Cosecha Roja.-
Caius Veiovis quiso convertirse en Satanás: se hizo implantes parecidos a cuernos sobre la frente y se tatuó el número 666. Esta semana la justicia estadounidense lo condenó a cadena perpetua por asesinar y desmembrar a tres personas en Masachussetts. Tenía dos cómplices, uno de ellos peruano y miembro de una banda de motos.
“Los voy a ver a todos en el infierno”, les gritó Satanás a los jueces cuando lo declararon culpable de matar a David Glasser, Edward Frampton y Robert Chadwell.
Veivois y sus ayudantes secuestraron, mataron y cortaron a las víctimas con un instrumento similar a un machete. El primer crimen que cometieron juntos fue contra Glasser para evitar que testifique en su contra por un asalto a mano armada. A los demás los asesinaron para que no haya testigos.
Sus cómplices, el peruano Adam Lee Hall y el estadounidense David Chalue también fueron condenados a cadena perpetua por la justicia. Hall es miembro de la banda de motociclistas que surgió en los `60 en Estados Unidos, The Hell Angels.
Satanás ya tenía prontuario: había estado preso en Maine acusado de un asalto en 1999. En ese momento se llamaba Roy Gutfinski y se consideraba un vampiro. Junto a su novia de 16 años le habían cortado la espalda a un adolescente con una navaja.
Durante el juicio, un empleado de la tienda Home Depot testificó que Veiovis fue al local el 24 de agosto de 2011. Pidió ver qué sierras, serruchos y hachas había. Simuló romper algo con el hacha y se fue.
De acuerdo a la ley de Massachusetts, el asesino serial no tendría derecho a la libertad condicional.
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