A simple vista las fibras de asbesto son indetectables: no se ven ni se huelen. Si se mezclan con el aire pueden entrar en las vías respiratorias y adherirse a los pulmones. Los trabajadores de los talleres del subte porteño y los choferes de algunas formaciones las respiran a diario: a 13 empleados les detectaron placas pleurales; es decir, ensanchamiento de la membrana que recubre los pulmones.
Hoy entre las 5.30 y las 8.30 de la mañana no hubo servicio en las líneas A, B y D. Después de las 21 la medida se replicará en las líneas C, E y H y Premetro. “Exigimos que el gobierno agilice el proceso de licitación y defina plazos para el cambio de flota”, explicó a Cosecha Roja Magali Aguirre, delegada de tráfico de la línea E del sindicato de Metrodelegados. Mientras dura ese proceso el sindicato reclama que se lleve adelante un proceso de desasbestización para evitar que los trabajadores se sigan enfermando. “No descartamos paralizar el subte definitivamente hasta que cambien los vagones”, dijo hace unos días el delegado Claudio Dellecarbonara en conferencia de prensa.
El asbesto es un material aislante. En contacto con las vías respiratorias puede provocar tres tipos de lesiones. La más leve son las placas pleurales -detectada a los 13 trabajadores del subte porteño-. Otras consecuencias posibles son los nódulos en pulmones y, la más grave, la asbestosis. Desde hace dos décadas este material está prohibido en más de 50 países del mundo. Aún así, el gobierno porteño le compró al Metro de Madrid vagones de subte usados que estaban contaminados.
El presidente de Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado (Sbase), Eduardo De Montmollin, admitió en una entrevista con CNN que el gobierno porteño sabía que los vagones que estaban comprando tenían asbesto. “La documentación técnica de un tren puede llegar a ser manuales o carpetas así y de repente lo que dice esto es una letra chiquita en la página 473 del tomo 4 del manual de descripción de partes”, intentó justificar el funcionario.
Por la compra de los vagones usados al Metro de Madrid hay causas penales abiertas en Argentina y en España. En Europa está prohibido comercializar productos con asbesto desde 2003.
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Desde hace casi seis meses los talleres de la línea B están en cese de tareas. Ahí es dónde más riesgo corren los trabajadores. “La mayoría de los trenes tienen el asbesto en los apagachispas que son las resistencias que están abajo de los motores. Es una caja cerrada que solo se abre en los talleres”, explicó Aguirre.
Los vagones contaminados comprados al Metro de Madrid ya fueron retirados. Pero el problema es más grave. Hay vagones con asbesto en la línea B (en las cabinas), en la C y en la E. “No solo está en los trenes. También hay en cables e instalaciones fijas”, contó Aguirre.
Hasta ahora los trabajadores no tienen respuestas sobre cuándo serán retirados los vagones contaminados y cómo se hará la desasbestizazión. Mientras, se siguen enfermando.
