Por qué necesitamos personas travestis trans en el Estado

Por primera vez comenzó a debatirse una Ley nacional de Cupo Laboral Trans Travesti. Hay siete proyectos presentados en el Congreso. En esta primera reunión informativa, convocada por la Comisión de Mujer y Diversidad de la Cámara de Diputados, participaron 13 organizaciones del colectivo LGBT+. Esta es la participación de Say Sacayán, hermano de Diana y coordinador del M.A.L.

Por qué necesitamos personas travestis trans en el Estado

Por Cosecha Roja
24/06/2020

Por Say Sacayán

Foto: Comunicación Emancipación

Mi nombre es Say Sacayán, coordinador del movimiento antidiscriminatorio de liberación. Soy una trans masculinidad. Quiero decirlo para aclarar los mitos de que los varones trans no somos parte de lucha de este colectivo.

En principio voy agradecer a quienes nos permiten tener la voz en esta charla informativa, a quienes colaboraron en abrir este espacio de escucha. Quiero agradecer a la presidencia de las comisiones Mujeres y Diversidad por realizar esta actividad, recordar que esta demanda ya tiene muchos años, y que todo lo que se pueda hacer para acelerar el proceso, es absolutamente necesario. 

Hay algunas cosas muy concretas de este proyecto que necesito decir. Es mi responsabilidad como referente del colectivo mantener la memoria viva y la historia de nuestra lucha y nuestro movimiento.

Esta ley nace en el Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación, a partir  de la experiencia en el trabajo territorial sobre la capacitación,  inclusión  y acceso en el empleo a la población travesti trans ya por el año 2010 a partir del trabajo de Diana Sacayán, que además de ser nuestra referente y hermana, es una de las militantes que más aporte hizo a los derechos de nuestra comunidad. 

Diana ha dejado la vida en la lucha, ya que un mes antes de su terrible asesinato  en octubre de 2015 fue aprobada la ley de cupo travesti trans en la provincia de Buenos Aires. 

Una vida que fue arrebatada producto de un travesticidio: el 18 de junio de 2018 hemos logrado que se reconociera, en un juicio y sentencia histórica y por primera vez la justicia argentina se pronunció sobre estas muertes y sobre la violencia estructural que existe en nuestra población, gracias al acompañamiento y el apoyo de las organizaciones del campo popular y del feminismo. 

Esta ley lleva su nombre para que nunca olvidemos que ella reubicó la responsabilidad del Estado en la falta de acceso al trabajo registrado, poniendo de relieve no sólo esa responsabilidad, sino también la responsabilidad del Estado frente al travesticidio social. 

Como colectivo travesti trans estamos expuestos a muchas violencias y discriminaciones: desde la cuestión cultural, donde ocupamos el lugar del chiste y del ridículo, hasta la exclusión estructural del estado de derecho: nos echan de la familia, nos echan de la escuela, nos echan del hospital. El acceso al mercado laboral es algo que a veces no podemos ni imaginar, desde todos esos lugares de exclusión estructural. 

Hay algunos datos de las condiciones materiales  que vivimos como población de los que podríamos pasar horas hablando. Hay encuestas, informes nacionales e internacionales que seguramente las otras organizaciones van a poder desarrollar con más detenimiento. Nosotres sólo vamos  a mencionar  lo más relevante. Como por ejemplo:

Que el promedio de vida de nuestra población es de 35 a 40 años. Uno de los principales motivos de esas muertes son los travesticidios y los travesticidios sociales. Todas estas muertes son evitables. 

La mayoría de las personas travestis y trans, a partir de que deciden su identidad desde muy temprana edad (adolescencia y preadolecencia) son expulsadas de sus familias.

El 73%  no tienen acceso a la educación básica

El 90% fueron víctimas basadas en discriminación por identidad de género.

El 98% no tiene un trabajo formal y registrado.

El 80% se encuentra en situación de prostitución como único medio para subsistir   

Y así podríamos seguir.

No quiero ser hipócrita, pero es preciso destacar esta cuestión: no es fácil para mí, para nosotres, estar hoy acá. No estamos acostumbrados ni a estos edificios ni a estos modos protocolares. Pero es muy necesario que seamos nosotres quienes estemos acá: nosotres que no tenemos trabajo, contándoles a ustedes; nosotres que no tenemos obra social, que apenas pudimos sostenernos en la escuela para terminar la primaria, contándoles a ustedes que sí tuvieron todos esos accesos, que sí pudieron ejercer esos derechos. 

Este es un tema prioritario frente a la pandemia que asola hoy al mundo, porque en el marco de la fragilización que han sufrido nuestras vidas, la mayor parte de nosotres tenemos factores de riesgo frente al covid-19, lo que nos hace todavía más vulnerables que lxs consideradxs más vulnerables. 

Esta ley es prioritaria, en este tiempo, incluso más que antes, porque ninguna ayuda estatal implementada para paliar las necesidades que los distintos sectores de la población enfrentan, están pensadas para las realidades que vivimos el colectivo travesti trans (desde cuestiones administrativas, hasta la violencia institucional que nos impide movilizarnos, y un sin fin de otras experiencias que son impensables desde los privilegios de estar dentro del Estado de derecho). 

Nos interesa hablar de nuestro proyecto “Ley Diana Sacayán”, pero también celebramos los diferentes proyectos que se presentan, porque acordamos en que hay una clara necesidad, que es salvar vidas.

Nuestro proyecto de ley estipula un cupo del 1% en la planta del Estado Nacional. Y esta es una decisión política que como  organización y movimiento tomamos: es una medida mínima y paliativa, para el nivel de desamparo en el que nos encontramos. Y como medida mínima y paliativa, es necesario que entiendan que este es un tema prioritario en este contexto de crisis sanitaria, y la difícil etapa económica que vendrá una vez superada esta etapa de aislamiento social. 

Lo entendemos como una estrategia que tendrá efectos concretos y tangibles, tanto para las personas travesti trans que accedan a ocupar un puesto de trabajo registrado, como para el resto de la planta del Estado Nacional. 

Necesitamos personas travesti trans trabajando en el Estado porque, parafraseando a Lohana Berkins, quien se refirió a la universidad, pero acá vale lo mismo: cuando una travesti entra al Estado, le cambia la vida a esa travesti, cuando muchas travestis y trans entran al Estado, cambia el Estado. 

Necesitamos personas travesti trans trabajando en el Estado, que puedan diseñar y desarrollar políticas públicas eficaces, que verdaderamente transformen la realidad y las condiciones materiales en las que vivimos. 

Hace ya demasiado tiempo que Diana nos interpeló a todxs profundamente preguntando: “¿Por qué como personas travestis trans no podemos discutir y ocupar lugares de decisiones de poder si hemos demostrado que somos capaces desde transformar nuestras vidas, de armar leyes, de hacer políticas públicas?”.