Por Miguel Passarini en El Ciudadano
Desde hace algunos años, las mujeres que formaron parte de las luchas por la independencia en América latina empezaron a ser visibilizadas, a encontrar y ocupar el lugar que les corresponde en la historia y en su resonancia en el presente, en el contexto de un necesario revisionismo que va de la mano de las luchas del feminismo y su cuarta ola y la búsqueda de igualdad de derechos, temas estructurales de la agenda del presente.
En ese territorio, con un vasto recorrido tanto en el cine como en el teatro y en diversas tareas a partir de cada uno de esos lenguajes, la destacada artista rosarina Romina Tamburello, con conocimiento de causa, en medio de la pandemia, y a partir de su conocida capacidad creativa y prepotencia de trabajo, logró concretar un nuevo proyecto audiovisual que pone en primer plano a una de esas mujeres fundamentales pero desconocidas de la historia para poder repensarlas a todas, y que en formato de miniserie, rodada durante septiembre de 2020 de acuerdo al protocolo de higiene y seguridad vigente, tendrá su estreno este domingo, a las 21, por Canal Encuentro.
Algunas de esas mujeres estuvieron en el frente de batalla pero hay otras que acompañaron los procesos independentistas desde labores domésticas y tareas de cuidado y acompañamiento, como es el caso de María Catalina Echevarría, la mujer que puso en manos de Manuel Belgrano la bandera celeste y blanca para que pudiera ser izada el 27 de febrero de 1812 en las costas del río Paraná y que es minuciosamente retratada a través de cuatro capítulos en Catalina, la mujer de la bandera.
Un descubrimiento
“Catalina es un personaje que siento que de algún modo me persigue, es de esos personajes que aparecen y son un descubrimiento, un hallazgo. La primera vez me tocó interpretarla como actriz: fue en 2015, en los túneles del Monumento Nacional a la Bandera, cuando hacíamos un recorrido teatral con público, donde estaba (la escultora) Lola Mora, encarnada por Vilma Echeverría, y allí aparece por primera vez en Rosario la figura de Catalina, la mujer que cosió la bandera que izó Belgrano en febrero de 1812, y que le dio a Rosario el título por todos conocidos de Cuna de la Bandera”, dijo a modo de presentación del personaje que la acompañó por cuatro años como actriz la también dramaturga y directora de cine y teatro Romina Tamburello, que para aquél recorrido teatral también había escrito el texto, hecho que abrió un proceso de investigación sobre el personaje que hoy aparece finalmente retratado en la miniserie.
De este modo, con un equipo completamente rosarino que también integran Santiago King como productor ejecutivo y Federico Actis como coguionista de la mano de la productora Pez Cine y un gran equipo técnico y artístico, esta serie de cuatro capítulos camina tras las huellas de esta mujer olvidada por los relatos tradicionales, e invita a ver la historia con una nueva perspectiva del presente: la de género.
“El año pasado, en plena pandemia, me llega una propuesta de una productora de Barcelona para desarrollar y dirigir un proyecto que ellos ya venían charlando con Canal Encuentro y así se concreta éste, mi primer trabajo para la señal pública, junto con los chicos de Pez Cine. Iba a ser una serie, en principio de diez capítulos, pero terminó siendo de cuatro, sobre la vida de Catalina, lo que derivó en este reencuentro con el personaje y con lo poco que se sabe de ella que fue un punto de partida”, destacó la realizadora acerca de este material que tendrá el estreno de su primer capítulo de 13 minutos (como los restantes) este domingo pero será un adelanto dado que luego, a razón de uno por semana, se conocerán por cuatro viernes consecutivos siempre a las 21, por la pantalla de la señal pública, al tiempo que este viernes a las 16 habrá un estreno, protocolos mediante, en la explanada del Museo Histórico Provincial Julio Marc (Parque Independencia).
La reconstrucción
“Como todo documental, la reconstrucción del recorrido de María Catalina, y más allá del guión previo que uno pueda tener, en ese recorrido de investigación y trabajo van sucediendo cosas y siempre está bueno seguirlas y ver qué nos van proponiendo. En un principio, comenzamos trabajando con una contenidista, la historiadora rosarina Gabriela Couselo; ella nos empezó a sugerir invitados para las entrevistas pero nadie sabía demasiado sobre el tema porque no hay información. Fueron muchas historiadoras invitadas y entrevistadas, pero las respuestas eran unánimes: «De Catalina no se sabe mucho»”, dijo Tamburello antes de desandar uno de los hallazgos que apareció en ese recorrido y concretar un viaje estético por escenarios de la ciudad que en la edición final se ve potenciado por las ilustraciones y la animación de Estefanía Clotti.
