Escena 1: la confesión
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Tengo que ir a confesarme, decirle a todxs que me perdonen por no cumplir con lo que debía ser. No cumplí con las reglas, debo confesarme. Llorar, angustiarme, pedir perdón. Fallé: mis deseos son una traición a las normas de la naturaleza escrita en los manuales. Mi leche no va reproducir: es puro vicio. Soy el error. En este día de la salida del closet voy a aprovechar para confesar que soy marica.
Escena 2: el arrepentimiento
Ay de mí que nací torcido. Quiero llorar por los rincones, sufro desconsolado me desmorono. Perdonen ustedes que voy a arruinar sus postales con mis gestos exagerados. Me arrepiento, pongo cara de serio, no me sale, me río. Estoy mal. Qué arrepentido que me siento de no cumplir con lo que esperaban de mí. Me voy a subir el hashtag #ComingOutDay y voy a decirle al mundo que soy una marica. Voy a salir del closet que me ayudaron a construir, el closet que validé con mis lágrimas, con el goce de mi angustia, con las narrativas dolorosas alrededor de esta identidad no hetero.
Escena 3: quién se llevó mi closet
¡Pero ¿quién se llevó mi closet?! ¿Quién nos dejó a mí y a mis compañeras travestis sin la posibilidad de decirle a este mundo deseante de confesiones y arrepentimientos que somos lo que somos? ¿Quién le quitó a mi amiga la torta chongo rapadita este festejo del #ComingOutDay? ¿Llegamos tarde? Cuando dijimos que somos lo que somos nos dijeron que ya sabían ¡Que se nos notaba demasiado! ¡Desde chiquitinxs! Qué tragedia este closet, se los prendimos fuego de pura fuga.
