El hall del Anexo del Congreso huele a perfumes. Notas de madera se mezclan con frutales y aroma a flores. La fila para acceder a la Sala 5 del tercer piso forma una herradura, una omega mayúscula, una pequeña culebra en movimiento. Podría ser el hall de un teatro, el salón de una tienda en París, la antesala de un desfile, la espera en una peluquería. Porque en la fila cada peinado, es más lindo que el otro. Una fiesta de sentidos.
Sin embargo, a las personas que ocupan el hall no las une ninguna frivolidad. Se jugaron la vida. Y están hoy reunidas para ser reconocidas, mimadas, acariciadas y para lograr lo que buscan desde hace tanto tiempo: ser reparadas.
El relanzamiento del proyecto de ley #ReconocerEsReparar, que busca que el Estado reconozca y repare la violencia institucional contra las identidades trans y travestis, es un éxito.
La Sala 5 queda chica. Le advierten a Emiliano Litardo, abogado, investigador en derechos sexuales y derechos humanos, docente, doctorando y miembro de Abosex, que ubique mejor a “las contemporáneas de Lohana”, que les alcance sillas.
– Sí, dice Emiliano. Perdón. Estoy muy nervioso.
Y no es para menos. La sala estalla. El resto de la gente espera en la vereda.
Aparece Maitena. Sube puteando. “La fila abajo era enorme”, dice. Le dura un instante. Luego, bella, sonríe.
Gustavo Pecoraro presenta el encuentro y lee el título. Se trata del relanzamiento del proyecto de Ley N° 2526-D-2016 “Víctimas de Violencia Institucional por Motivo de Identidad de Género. Régimen Reparatorio”, una iniciativa de las organizaciones Abosex (Abogad*s por los Derechos Sexuales), Alitt (Asociación de Lucha por la Identidad Travesti y Transexual), Futuro Transgenérico y Mal (Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación).
Y luego, dos pasajes de la ley.
Uno. “La ley busca el establecimiento de una pensión graciable para aquellas personas que hayan sido privadas de su libertad por causas relacionadas con su identidad de género como consecuencia del accionar de las Fuerzas de Seguridad federales o por disposición de autoridad judicial o del Ministerio Público de jurisdicción nacional o federal. Serán beneficiarias, indiscutiblemente, las personas a las que se les haya aplicado los incisos “f”, “h” e “i” del artículo 2 del derogado Reglamento de Procedimientos Contravencionales del Edicto policial dictado por la Policía Federal Argentina”.
Dos. “El beneficio correspondiente a las personas que en iguales circunstancias hubiesen sufrido lesiones gravísimas, según la clasificación que hacen los artículos 90 y 91 del Código Penal, o alguno de los delitos contra la integridad sexual (arts. 118 a 133 del Código Penal) será incrementado, por ese solo hecho, en un treinta por ciento (30 %)”.
El proyecto deberá pasar ahora por cuatro Comisiones y tiene un tiempo tope, hasta el 30 de noviembre, para lograr el dictamen.
La sala estalla en aplausos cuando llega el agradecimiento especialísimo a la diputada por el Frente para la Victoria, Diana Conti: “Soy un mero vehículo de lo que promueven. A mí me tocó ser el instrumento porque a ustedes todavía no les ha tocado ocupar un escaño en el Congreso. Vamos por eso también. Este proyecto lleva la adhesión de un gran número de legisladores”. Los que apoyan el proyecto de ley son 22. Entre ellos Analía Rach Quiroga, Axel Kicillof, quien despertó grititos entre el autditorio, Gabriela Estévez del FPV, Néstor Pitrola del Frente de Izquierda y de los Trabajadores, Miriam Bregman del PTS y Leo Grosso del Peronismo para la Victoria.
En la sala también están el periodista Franco Torchia, María Elena Naddeo del Centro de Atención de Niñez, Adolescencia, Género y Diversidad de la Defensoría del Pueblo porteña, el diputado por el FPV, Carlos Castagneto.
“Se siente, se siente, Lohana está presente”, gritan en homenaje a Lohana Berkins, alma mater del proyecto de ley, representada por el colectivo que lleva su nombre. Los cantos también van para Diana Sacayán: “Diana, Diana, Diana corazón, acá tenés las travas para la liberación”. Su hermana Sasha, miembro del Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación, se aprieta las manos de emoción.
Cada bandera tiene su espacio. Cada representante de cada organización, su momento. La consigna que los unifica es seguir la espera en lucha. En memoria de Lohana, de Diana. De tantos y tantas.
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