Por Cosecha Roja. –
Lo sabía la gente del bario El Palihue. Los hermanos Ortega se la tenían jurada a Julio Biscay. Todos eran de la barra de Gimnasia y Esgrima de La Plata. Hace un par de años se habían agarrado por un negocio vinculado a las licencias de taxis en el que la barra de Gimnasia tiene participación. Esa vez, Biscay había sido el último en sonreír: le había dado una paliza de esas que hacen mella en el orgullo de un bravo del aguante futbolero como Ariel Ortega. Una golpiza de las que no se olvidan.
El sábado se cruzaron a no más de 700 metros del estadio Juan Carmello Zerillo. En la parrilla que esta frente al zoológico de La Plata. Bastó apenas con que se miraran unos segundos. Julio Biscay repartía entradas para el grupo Palihue de La 22 –nombre con el que se conoce a la hinchada del Lobo. Se acercó a Ariel Ortega a los gritos. Lo agarró del cuello. No dejaba de gritarle en la cara. Ortega sacó un arma y disparó una, dos, tres veces. Uno de los tiros dio en el estómago de Biscay. Otro rebotó en el pavimento y rozó a Pancho Ramírez, un pibe de 11 años que esperaba, junto con su hermano mayor, que la barra les entregara las entradas para ir a ver al club de sus amores.
Los heridos fueron trasladados de urgencia al hospital San Martín. Biscay no alcanzó a llegar con vida. Ramírez, en tanto, se encuentra fuera de peligro. Le quedará, de esa excursión al bosque, la esquirla de plomo en la cadera.
Las fuentes policiales no tienen dudas. El enfrentamiento se dio antes de que pasaran los controles y se debió a una disputa anterior, extra futbolística, que Ortega y Biscay podrían haber resuelto en la tribuna del Lobo como en alguna esquina del barrio Palihue. Pero los testigos oculares dijeron que la disputa se dio por el reparto de entradas de la barra.
La barra del Lobo se divide en tres grupos. El más popular está controlado por Cristian el Volador Camillieri, que maneja los barrios El Churrasco, Ringuelet, Arroyo El Gato y cuenta con el apoyo de los hermanos Papupa, a cargo de La Favela, una de las facciones más peligrosas de toda la hinchada. El segundo grupo, a cargo del Ruso, sustenta su poder gracias al control de la Villa El Puente y Los Hornos. El tercero es el de Palihue y tiene como jefe a Manco Wimpy. A esta facción pertenecían Biscay y Ortega. Uno de los hermanos de Ariel, conocido como el Momia, fue uno de los pesos pesados de la facción que hace 18 meses, en la previa de un partido con Racing, quiso arrebatarle el poder de La 22 al Volador. Pero ese día la Momia y el grupo de Palihue perdieron su chance. Desde ese momento y con la anuencia de la Comisión Directiva tripera, confirma Gustavo Grabia en Olé, Camillieri se transformó en el único jefe de la hinchada y la barra no tuvo disputas internas hasta este último fin de semana.
La causa quedó en manos del fiscal Marcelo Martini. Él será el encargado de desentrañar qué pasó en la previa del partido entre Gimnasia y Nueva Chicago, quién efectuó los disparos, quién entregó las entradas. Entre tantas incertidumbres hay una cosa que queda clara: ir a la cancha en argentina hace tiempo que dejó de ser un juego de niños. El que tenga dudas que le pregunte a Pancho Ramírez.
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