El martes, el jefe de fauna de Mendoza caminó ocho kilómetros por la cordillera. Arriba lo esperaba uno de los peores hallazgos de su carrera: 34 cóndores y un puma muertos. Cuando llegó no pudo más que arrodillarse frente al hallazgo, intentar recuperar el aliento y pensar. Qué hicimos mal, dijo. Cómo pudimos llegar a esto. Por qué no logramos que nos entiendan.
Un día antes estaba contento porque había encontrado un cóndor que ahora está en Buenos Aires. Apareció en San Luis, estaba debilitado -quizás también por veneno- y lograron trasladarlo para curarlo.
El trabajo de Adrián Gorrindo es ese: cuidar de los animales silvestres. Los más delicados, los más difíciles de monitorear son esas aves majestuosas que habitan de punta a punta del continente y que están mas amenazadas que nunca.
Por eso los tratan como tesoros vivos. Cada vez que liberan a uno preparan el terreno: hablan con los pobladores, dan charlas, salen por medios. Uno de los principales mitos: que puede matar al ganado. “El cóndor es un animal carroñero. No está preparado para capturar un animal vivo. Incluso que sea tan grande lo vuelve torpe”, explica Gorrindo.
Ayer detuvieron a un hombre en Malargüe, provincia de Mendoza. Junto a los animales muertos había una oveja con su marca. Los primeros análisis señalaron que las aves y el puma que apareció junto a ellas fueron envenenados con Furadán. La Policía hizo dos allanamientos: uno de la localidad de Los Molles y el otro en El Sosneado. En los dos encontraron el veneno. Uno de los productores está detenido. El otro tiene pedido de captura.
El Furadán es un agrotóxico prohibido en Argentina y en la Unión Europea. Se lo considera uno de los venenos más letales de la industria. El año pasado, una nene de doce años murió en Corrientes luego de comer una mandarina rociada con ese producto.
Las tierras en la que aparecieron los cóndores pertenecen, según informó Pagina 12, al grupo de inversión anglo-malayo Walbrook, que también es dueña del complejo de esquí Las Leñas. La empresa tiene unas 600 mil hectáreas en la Argentina. En la zona donde aparecieron los animales muertos tienen 250 mil.
El Programa de Conservación del Cóndor Andino liberó 53 cóndores nacidos en cautiverio en la zona de Pailemán, Río Negro, junto al mar Argentino. Con los años se formaron parejas reproductoras y ya nacieron nueve pichones. En los 23 años que lleva el Programa de Conservación lograron rescatar 230 animales.