El sábado alrededor de las 17, los responsables de un local del shopping Distrito Arcos, del barrio porteño de Palermo, descubrieron a una chica de 16 años intentando robar tres jeans. Avisaron al personal de Seguridad del centro comercial y la adolescente quedó demorada. Desde el local decidieron no denunciar para que no tenga una causa penal por tentativa de hurto.
Cuando ella estaba por irse, se le acercó un policía de la Ciudad que hace tareas de vigilancia en el shopping. La llevó a un cuarto privado, la amenazó con dejarla detenida y después la violó.
La adolescente volvió a su casa y le contó a su pareja que un policía la había violado. A la noche, ambxs hicieron la denuncia en la comisaría vecinal 14A.
Paradójicamente, en esa comisaría trabaja el policía acusado. Esa misma noche, sus propios compañeros fueron a buscarlo para detenerlo.
Por orden de la fiscal en lo Criminal y Correccional 43, Silvana Russi, el policía quedó detenido en la alcaidía de la Superintendencia de Investigaciones Federales por el delito de “abuso sexual agravado”.
La Oficina de Transparencia y Control Externo de la Policía de la Ciudad le abrió un sumario administrativo y fue puesto a disponibilidad. En las próximas horas tendrá que declarar ante el juez Gustavo Pierretti, en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional 17.
La adolescente será atendida por médicxs y psicólogos y le realizarán los peritajes necesarios.
Policías abusadores hay en todos lados
El caso de la adolescente en el shopping no es aislado. Las historias de integrantes de la fuerza de seguridad que no sólo utilizan su poder para hostigar y maltratar, sino también para abusar de mujeres, trans y travestis, se multiplican en todo el país.
Uno de los más recientes sucedió en Córdoba, en marzo de este año. Una mujer denunció que en la Comisaría 13ª de barrio General Bustos, fue torturada y abusada sexualmente por un policía. La víctima y su hermano habían sido detenidos en la calle, sin argumentos. A ambxs lxs golpearon y a ella la abusaron y la torturaron con el método del submarino.
En la misma provincia, en agosto de 2019, una mujer de 24 años denunció que fue violada en una calle pública de Ciudad Universitaria, frente a la Universidad Nacional de Córdoba, por un policía que cumplía adicionales. Ella estaba con su novio adentro de un auto, el policía, de 23 años, los hizo bajar, y amenazó con llevarlos preso. Para no hacerlo, la obligó a ella a tener sexo.
En abril de 2016, siete policías -seis de la Policía Federal y uno del Servicio Penitenciario- fueron condenados a penas de entre siete y dieciséis años por abusar de dos hermanas adolescentes de 13 y 16 años que vivían en la calle. Durante dos años las acosaron, las llamaban por teléfono, las levantaban en Parque Lezama con patrulleros, las disfrazaban de policías para disimular y las llevaban al Cuerpo de Montada de la Federal para abusar de ellas.
En junio de 2020, fue un escándalo el caso de los policías de Chaco que entraron a las patadas en la casa de una familia qom y se llevaron detenidxs, a los golpes, a tres mujeres y dos varones. En la comisaría 3° siguieron los golpes, las amenazas y se sumaron los abusos a las mujeres.
Uno de los casos más emblemáticos de abuso y travesticidio es el de Vanesa Ledesma, una travesti que fue detenida en el barrio General Paz, en Córdoba. Dos móviles policiales llegaron al lugar, donde Vanesa se había peleado con su pareja. Los policías la golpearon y la llevaron detenida a la Comisaría 6ª de barrio General Paz, pero como estaba con la capacidad llena, la trasladaron hacia la Comisaría 13ª de barrio General Bustos.
Un detenido de esta comisaría declaró que vio cuando un policía le pegaba un rodillazo a Vanesa. Cinco días después de su detención, fue encontrada muerta en su celda. La causa se cerró en 2002. Para la Justicia, no hay culpables.