El ex capitán del Ejército Alberto Julio Candioti fue detenido en un departamento de Montevideo en mayo de 2013. Ese día su esposa lo había ido a visitar. Candioti no vivía con ella hacía más de un año, cuando la justicia de La Plata emitió un requerimiento con su nombre: lo iban a juzgar por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura. La extradición tardó en efectivizarse más de tres años. Hoy, las autoridades de Uruguay informaron que el imputado llegará al país el 22 de noviembre.
“Es un acusado muy importante. De su propia documentación se desprende que cumplió funciones jerarquicas en la represión”, dijo a Cosecha Roja el periodista santafesino Nicolás Lovaisa, autor de un libro que investiga los vínculos entre la dictadura y el fútbol de esa provincia. En su obra aparece muchas veces el nombre de Candioti: el militar era oriundo de Santa Fe y siempre estuvo vinculado a la AFA (Asociación de Fútbol Argentino).
La Interpol Argentina buscaba a Candioti por pedido del Juzgado Federal N° 3 de La Plata. El militar de 71 años fue teniente entre 1978 y 1979 en el Destacamento 101 de Inteligencia del Ejército -que integró el Circuito Camps- y formó parte del Batallón 601. Está acusado de privación ilegítima de la libertad, tormentos y sustracción de niños en diferentes centros clandestinos: en el “Pozo de Banfield”, en “La Cacha” y en la Brigada de Investigaciones en San Justo.
En el juicio por los crímenes en las instalaciones de los talleres de Radio Provincia en La Plata, llamados “La Cacha”, el TOCF N° 1 de la ciudad condenó a prisión perpetua a 15 represores. Uno de ellos fue Roberto Balmaceda, que durante el juicio aseguró que Candioti le bajaba órdenes. “Si Balmaceda, condenado a perpetua, lo mencionó como uno de sus superiores, claramente tenía un rol preponderante”, explicó Lovaisa. Las otras dos causas se encuentran a la espera de un juicio oral.
Candioti también integró el Batallón de Anfibios 601 de Santo Tomé, Santa Fe. Por sus funciones en el lugar es mencionado en una denuncia anónima en el informe de la CONADEP. “Se presenta un individuo que comparece para decir que Roberto Suárez fue asesinado por el entonces Coronel José Tidio Lagomarsino de León, con su pistola calibre Nro. 9, con un tiro en la cabeza, complicando en el caso a los oficiales Candioti y De Gracia”, dice en el legajo 1421.
Suárez se casó con María Cecilia Mazzetti dos meses después del golpe de estado y ella quedó embarazada. En agosto, un grupo de militares la secuestró y Roberto se escondió. Nunca más supo de ella, él se enteró que su hijo había nacido en cautiverio y se inscribió en el servicio militar. Roberto había militado en la Juventud Peronista y sus superiores lo ponían como ejemplo de subversivo. Un día, un compañero le avisó a la madre que no había vuelto de hacer unos mandados. Lo habían fusilado. Por este caso, Candioti no está procesado.
Hasta diciembre de 2015 Candioti continuaba en el padrón de socios de Colón de Santa Fe. El ex capitán del ejército fue mucho más que un fanático del club de fútbol: durante la década del 90 también fue vicepresidente junto al dirigente histórico José Néstor Vignatti, actual presidente de la institución. Además, compitió en las elecciones de 2002 pero perdió. Aunque esa no fue su única relación con el fútbol. Estrechó su vínculo con la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y conoció a Julio Humberto Grondona. Se hicieron amigos y se convirtió en uno de sus nueve representantes. Y en junio de 2000 lo defendió en una denuncia por administración fraudulenta.
El ex militar se retiró del Ejército en 1985 y después se recibió de abogado. Durante la presidencia de Carlos Menem asumió un cargo de funcionario en el Registro Nacional de las Personas (RENAPER). También trabajó como asesor jurídico de la Unión de Trabajadores del Turf y Afines (UTTA) y de la Obra Social del Personal de la Actividad del Turf (OSPAT). Una de las últimas veces que se lo vio fue en febrero de 2012 cuando entregó un premio en el Hipódromo de San Isidro. Después llegó la orden de captura. El ministerio de Justicia ofreció 100 mil pesos por datos sobre su paradero. Y Candioti abandonó todas sus actividades.
El martes volverá a la Argentina.
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