“La investigación iba por diversos lugares, incluso hasta investigar dónde había estado su casa, hasta que en un momento, ya durante el rodaje, aparece una heredera. Una descendienta de Catalina, Gabriela Fernández Díaz, que además estuvo cosiendo la bandera para el proyecto Alta en el Cielo, de Julio Vacaflor, de la bandera más larga del mundo, junto con un descendiente de Belgrano”, dijo Tamburello. Y destacó: “Eso fue muy impresionante, porque esta mujer había estado cosiendo una bandera como había pasado con aquella mujer del origen de su familia. Hay que tener en cuenta que no hay documentos que avalen que Catalina cosió esa primera bandera para Belgrano. Sin embargo, la tradición oral de nuestra ciudad lo acepta, lo recoge y lo reivindica, por lo tanto Catalina Echavarría sí cosió esa bandera, y los que vean la miniserie se van a encontrar además con un montón de otros datos que justifican esa afirmación, sobre todo las historias familiares que hay detrás, qué se decía puertas para adentro de esa casa de la relación de ella con Belgrano y también de su hermano, donde se revelan otras cuestiones sobre esta mujer poco conocida pero tan emblemática, como por ejemplo qué pasa con ella después de que cose la bandera o dónde termina sus días”.
Repensar la trama
En cada capítulo, Catalina, la mujer de la bandera descubre algo del personaje. El primero se centra en la figura de Catalina, su biografía y la vinculación que tuvo con el hecho histórico del izamiento de la bandera, para dar paso en el segundo a un paralelismo entre la figura de Belgrano y de Catalina. En el tercero, Rosario aparece revelada como Cuna de la Bandera, mientras que el epílogo indaga en qué pasó después de aquellos acontecimientos con Catalina y Belgrano.
“Este trabajo nos sirvió a nosotros, y esperamos que eso pase con las y los espectadores, para repensarnos como consumidores de la historia, pero sobre todo teniendo muy presente y más aún con la investigación para abordar este trabajo, que a las mujeres no es que se decidió invisibilizarlas, directamente no eran tenidas en cuenta, en su momento no se las registró. Y este material documental es una invitación a repensar por qué no se las registraba y porqué es importante registrar a las mujeres que participaron en la historia, porque de otro modo la historia termina siendo un recorte pequeño de hechos patrios realizados por hombres. Entonces no sabemos cómo eran las infancias, cómo eran esas mujeres, cómo eran los contextos. A partir de esta búsqueda, todo eso se nos va armando mucho mejor”, destacó la directora acerca de un material que cuenta con los testimonios de Paula Caldo, Gabriela Couselo, Alicia Megías, Elsa Caula, Ignacio Lardizábal, Ignacio Martínez y Gabriela Fernández Díaz.
Mirada de género
“A uno le llegan los proyectos pero también después se los apropia y les da su mirada, no se puede trabajar de otro modo; es un poco esto que decía (François) Truffaut, que siempre estamos hablando de nosotros mismos; son los temas que nos movilizan. Apenas tuvimos el proyecto entre manos, la idea fue pensar, también, en Catalina como una excusa para tratar de dilucidar porqué las mujeres de la historia están invisibilizadas y al mismo tiempo, qué sería importante contar de ella; qué pasaba con estas mujeres, más allá de las que iban al frente de batalla, que realizaban, como Catalina, tareas destinadas por entonces a las mujeres, de costura y bordado, algo doméstico. Pensar cómo esas mujeres contribuían a las gestas patrióticas desde un lugar eminentemente femenino”, expresó la directora, también realizadora de Rosario, ciudad de las lindas, entre otros materiales.
Finalmente, Tamburello destacó que la miniserie propone toda una lectura también de Belgrano, al que se lo considera progresista en su mirada en relación con las mujeres: “Tampoco vamos a hablar de feminismo, ni siquiera se acuñaba el término; pero Belgrano es alguien que escribió que las mujeres tenían que tener una educación, saber leer y escribir. De todos modos, no era por una conciencia de género, sí porque era inteligente y sabía que las mujeres tenían a su cargo las infancias, las que crianza y formación de sus hijos. Era algo que a la sociedad le convenía: tener mujeres educadas que puedan transmitirle a sus hijos estos saberes. Belgrano, con las ideas progresistas que trae de Europa, puede darle el lugar que le dio a Catalina, porque no fue sólo coser la bandera, también fue un gran acto de rebeldía y ella en ese momento fue su socia”.
