A Nadia Rojas, una adolescente de 14 años, nadie la volvió a ver desde el viernes 9 de junio. Su mamá, Elena, hizo la denuncia en la comisaría 52 de Lugano, intervino luego el juzgado y se abrió una causa por averiguación de paradero.

En esa primera incursión al mundo de las denuncias, Elena no contó todo. Días después, alertada por las organizaciones que la acompañan en la búsqueda de Nadia y temerosa de una posible connivencia policial, se presentó en la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas para ampliar su relato anterior.

Elena estuvo toda la mañana en la sede de Perú al 500 y se logró una declaración integral. Allí pudo repasar cuántas veces faltó su hija de la casa familiar, cuáles son las actividades que la adolescente realiza, las problemáticas del colegio al que asiste, a qué lugares va a bailar, de qué se tratan las “presencias” a las que la invitaron en las matinés.

Tras recibir la declaración de Elena, y después de hablar con el Programa de Acceso Comunitario a la Justicia –Atajo-, la Protex armó una investigación preliminar y la envió a la Fiscalía. “Remitimos el expediente con el argumento de que existe una hipótesis de red de trata de personas”, dijo a Cosecha Roja una fuente de la Procuraduría. “Hay un conjunto de pistas que se suman a la declaración de chicos y chicas que conocen a Nadia, que hablan de una especie de engaño, de relación afectiva a través de la que las chicas son captadas”.

Ante el indicio de un posible caso de trata que envió la Protex en la investigación preliminar, la Fiscalía Nro 57 se declaró incompetente, por lo que la investigación por la desaparición de Nadia pasó al fuero federal. “La búsqueda de Nadia sigue, no se modifica. Pero, de acuerdo a cómo acontecieron los hechos, al relato de Elena, la mamá, a las declaraciones de algunas amigas de la adolescente, a otros casos que ocurrieron, se puede presumir que se trataría de una red de trata”, explicaron desde la Protex.

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Nadia es una chica muy despierta y muy vital. “Los profes cuentan que es muy buena estudiante. En las clases leía un montón y era re tranqui”, dijo a Cosecha Roja una profesora de la escuela René Favaloro. “Estuvo circulando información acerca de que Nadia salía mucho cuando en realidad era la tercera vez que lo hacía. Ella es súper tranqui y responsable”.

El lunes 12 de junio, los compañeros de 2do 2da de Nadia Rojas la esperaban para ensayar una obra de teatro para el acto del 9 de Julio de la Escuela René Favaloro. Nadia tiene el papel principal: Juana Azurduy. Pero la chica nunca llegó. Los compañeros preocupados llamaron a la casa y así se enteraron que Elena, la mamá, no sabía nada de su hija desde el viernes 9. Algunas compañeras del colegio dicen que la vieron el fin de semana por Liniers pero no ninguna pudo precisar ningún dato.

“Hace diez días que en la escuela tenemos un banco vacío”, escribieron sus maestros en un comunicado que se leyó en la tercera movilización por la aparición de Nadia, a las siete de la mañana en la intersección de Callao y Corrientes. “Una alumna menos nos duele en lo más profundo”.

Elena la vio por última vez el viernes 9. Caminaron juntas cinco cuadras hasta la escuela. Se despidieron. La adolescente tenía jornada extendida. Pero a la hora de regreso, tampoco fue a su casa en Villa 20, Lugano. El fin de semana se decidió. Fue a la Comisaría 52 e hizo la denuncia.

“Siempre lo vemos por televisión y nos indignamos con casos de chicas desaparecidas, porque sabemos lo que puede estar pasando con ellas. Pero nunca uno se imagina que puede tocarle a una de sus alumnas”, leyeron los maestros en Callao y Corrientes.