libertad, cada violencia que padecí me hace más potente y no puedo ser de otra forma, porque si hay algo que me atrae, es la lucha por la aceptación de mi diferencia.
Es importante que la justicia actúe y considere que a las travas y las trans el machismo nos asigna un castigo por salir de un rol que es impuesto por una sociedad patriarcal y más aún enfatizar en la importancia que amerita la repudiable acción reglamentada en la ley 26.485 de Erradicación y Prevención de la Violencia de Género.
Porque tengo la ilusión, ante un contexto de mucha violencia, de que exista una Justicia activa y que esa acción logre empatizar y se extienda a una sociedad muchas veces dormida; justicia donde no exista jerarquía e intereses, donde habitualmente las violencias hacia nuestros cuerpos suelen atravesar por el desinterés y el abandono de una sociedad de ojos vendados y allí me pregunto: ¿Cuándo será mi turno?
Sé que la venganza es a través de la educación, de la justicia ejemplificadora y la sensibilización porque me quiero pensar amplia, libre y empoderada”.