enfermeros uruguayos

El País.-

La Justicia absolvió y ordenó la libertad de los dos enfermeros acusados en marzo de 2012 de la muerte de 15 pacientes en el hospital Maciel y en la Asociación Española. Según la jueza Dolores Sánchez, no hay pruebas contundentes para asegurar que los procesados mataran a los enfermos y concluyó que la Justicia se basó en “un rumor” para enviarlos a prisión por casi tres años. La fiscal del caso, Mónica Ferrero, apeló el fallo.

Ambos habían confesado los supuestos crímenes argumentando que lo hacían “por piedad”. Sin embargo, luego adujeron presiones de todo tipo para que admitieran la culpabilidad.

El enfermero Ariel Acevedo habló con El País tras enterarse del fallo judicial y dijo estar “tranquilo y feliz”. Acevedo comentó que fue notificado ayer sobre el dictamen de libertad y, aseguró, que ya se puso en contacto con Marcelo Pereira, el otro enfermero que estaba recluido en el mismo centro penitenciario.

Según el abogado de este último, Humberto Teske, apenas se enteró de la resolución de la magistrada, se comunicó con Pereira para notificarlo. El defensor dijo que se mostró muy emocionado, “no se lo esperaba”. Junto a ellos había sido procesada otra enfermera por complicidad que también fue absuelta por la jueza.

“Un rumor”

Según explicó la jueza en la sentencia, la acusación contra los dos imputados se basó en un rumor. “Nadie los vio efectuar ningún procedimiento inusual, ni dar muerte a paciente alguno. Ni en el Hospital Maciel ni en la Asociación Española se noto aumento significativo de muertes en los CTI donde estos trabajaban”, dijo la magistrada.

“Quienes sospechan hablan de rumores, de aumentos de tasas de mortalidad en el Centro del Maciel que no fueron tales finalmente. Nadie escuchó de los propios encausados que provocaran muerte a los pacientes”, agrega.

Sánchez afirmó que si bien las muertes no eran esperables para alguno de los testigos, la Junta Médica concluyó que todos los fallecimientos eran esperables debido al estado crítico de los enfermos. Dijo que incluso alguna de las familias habían sido notificadas sobre la probabilidad de muerte de los pacientes.

“A ningún médico durante ese tiempo le llamó la atención ninguno de los fallecimientos, y solo se inició investigación en el Hospital Maciel a instancia de la enfermera y la nurse que como vimos no llevó a corroborar las sospechas”, dice la sentencia.

Tras ser detenido en 2012, Pereira había confesado haberle suministrado morfina por vía central (cuello) para dar muerte a cinco pacientes en el Hospital Maciel. Acevedo, en tanto, admitió haber matado a once personas por medio de una inyección de aire al sistema circulatorio en la Asociación Española.

Los dos fueron a prisión por un delito de homicidio especialmente agravado en reiteración real.

La Justicia manejaba que los asesinatos cometidos por estas personas habían sido al menos 50 o tal vez más. La investigación, llamada “Operación Ángeles”, había comenzado dos meses antes de la detención de los enfermeros a partir de una denuncia anónima realizada por una enfermera del Maciel.

Apelación.

La fiscal Ferrero apeló el fallo y tiene tres días hábiles para presentar sus argumentos. Sin embargo, los dos enfermeros recuperaron ayer la libertad y el caso proseguirá con ellos en calidad de libertad ambulatoria.

El defensor de Pereira dijo que ni siquiera se imagina en qué se puede basar la fiscal para apelar la sentencia de Sánchez. “Me quemo la cabeza y no veo de dónde puede salir. Nunca nadie los vio hacer nada”, dijo Teske.

“El mote de enfermero asesino no se lo van a sacar nunca”, indicó el abogado. Sin embargo, dijo que todavía no definió si presentará algún juicio al Estado.

Caso

En marzo de 2012, tanto Pereira como Acevedo habían confesado ser los autores de la muerte de quince pacientes. Sin embargo, la declaración fue luego modificada.

Para reconocerlos en el apuro de las 48 horas que tenían el juez y el fiscal para resolver con los enfermeros detenidos, les mostraron fotos proporcionadas por la Dirección de Registro Civil y así fueron reconociendo a sus presuntas víctimas.

En su momento se los llamó los “ángeles de la muerte”, denominación utilizada en criminología para referirse a asesinos seriales que justifican sus crímenes como un acto para aliviar el dolor de la víctima.

El ministro de Salud Pública de aquel momento, Jorge Venegas, desconoció el caso hasta que tomó estado público, aunque el Ministerio del Interior llevaba adelante una investigación desde hacía semanas. Venegas compareció ante la Comisión de Salud del Senado y Diputados.

El Directorio de la Administración de Salud del Estado (ASSE) decidió abrir un sumario al entonces director de la Unidad Cardiológica del Hospital Maciel, José Pedro Patritti, a raíz de los asesinatos. El exdirector del Hospital Maciel, Raúl Gabús, reconoció que había habido “comentarios”.

El Ministerio de Salud Pública (MSP), por su parte, denunció ante la Justicia a los médicos de los pacientes.

Hija de una paciente: “¿Estamos hablando de chusmerío de barrio?”

Miriam, hija de Santa Gladys Lemos, la mujer fallecida que detonó la denuncia de los supuestos “enfermeros asesinos”, dijo a El País que está “anonadada” por la resolución de la Justicia. “¿Estamos hablando de chusmeríos de barrio?”, se preguntó a raíz del argumento de la jueza Dolores Sánchez, quien manifestó en su sentencia que las acusaciones contra los dos enfermeros surgieron a raíz de rumores en los respectivos centros de salud donde trabajaban. “Vamos a seguir adelante con todo (lo judicial) porque pienso que tanto mi madre como las otras víctimas no se merecían esto”, dijo Miriam.

La mujer agregó que el enfermero Marcelo Pereira “venía matando” a su madre todas las noches y que este no tenía derecho a “aliviar la pena de nadie” ya que nadie se lo había pedido y su madre ya tenía el alta médica autorizada. “A ellos no tendría que haberles importado (si su madre) estaba sufriendo o no”, dijo Miriam.

“Las otras enfermas decían que tenían miedo porque entraban hombres de noche a la habitación y pensaban que les iban a robar”, contó la hija de la paciente fallecida, cuyo caso fue clave para el procesamiento de los enfermeros Ariel Acevedo y Pereira.