Artículo principal: El Fiscal General que casi nunca se despeina
Cosecha Roja.-
En la madrugada del 4 de junio de 2006 un Renault iba velocidad por la localidad de Balneario. Sin que nadie se cruzara en su camino, volcó. Iba acompañado de dos mujeres y otro hombre. Una de las chicas, Sabrina Zacarías de 18 años, murió dos horas después. El conductor nunca permitió que le practicaran el test de alcoholemia. Su nombre era Rubén Amieiro, hermano del intendente de San Fernando, Osvaldo Amieiro.
En 2005, Rubén Amieiro había sido condenado a un año de prisión por amenazas agravadas por el uso de armas. Cuatro años antes, había sido beneficiado con la prescripción de una causa por abuso de armas, lesiones en riña, daño y robo. Además, tenía otra causa por amenazas y cohecho.
Amieiro pretendió resolver su difícil situación en una mediación, pero la ley expresamente lo prohíbe cuando la víctima es menor. El propio Julio Novo, en su resolución 230/06, había ordenado a los fiscales que para aplicar mediaciones cuando las victimas fueran menores “se interpretara la minoría de edad hasta los 21 años de edad”. En una resolución sin precedentes, el Fiscal Adjunto del Fiscal General, Dr. Rodrigo Caro, ordenó que la mediación se haga igual. Finalmente se hizo un acuerdo por el cual Amieiro pagó quince mil pesos y zafó de un proceso penal que para cualquier otro ciudadano común habría implicado una severa condena a prisión e inhabilitación especial para conducir vehículos automotores. En el marco de ese acuerdo, aceptó autoinhabilitarse por dos años, entregando su carnet de conductor expedido por la municipalidad de San Fernando.
El 13 de octubre de 2010, incumpliendo su autoinhabilitacion y conduciendo a una velocidad excesivamente superior a la permitida, Amieiro embistió otro rodado en el que viajaba una pareja. Esta vez la victima quedó paralítica. El conductor circulaba con una licencia de conducir a su nombre expedida porla Provincia de Tucumán.
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