– Santiago te quiero ver. Estoy orgulloso de vos. Me importa un carajo lo que pase. Te quiero ver con vida.
El grito de Sergio Maldonado, el hermano del joven desaparecido tras la represión a una comunidad mapuche, resonó como un pedido desesperado ante una multitud que aplaudía bajo la llovizna. A lo largo de toda la Plaza y por Avenida de Mayo, miles de personas alzaban los carteles con la cara de Santiago y banderas con un único reclamo: “Aparición con vida”.
“La única bandera debe ser la cara de Santiago”, pidió la locutora desde el escenario antes del comienzo del acto. En unos pocos segundos, las agrupaciones que habían llevado banderas las enrollaron y sólo quedaron los ojos del joven sobre los cuerpos de los manifestantes. Arriba del escenario los representantes de los organismos de Derechos Humanos leyeron un documento consensuado: contaron que Santiago desapareció hace diez días tras la brutal represión de los gendarmes que “entraron a sangre y fuego” a la comunidad mapuche Pu Lof en Resistencia, en Chubut.
“Hoy estamos en esta plaza porque este es un acto de desaparición forzada a manos de las fuerzas de seguridad. Para el Estado de derecho esto es de una gravedad institucional intolerable”, leyó Horacio Verbitsky, presidente del Centro de Estudios Legales y Sociales. “El Estado es el único responsable”, agregó.
Además de los representantes de los organismos de derechos humanos, arriba del escenario estaban los familiares de otros tres desaparecidos en democracia: Rosa Bru, la mamá de Miguel Bru, víctima de la Policía Bonaerense; Rubén López, el hijo de Julio López, testigo en juicios por delitos de lesa humanidad; y Vanesa Orieta, la hermana de Luciano Arruga, el joven de 17 años que estuvo desaparecido durante cuatro años y al que vieron por última vez con vida en un destacamento policial en Lomas del Mirador.
– Ahora, ahora, resulta indispensable. Aparición con vida y castigo a los culpables – se escuchaba en la Plaza.
Después de la lectura del documento, Taty Almeida, madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora, tomó el micrófono: “Exigimos ya a la ministra (Patricia) Bullrich que aparte a la Gendarmería Nacional de toda instancia de investigación y además la retire de la Ruta Nacional 40 donde están apostados”, dijo. “Que ellos estén ahí no es más que una señal de amedrentamiento. Es por eso que la única salida es el diálogo entre el pueblo Mapuche y el Estado Nacional”, agregó.
La plaza estaba colmada de personas sin banderas políticas. Joaquín Larrabide de 37 años escuchaba con Pedro, su hijo de cuatro, en los brazos. “Estoy acá porque acaba de desaparecer una persona y no hay explicaciones desde el Estado de donde puede estar. Venimos a exigirle al gobierno que haga lo necesario para que aparezca”, dijo. A unos metros de ahí, Olga de 67 años llevaba en su pecho un cartel con los colores de los pueblos originarios escrito a mano: “No sobran inmigrantes, sobran fascistas. Libertad a Milagro Sala”. “Quiero que aparezca con vida Santiago y que se deje de perseguir a los mapuches”, reclamó.
Patricia tiene 25 años y Juan Martín 27. Están acostumbrados a ir juntos a las marchas: la del 24 de marzo, la de Ni Una Menos. “Es bastante lógico que hoy también estemos acá. Hay un desaparecido en manos del Estado”, dijo ella mientras sostenía el termo y el mate. “Es algo que conocemos pero no habíamos vivido nunca”, la interrumpió él. “Te lleva a pensar en otros tiempos y en personajes nefastos de la historia argentina”, agregó Patricia. Mientras, la multitud cantaba “Con vida se lo llevaron, vivo lo queremos” como en las marchas por el aniversario de la dictadura cívico-militar.
Bajo la galería del Cabildo, Leonor y una amiga sostenían dos carteles que hicieron para la marcha: “Macri, dónde está Santiago”, se leía en letras mayúsculas. “Mi marido es un desaparecido de la dictadura, imaginate cómo me duele esto”, dijo la mujer de 71 años, ex militante del Partido Socialista, mientras sonaba la voz de León Gieco a través de los parlantes. “Tenemos que salir todos a luchar y repudiar lo que está pasando. No queremos volver a los ‘70”.
Santiago Maldonado desapareció hace diez días tras la represión a la comunidad mapuche. Los testigos lo vieron correr último hasta la orilla del río y acusaron a los gendarmes de llevárselo en una camioneta. Recién hoy el presidente Mauricio Macri habló por primera vez del caso. Dijo que el gobierno está trabajando “a destajo para tratar de ver qué es lo que pasó”, evitó hablar de la responsabilidad de Gendarmería en la desaparición y criticó a la comunidad mapuche: “Hay búsquedas por distintos lugares sin mucha colaboración de esta organización que se declara con lineamientos bastante poco democráticos y bastante violentos”.
La marcha duró alrededor de dos horas. Miles de personas colmaron la Plaza y las primeras cuadras por Avenida de Mayo en la ciudad de Buenos Aires. Fue un marcha atípica que se replicó en diferentes puntos del país y en algunas ciudades del exterior dos días antes de la elecciones primarias. Sin banderas políticas, con una única consigna: “Aparición con vida de Santiago Maldonado”.